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Bajé del auto viendo la entrada lujosa del salón privado y miré cómo Jungwon me entregaba su mano.

— Si te comportas bien, consideraré varias cosas. — contestó.

Miré su mano nuevamente y acepté sintiendo esa sensación de como cuando éramos pareja en la secundaria...

Desvíe la mirada un poco deprimida y entramos al salón notando la mayoría de personas viendo hacia donde nos encontrábamos.
Jungwon sonrió y levantó su mano dando un pequeño saludo ante el público.

Lo seguí hasta llegar a un grupo de familia.

Allí había un hombre de unos 50 años con su esposa y luego más matrimonios grandes y algunos jóvenes.

— Y ésta hermosa joven? — preguntó uno de los hombres.

— Massimo! Ella es mi acompañante para el evento. — respondió Jungwon.

— Excelente acompañante.

El hombre tragó de lo que bebió para luego visualizar por completo mi cuerpo sin importarle que su esposa estuviera a su lado.

— quédate acá, recuerda lo que te dije. Si te escapaste, gente inocente morirá por tu culpa. — Susurró en el oído de Tn.

Desvíe la mirada al suelo sintiéndome presionada hasta que me aleje y me quedé en el balcón en silencio.

— ¿Puedo saber su nombre? — preguntó el señor.

— Tn.

— ¿Solo TN? — preguntó con una sonrisa.

— Tn Johnson Nishimura. — respondí sin mucha importancia.

— Veo que eres la que subastaron. — contestó el hombre. — me llegó la invitación, de haber sabido que eras tú, podría haberte comprado.

Al parecer estaba conciente de todo el tema de ventas... Al igual que no era una "simple" compañía, claro que venía por estar obligada.

— Me gustaría poder comprarla.

Ignore su comentario.

— Tendría una casa propia, dinero y lo que más anhela en estos momentos... Libertad.

Me giré viendo al hombre y dejé de apoyarme en el balcón teniendo toda mi atención en el.

— Jungwon no me venderá.

— Puedo hacer tratos. — contestó.— el padre está interesado en terrenos millonarios a mi favor asique podría darle eso a cambio de usted.

Me quedé en silencio pensando para terminar aceptando.

Me ofrecía libertad... Al menos algo mejor de lo que puede darme Jungwon.

— Temo que Jungwon está hablando con unos hombres importantes pero mientras tanto, podemos avanzar mi parte del acuerdo.

Asentí segura de lo que me esperaba y caminé a su lado hacia un pasillo con miles de habitaciones.

Él abrió una de las puertas y comenzó a tirar su saco para próximamente sacarse sus zapatos.
Se sentó en la cama y bajó su pantalón indicándome a lo que debía hacer.

— pero primero, desnudate, hazme querer tenerte. — Murmuró el viejo.

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Los minutos pasaron y salí acomodando las tiras de mi vestido, ignoré a Jungwon quién hablaba con otras personas y luego observé al hombre mayor quien lamía sus labios de una forma asquerosa para caminar hacia Jungwon.

Me quedé cerca de la baranda del balcón mirando como el señor hablaba con Jungwon de una forma normal y simpática hasta acercarse a su oído.

La sonrisa de Jungwon desapareció en cuestión de segundos volviéndose a una inexpresiva y sus ojos buscaron cada rincón del lugar hasta detenerse en mi.

Acaricié mis manos con miedo al ver que caminaba hacia a mi para ver cómo rascaba su ceja y soltaba una pequeña risa antes de cerrar las puertas del balcón.

— No sabía que eres una perra.

— No lo soy.

— ¿Crees que el te dará libertad? — preguntó sonriendo irónicamente.

— Él lo prometió.

— ¡Yo también prometo varias cosas! — Gritó empezando a rasguñar una zona de su cuello con brusquedad.

Retrocedí unos pasos.

— ¡Me pones en problemas! — gritó nuevamente mientras se acercaba.

— ¡No soy un objeto para que puedas hacer lo que quieras conmigo! — grité con valor.

Jungwon tomó mi brazo y me acorraló contra la puerta del salón con fuerza.

— eres mía. ¿Oíste? — advirtió sin despegar su mirada.

— Supongo que he sido lo suficientemente bueno contigo. — contestó.

— ¿Que? — pregunté.

Pero el salió del balcón ignorandome y como si no fuera suficiente, las personas comenzaron a abandonar el evento dejando espacio a los guardias de Jungwon.

Dime una inicial.

— ¡No entiendo! — grité aterrada.

Jungwon caminó alrededor de la mesa llena de armas y cuchillos con filos para tomar un machete y acariciar la punta con sus dedos.

— Me gusta L.

Los guardias tomaron mis brazos con fuerza y uno sostuvo mi cabeza obligandome a ver.

De las escaleras, bajaron a un chico reconociendo de inmediato sus prendas de ropa.

Se trababa de Louis.

¡Espera! — grité — ¡Porfavor no! — comencé a moverme.

Le sacaron la bolsa de la cabeza a Louis pero vendaron sus ojos para que no supiera dónde estaba o quienes los estaban viendo.

— ¿Atado o... No. Será más divertido si ves a tu hermano. — rio.

— ¡Haré lo que sea! — grité con esfuerzo.

Jungwon movió el machete preparándose y destapó los ojos de Louis encontrándome con su mirada de miedo.

— no... Porfavor. — solloce.

— ¡Tn! — gritó Louis asustado — ¿¡Dónde estamos!?

Cerré mis ojos dejando escapar las lágrimas hasta abrirlos y dejar de respirar al ver cómo el machete se hundía en la mitad de su cabeza.

Teniendo prácticamente una muerte instantánea.

La sangre salpicaba una y otra vez el rostro de Jungwon, su conjunto blanco, y dejando en el suelo pequeñas gotas...

Los ojos de Louis se habían vuelto blancos a excepción de uno que se había salido a causa del golpe, la sangre de su cabeza se deslizaba sin parar hacia todo su rostro mientras se oía su aliento al agonizar...

— t-t...

— ¿Otra más? — preguntó Jungwon.

A diferencia de éste, el machete atravesó todo su cuello decapitandolo de una manera rápida.

Su cabeza rodeó dejando ver la grieta de su cabeza y el hueso de su cuello.

sin importar que Louis fuera aún un niño, lo asesinó de la forma más cruda y siniestra posible.

𝑁𝑜𝑡 𝑓𝑜𝑟 𝑠𝑎𝑙𝑒 | YJ & TN | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora