𝑁𝑜𝑡 𝑓𝑜𝑟 𝑠𝑎𝑙𝑒 | YJ & TN |

95

Capitulo corto.

Llegamos a una casa, una casa normal.

Estaba tan acostumbrada a las enormes mansiones de Jungwon pero de alguna manera me sentía aliviada de que fuera una casa linda y con el tamaño suficiente.

No era ni muy pequeña como para que cabieran 4 habitaciones, ni muy grande para 24 habitaciones.

Tal vez era el inicio de mi nueva vida...

Jungwon me ayudó a subir las maletas y ahí pude darme cuenta por primera vez lo morado y lastimado que tenía sus nudillos... Me esforzaría en echarle una mirada a su cuerpo para ver si tenía alguna herida peor que las que ya había visto.

Me senté en la cama viendo las maletas hasta ver cómo Jungwon dejaba caer todo su cuerpo por lo que hice lo mismo.

— Te vas a dormir. — respondió.

— No lo haré, solo cerraré mis ojos para descansar.

— te terminarás durmiendo. — Susurró con los ojos cerrados.

Ignore su comentario y cerré mis ojos dejando relajar mi cuerpo de forma inconsciente, por suerte para Jungwon, fue demasiado obvio que me dormiría pero tampoco podía quejarse o hacerme burla.

Jungwon también se durmió.

Pero ahí estábamos los dos, tratando de tomar un buen descanso de todo el mal que tuvimos aguantar, no llegábamos a los 5 minutos de estar en la casa que lo primero que hicimos fue dormir juntos.

Tal vez ronque, hablé dormida o me moví en la cama pero estaba segura que Jungwon también hizo lo mismo, estábamos tan cansados que lo que menos queríamos era abrir las maletas y desempacar la aburrida ropa.

.    .    .

Me senté en la cama sintiendo mi cuerpo mejor ya que aquellas horas dormida me benefició bastante bien.
Me levanté de la cama y rasqué mi mejilla oyendo el ruido de la ducha, me metí viendo la figura borrosa de Jungwon y decidí entrar a bañarme junto a el.

Primera vez que lo hacía pero llegué al punto de que hacerlo era lo que menos me importaba.

Viví cosas peores.

Observé como Jungwon giraba su cabeza un poco hacia donde estaba y volvía a mirar al suelo en silencio.
Su espalda tenía marcas, marcas aún rojas pero principalmente marcas que se recuperaron hace años...
Eran parecidos a cortes y uno que otro de quemaduras.

— mírame. — comenté.

— no quiero...

— Vamos, Jungwon.

Tomé el hombro de Jungwon y lo gire lentamente logrando que su cicatriz llamara toda mi atención.

La cicatriz de su ojo tenía un color extraño, era como que se volvía más rojo a causa del agua hirviendo, lo mismo para la marca de su cuello.

— Lamento si te da-

— ¿Miedo? — pregunté.

Jungwon no respondió.

— Créeme, tu apariencia no me aterra y no lo hará con nadie, es una marca, todas tenemos nuestras propias historias que solo las marcas pueden contar. — respondí acariciando el cabello mojado de Jungwon.

— Realmente quiero empezar otra vez. — Susurró.

— Quiero tomar decisiones y no arrepentirme de tomarlas pero creo que nunca estuve más cuerdo en toda mi vida. — respondió riendo con vergüenza.

Ahí estaba nuevamente.

Su sonrisa verdadera... Su linda sonrisa.

— y todo es gracias a ti — contestó.

Jungwon me rodeó en forma de un abrazo y dejó que apoyara mi cabeza en su cuello.

— Desde que soy niño no tengo el sentimiento de lo que es tener una familia, de lo que es el amor de alguien.

Podía sentir el latido de su corazón subir y bajar del nerviosismo al preocuparse en como hablar correctamente.

— quiero ser la mejor figura paterna que no tuve, ser un grandioso hombre en la relación que jamás pensé que sería y luego quiero casarme para asegurarme de hacer feliz a la mujer que estará conmigo para siempre.

Levanté un poco la cabeza al sentir como sus manos presenciaban un leve temblor por cada palabra que salía de los labios de Jungwon.

— déjame besarte otra vez.

— déjame dejarte el beso que nunca te di en tu graduación...

Jungwon... Él se acordó... No... No sabía que aún seguía recordando eso...

Su temblor frenó apenas apoyó sus manos en mi rostro, inclinó su cabeza de forma leve y dejó un casto beso en mis labios con temor a que pudiera alejarlo, golpearlo o rechazarlo.

La distancia dejó de existir a nuestro alrededor luego de que Jungwon volviera a besarme, sus manos acariciaron lentamente mi espalda y luego su mano derecha subió a mi cabello para sacar los mechones que estorbaban.

Seguí disfrutando de sus labios suaves, tiernos y perfectos hasta separarme intentando recobrar el aire.

Jungwon volvió a sonreír...

Su sincera sonrisa llegó a mi corazón y no pude evitar como cuando Jungwon sonreía en su infancia.

Él estaba mejorando...

Tal vez siempre fue así, una forma cruda y difícil de entablar el destino de ambos pero que sin embargo, seguiría esforzándose en terminar de la mejor manera.

— Si te beso otra vez ¿Me golpearas? — preguntó recordando la adolescencia.

— Lo pensaré. — reí avergonzada.

Entonces... ¿Ahora solo faltaba formar una familia?
¿Formar un lindo bebé?