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Las horas pasaban y lo que Jungwon había dicho parecía ser verdad.

Recorrí el cuarto oscuro con mis manos y había notado que ni siquiera tenía un baño, al menos un inodoro...

No tenía una manta para taparme del frío y menos un colchón liviano para acostarme.

Eran cuatro paredes inútiles y un suelo helado.

4 días después

Había pasado de la fase llorar al enojo, golpear paredes, golpearme a mi misma o gritar hasta que mi garganta doliera...

¿Mis necesidades? Esto era desagradable pero todo se basaba en ir a la esquina y hacerlas en plena oscuridad, sin poder limpiar, cambiar el aire del cuarto o algo... Hasta mi boca olía extremadamente mal.

Tenía mucha hambre, no sabía que comer y lo peor de todo es que realmente no tenía nada para masticar...

Estaba helada, mis manos dolían por el frío, mis labios estaban agrietados y en ocasiones me descompuse por la humedad de la habitación.

— Abran.

La puerta se abrió y cerré mis ojos con fuerza por la ceguera.

Había estado durante 4 días en plena oscuridad...

— ¡Agh! — alzó la voz tapando su rostro con rapidez. — ¡Apestas!

Gatee con dificultad hacia Jungwon y tomé su pierna débilmente.

— Porfavor... — Susurré aún con los ojos cerrados.

Jungwon movió su pierna con fuerza tirandome un poco lejos de él y se alejó de la habitación mientras aún tapaba su nariz con la manga de su saco.

— Denle una higiene como corresponde, la quiero preparada antes de las 10.

— Si señor.

Me levantaron y me llevaron fuera de aquel lugar mientras podía predecir la horrosa facción de Jungwon hacia a mi...

¿Pero a quien puede juzgar?

El enfermo me metió a un cuarto durante 4 días.

.

— No me siento bien. — Susurré tocando mi estómago por arriba del vestido.

— cierre la boca. — contestó la sirvienta.

Apoyé mis manos en el mueble al sentir como seguían apretando con el corset para bajar la vista y soltar todo mi aire.

— Me duele mucho el estómago. — contesté.

La mujer golpeó mi cabeza con fuerza y solo permaneci en silencio mientras dejaba que me maquillara y me hiciera un peinado a la fuerza.

Los minutos pasaron y me obligaron a salir de la habitación para caminar con mucho esfuerzo hacia donde estaba Jungwon.

— ¿Ella es tu pareja? — preguntó el hombre.

— Así es, hermosa ¿No? — preguntó Jungwon acariciando la cadera de Tn.

— Bastante costosa habrá salido.

— Con dinero todo se puede. — respondió Jungwon riendo.

Ambos hombres rieron por lo que desvíe la mirada aún mas incómoda y seguí a Jungwon teniendo que saludar a todos y en ocasiones fingir sonrisas...

Las horas pasaban finalizando el horario de comidas y charlas y dejando el horario de alcohol, apuestas, ventas de mujeres y prostitutas.

— Jungwon... No me siento bien. — Murmure apretando mi estómago con más fuerza.

— 500 euros, primera apuesta. — contestó Jungwon entregando el dinero.

Coloqué mi mano en su brazo tratando de que me prestara atención pero simplemente lo corrió con fuerza.

— ¿Puedo ir al baño? — pregunté.

— Ajá.

Me levanté queriendo ir pero Jungwon volvió a tomar mi brazo para sentarme a la fuerza.

— Te dije que no.

Cerré mis labios queriendo guardarme todo lo que tenía para decirle.
Solté un suspiro debido al dolor para sentir como tomaban mi mejilla con delicadeza.

— ¿Que le pasa a tu chica, Jungwon? — preguntó un joven de 20 años.

— Le di lo que se merecía. — contestó riendo.

Los hombres de la mesa se rieron junto a Jungwon hasta solo levantarme ignorando su llamado y caminar al baño con lentitud.

Apenas entré al cubículo, caí al lado del inodoro para empezar a bajar el cierre de mi vestido, desajuste el corset hasta comenzar a quejarme al sentir insoportables quejidos en mi intimidad.

Tomé la esquina de mi vestido y con mucha fuerza comencé a romperlo hasta llegar a mi braga la cual estaba cubierta de sangre...

Mis piernas tenían sangre que llegaban por poco hasta mi rodilla.

— ¿Tn? — preguntó Jungwon entrando al baño. — ¿Acaso te dije que fueras al baño? — preguntó molesto.

Escuché como golpeaba la puerta he intenté alejar mis piernas del pequeño hueco de la puerta.

— Sé que estás aquí. — contestó tocando la puerta — abre la puerta.

Cerré mis ojos húmedos aguantando el dolor para apoyar mi mano ensangrentada en el inodoro he intentar levantarme pero caí en el intento.

— ¡Si no sales voy a abrir! — alzó la voz.

— ¡No! ¡Dejame sola! — grité entre sollozos.

La sangre no dejaba de salir lo cual me hacía asustar más...

La puerta se abrió a la fuerza dejando ver a un Jungwon molesto a uno preocupado por tanta sangre.

Estaba embarazada... Pero como dije, estaba.

𝑁𝑜𝑡 𝑓𝑜𝑟 𝑠𝑎𝑙𝑒 | YJ & TN | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora