CAPÍTULO 36 - CONVERSACIÓN

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Bruno miraba al suelo, sentía a su espalda como Camilo lo abrazaba, sentía su calor, sus brazos rodeando su cuello, sus manos reposando sobre sus hombros, pudo ver esta vez que el chico estaba realmente arrepentido, se le notaba en la voz. Inclinando la cabeza la frotó por una de las manos del joven, lo necesitaba, necesitaba a su niño, lo había echado mucho de menos.

—Milo...

—Por favor no me pidas que me vaya —Camilo respondió rápido apretándose más contra él.

Bruno, lo mas suave posible, agarró los brazos del chico y los separó, aprovechando para darse la vuelta y quedar frente a él, la cara de Camilo era de absoluta tristeza, ahí, Bruno pudo ver que el chico estaba realmente arrepentido.

—Milo, antes de perdonarte necesito que tú me perdones a mi —dijo agarrándole de las manos —tenias razón en que me excedí ese día remiendo lo que me hiciste...

—Ahora entiendo que debí haber hecho las cosas de otra forma —dijo Camilo

—Entonces, ¿me perdonas? —preguntó el mayor mirando a la cara al chico.

—Claro que te perdono... ¿y tú a mí?

Bruno sonrió.

—Si, te perdono.

Bruno vio como la cara de Camilo se iluminaba y volvió a contemplar en todo su esplendor a aquel chico que le hacia perder el juicio. Sin decir nada Bruno se acercó y le dio un profundo abrazo, que pillo a Camilo un poco de sorpresa pero que al instante devolvió haciendo que sus cuerpos se pegasen a mas no poder. Y en un momento el mayor acercó su boca al oído del adolescente.

—Milo, necesito besarte, ¿me dejas?

Y sin darle tiempo a casi acabar la pregunta, Camilo levantó la cabeza y fundió sus labios con los de Bruno haciendo que ese beso tan deseado fuese uno de los mejores de sus vidas. Y una vez empezaron aquedarse sin aire se separaron y viéndose a la cara se comenzaron a reír.

—Creo que necesitamos hablar —dijo Bruno una vez sus pulsaciones comenzaron a decaer.

—Yo también lo creo.

Y tumbados en la cama, uno al lado del otro comenzaron a conversar, comentaron sus sentimientos de estos últimos días, como se habían sentido, el como Camilo se había sentido orgulloso y feliz por haberle hecho un regalo y que le costase tanto hacerlo, el como le dolió que lo rompiese, la culpa, la ira, las malas decisiones y por su parte Bruno le contó el dolor que le dio ver como había usado su ruana, lo mal que se sentía cada vez que no hablaban, la discusión de ese día, los celos por Arturo y finalmente la devastación por las palabras de Camilo transformado en Víctor.

—Bruno, de verdad que no pensé lo que hacía estaba muy enfado, y mi tía Julieta tiene razón, lo hice para hacerte daño.

—Pues me diste de lleno.

—Perdón —Camilo se ladeó para abrazar al mayor.

Camilo tomó aire, estaba a punto de abrir un tema que, a su parecer era el origen de todo.

—Bruno, por un momento me sentí celoso de Víctor, veía que lo preferías a él aun no estando aquí que a mí. Lo odié y aun creo que lo odio...

Bruno por un momento no dijo nada, pero acariciando la cara del chico lo miró.

—No deberías odiarlo, gracias a él yo estoy aquí contigo, gracias a él yo soy como soy.

—No lo entiendo, ¿po-podrías hablarme de él?, solo se que fue tu novio, que os obligaron a separaros y que es el padre de Mariano, pero no sé nada más.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora