CAPÍTULO 90 - NO TIENE SENTIDO

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La fiesta había comenzado, los invitados comenzaban a llegar, el ambiente recordaba a una celebración de recibimiento de un Don. La gente estaba entusiasmada por conocer al nuevo Madrigal.

Alma en la puerta iba recibiendo a las diversas personas que se iban acercando mientras que en el interior, Luisa e Isabela acompañaban a las personas dentro y les ofrecían comida y bebida.

La luna brillaba mas que nunca, Pepa se había encargado de mantener el cielo despejado y dejar visión completa de las estrellas. Dolores estaba con el pequeño Víctor en brazos acompañada de Mariano mientras se iban acercando a conocer al nuevo integrante de la familia.

Julieta ya desprovista de su delantal acompañaba a Agustín y a Mirabel atendiendo a las personas y conversando con ellos y Antonio se encontraba jugando y correteando con otros niños por la casa.

—¿No bajas? —preguntó Camilo a Bruno que miraba al piso de abajo desde la barandilla del segundo piso.

—Aun no —dijo le hombre algo pensativo, aún estaba dándole vueltas a esa extraña vela en las manos de Mirabel.

—¿Estás bien?, te noto algo raro —dijo le chico.

—No es nada Milo, mañana con mas calma te contaré.

—Vale, yo voy abajo, ¿te veo luego?

—Tenlo por seguro —sonrió el hombre.

Algo mas contento, Camilo bajó y comenzó a saludar a todo el mundo mientras el mayor lo seguía con la mirada por todo el piso de abajo.

—¡Camilo! ¡Camilo!

Un grupo de niños corrieron hacia el joven, contentos de poder verlo y saltaban mientras le agarraban de las mangas de la camisa y de la ruana.

—Juega con nosotros.

—Vale, pero... —dijo transformándose en uno de ellos —me tenéis que pillar —y tras decir eso comenzó a correr despertando las risas de todos y comenzaron a seguirlo por toda la casa.

Minutos después, todos se arremolinaron alrededor de la escalera, donde Alma se encontraba de pie y tras ella estaban Dolores y Mariano.

—Bienvenidos todos a la casa Madrigal, hoy estamos aquí para dar un cálido recibimiento a mi primer bisnieto y el nuevo miembro de la familia Madrigal.

Alma se apartó para dejar paso a la pareja, que con alegría mostró al pequeño ante todos que aplaudieron y vitorearon.

—Es un placer para nosotros presentaros a Víctor Madrigal —dijo Dolores.

Tras la presentación la fiesta volvió a su auge, cada integrante de la familia estaba en un sito diferente, pero Camilo, para varias se encontraba en la mesa de la comida agarrando unas arepas, allí alguien le dio un pequeño tirón de la ruana, al volver vio a un niño.

—Hola, Camilo.

—Hola, Pablo, ¿Qué tal?

—Muy bien.

—Sabes, ¿hoy he conocido a tu hermano?

—¿De verdad? —dijo el niño con una sonrisa.

—Si, esta mañana y me ha caído muy bien.

—Mi hermano es el mejor.

—Pablito... por favor... —la voz de otro chico surgió detrás del niño. Lucas se acercó a ellos y se colocó detrás de su hermano poniéndole las manos en los hombros —no digas eso que me da vergüenza.

El Camaleón que Bailaba sobre Arenas Movedizas (Camilo x Bruno) (Brumilo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora