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Sus ojos atraparon los míos y miré las burbujas sintiéndome intimidada...

A causa de esa cicatriz, daba más miedo.

Apoyé mi espalda en la tina para sentir nuevamente como masajeaba mi cabello y limpiaba este, sus manos luego acariciaron mi cuello empezando a tener paranoia hasta comenzar a respirar de forma rápida debido a cómo me iba sumergiendo en el agua.

Más y más...

Moví mi cuerpo por completo una vez debajo del agua para sacar mis manos intentando alejarlo o golpearlo.

Solté una bocanada de aire y me senté en la cama para tocar mi pecho con mis manos las cuales temblaban.

Fue una pesadilla...

noté que tenía una bata en mi cuerpo pero aún así estaba desnuda, mi cabello seguía húmedo pero la habitación estaba completamente vacía...

Creo que me había dormido y Jungwon me dejó aquí.

En mi armario, busqué ropa cómoda y me la coloqué para mirar el jardín desde la ventana.

— señorita tn, el señor Yang la espera para cenar.

— No tengo apetito.

— No es una pregunta, es una orden señorita. — Murmuro la empleada.

Miré a la mujer notando cierta incomodidad para suspirar hondo y bajar, caminé hacia el comedor viendo a Jungwon en silencio esperando mi llegada.

Ver su rostro ya me repugnaba.

— supongo que era mejor estar con matteo. — Susurré.

Caminé hacia mi silla sentandome con cuidado para luego oír la pequeña risa de Jungwon.

— ¿Crees que era mejor estar con el? — preguntó tomando un sorbo de su copa de vino.

— cualquier cosa que no esté relacionada a ti es mejor. — respondí con seriedad.

Jungwon lamió sus labios para echar una pequeña sonrisa y terminar presionando fuerte la copa de vidrio llegando al punto de romperla.

Los vidrios cayeron a la mesa y como si no fuera suficiente, volviendo a cortar la palma de Jungwon.

Me levanté con cierto susto para observar como dejaba su lugar y caminaba hacia la esquina de la mesa, apoyó su mano ensangrentada en mi hombro y con lentitud me obligó a sentarme.

— adoro las bromas. — contestó sin una pizca de gracia.

Sentí como el hilo de sangre se deslizaba por mis hombros por lo que cerré mis ojos tratando de calmar mi respiración e intentando no llorar.

— el día que matteo te tenga, luego vendrás hacia a mi. — advirtió sin preocupación.

Jungwon apretó levemente mi hombro y caminó a su lugar tomando la silla y empezando a arrastrarla hacia donde me encontraba...

Tranquilamente podría haber tomado la silla más cercana pero él fue en busca de la suya...
Tomó el tenedor sirviendo la comida y la acercó a mis labios.

— abre la boca, cariño.

Lo miré con odio y abrí mi boca aceptando su comida como un bebé de 4 años.

— Me gustan las chicas obedientes. — sonrió satisfecho.

Jungwon durante 20 minutos me obligó a vaciar el plato por completo y a comer un postre con la excusa de que me veía demasiado delgada.

¿Cómo le explicaba sin que se enojara que el imbécil no me había dado de comer durante dos días completos?

Oh, creo que son cuatro días.

Jungwon de alejó de la mesa y peinó su cabello hacia atrás.

— ¿Te gustan las escondidas? — preguntó.

Dejé de ver el plato desconcertada por su pregunta.

— Me gustan más cuando es a oscuras. — contestó — pero es un desperdicio si no hay tormenta, por eso. Esperaremos hasta mañana para jugar...

— jugar... — Susurré.

— Xu, llévala a mi habitación, prepara todo.

El hombre hizo una reverencia y tomó mi brazo comenzando a llevarme a la habitación de Jungwon dónde a la fuerza me obligó a desvestirme, a acostarme y además hundió la aguja de una jeringa en mi cuello.

Mis piernas se debilitaron sintiéndome descompuesta.

— Obedezca al señor si no quiere que gente inocente muera. — Susurró Xu antes de abandonar la habitación.

Apoyé mi mano en mi cuello para caer a la cama drogada.

𝑁𝑜𝑡 𝑓𝑜𝑟 𝑠𝑎𝑙𝑒 | YJ & TN | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora