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Llegamos hacia una mesa para tomar una copa de champagne.

gracias por lo de ayer. — contestó mientras daba un sorbo.

— oh... No fue nada. — murmure bajando la copa hacia la mesa.

Por primera vez, Jungwon me dió una pequeña sonrisa y luego se alejó a saludar a sus amigos o a sus conocidos.

Me alejé de la mesa y me fui a sentar en las escaleras mientras observaba a cada persona del lugar...
Así estuve por largos minutos hasta que Jungwon comenzó a subir las escaleras para sentarse a mi lado.

— ¿Te gustaría ir de viaje? — preguntó Jungwon.

— ¿Viaje? — pregunté en un susurro.

— Si, aunque... — piensa — podemos agarrar el globo terráqueo de la biblioteca y allí elegimos uno con los ojos cerrados.

Jungwon hablaba con mucha felicidad...
Me preocupaba que esa felicidad no durara mucho.

— ¡El espectaculo StreWo comenzará en segundos! — gritó un hombre al micrófono.

Jungwon tomó mi mano y bajamos de las escaleras esperando que aquellas mujeres que trabajaban para servicios sexuales vinieran a hacer su trabajo.

Pero de pronto, varios junto a mi terminaron en el suelo a causa de bombas.

Caí tendida por completo para tapar mis oídos oyendo disparos por doquier.
Una vez que logré levantarme, miré a Jungwon quien disparaba a los hombres que atacaban en su contra.

— ¡Tu! — gritó una prostituta.

Me gire viendo a la mujer aún confundida por el golpe.

— Soy Rosi, sígueme, te ayudaré a salir. — contestó tomando el brazo de Tn.

No llegué ni a pensarlo que ya estaba siendo llevada al pasillo de salida, logramos salir afuera observando un auto completamente negro y a su lado Matteo.

— matteo... — Susurré safándome del agarre de Rosi

— Vamos Tn. — contestó caminando hacia Tn para tomarla de la muñeca.

— No... Espera — respondí tratando de alejarme.

— ¡Dije que te metieras al auto! — gritó Matteo.

Retrocedí con miedo ante su comentario.

Agh. — se quejó para luego tomar el cabello de Tn.

Gemi del dolor para comenzar a golpear su rostro hasta solo patear su rodilla con fuerza y salir corriendo adentro de la casa.

Apenas toqué la sala, fui empujada a la pared por uno de los hombres de Matteo.
Me di vuelta quedando rostro a rostro para gritar con desesperación al saber que quería llevarme al auto.

— ¡Jungwon! — grité intentando safarme de su agarre.

Jungwon tomó el cuello del hombre y en un segundo terminó fracturandolo...

— ¿Estás bien? — preguntó preocupado.

Me levanté con su ayuda para ver a personas muertas en el suelo, sangre en mesas, pedazos de mármol y muchos vidrios.

— Será mejor que salgamos de aquí... Puede ser peli— interrumpido.

Jungwon cayó al suelo junto a Matteo por lo que retrocedí una gran distancia viendo como ambos se golpeaban con mucha fuerza.

Pensé en gritar que parasen pero eso sería más ridículo que mi presencia en estos momentos.

Me acerqué a Matteo queriendo separarlo de Jungwon pero a cambio, recibí un golpe en mi ojo por lo que caí junto a unas sillas del impacto.

— ¡Esto no es lo que quieres Jungwon! — gritó Matteo mientras empujaba a Jungwon.

— ¡Tú lo provocaste al unirte a papá! — gritó Jungwon escupiendo sangre al suelo.

— hagamos las cosas fácil y rindete. — contestó Matteo tomando distancia.

— No.

Tomé distancia y permaneci detrás de una mesada observando como Matteo tomaba un arma a escondidas para sacarla y soltarla en cuestión de segundos ya que Jungwon le había arrojado un cuchillo hacia el hombro.

— ¡Agh! — gritó Matteo apretando su hombro.

Jungwon corrió hacia Mateo queriendo hacerlo caer en la mesa de los vidrios rotos pero no lo logró por lo que tuvo que retroceder a la fuerza cerca de las escaleras rotas de mármol.

Ambos se golpeaban con cada esquina de aquella esquina hasta que el brazo de Matteo se apoyó en el cuello de Jungwon empezando a asfixiarlo.

su-sueltame. — contestó forcejeando.

— Olvídalo Jungwon — respondió Matteo haciendo más fuerza.

La mano de Jungwon tocó cada palo de las barandas rotas hasta lograr agarrar un pedazo de mármol y clavarlo en la espalda de matteo.

Ambos quedaron en el suelo por lo que Jungwon se intentó parar y lo primero que hizo fue patear la cabeza de Matteo con fuerza, una y otra vez.

Matteo empezó a reír a carcajadas dejando a la vista sus dientes repletos de sangre.

— ¿Que es lo que te da gracia? — preguntó Jungwon agarrando el cuello de la camisa de Matteo.

Matteo tomó una granada sacándole el anillo de seguridad mientras sus risas se volvían aún más fuertes.

— ¡Tú también morirás! — gritó.

Apenas Jungwon intentó correr lejos de Matteo... Fue el momento indicado en que la granada explotó.

𝑁𝑜𝑡 𝑓𝑜𝑟 𝑠𝑎𝑙𝑒 | YJ & TN | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora