CAPÍTULO 13 - ¿ME MIRABAS?

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Mirabel y Camilo se encontraban en la habitación de la chica, varias telas reposaban sobre una de las camas, mientras los dos primos las miraban.

—A ver, primo, lo primero es saber que para bordar en lana necesitas una aguja especial para la máquina.

—¿Hay más de una aguja?

—Si. Lo segundo es saber que es lo que quieres hacer.

El chico dudo un segundo si contárselo o no, no quería que se lo contase a Bruno por error, pero pensó que no tenía sentido ocultárselo a ella, que lo iba a ayudar.

—Quiero hacerle un bordado en su ruana.

La chica sopesó la idea, mientras daba vueltas en la habitación tocando su mentón.

—¿Crees que es buena idea?

—¿Por qué no iba a serlo?

—No sé, según me contaron, la ruana del tío Bruno se la regaló Víctor. No se si el querrá que la modifiques.

—Creo que es algo especial para él, y la ruana esta algo rota, solo me gustaría darle un toque nuevo para que sea mas especial y me tenga a mí también ahí.

—Espero que no te metas en ningún lio —dijo la chica —pero sabes que para eso tienes que pedirle la ruana ¿no?

—Si, lo sé.

—Vale, pero antes de hacerlo ahí, mejor practica un poco con esas telas, no vaya a ser que lo rompas.

La chica agarró una de las telas y se sentó frente a la máquina, Camilo agarró una silla y se sentó al lado de su prima y miró como Mirabel ponía en marcha la maquina y comenzaba a coser.

—Pero eso se mueve muy deprisa —dijo Camilo viendo la aguja.

—Es una máquina de coser, ¿Qué quieres?

—Ya, pero... ¿y si me pincho?

—Si vas con cuidado no te pasará, yo nunca me he pinchado con la aguja.

—Pero a ti esto se te da muy bien, yo ni siquiera sabía que había más tipos de aguja.

La chica de gafas rodó los ojos y de forma comprensiva siguió mostrando a Camilo como funcionaba.

Tras unos minutos, era el turno de Camilo, cambiando su sitio con el de Mirabel, se dispuso a coser dos telas entre sí.

—Bien, primero ajusta la aguja y luego pisa el pedal para que la aguja se comience a mover.

Camilo lo hizo e hizo funcionar la máquina.

—Muy bien, ahora vamos a enhebrar la aguja.

—¿Enhebrar?

—Pasar el hilo por ese agujerito —dijo la chica señalando el ojal de la aguja.

—Ah, vale.

Mirabel lo hizo casi sin mirar, luego en el turno de Camilo tardó más de diez minutos en concentrar la forma de pasar le hilo.

—Esto es muy difícil.

—Venga primo, mira un truco.

La chica agarró el hilo y lo humedeció un poco con la boca, haciendo que el hilo se hiciese mas fino y se tensase.

—Así pasará mejor.

Camilo agarró le hilo y consiguió pasarlo por el ojal de la aguja.

—¡¡Hala, lo he conseguido!!

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora