CAPÍTULO 28: TRANQUILIDAD

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Me fui a la torre vigía, necesitaba un momento a solas. Trataba de no pensar en las palabras de papá, pero era lo único que se me venía a la mente.

– Glenn me dijo que estabas aquí.

– no quiero ni escuchar su nombre. – suspiré mirando hacia el bosque, recargada en la baranda y dejando volar mi pies en el borde.

– ¿pasó algo? – preguntó sentándose junto a mí.

– papá piensa que te aprovechas de mí por lo del Gobernador.

– Glenn dijo que es un violador, ¿él te...?

– no, sólo... creo que sí tenía esas intenciones pero no lo hizo, sólo me obligó a quitarme la blusa y el sostén.

– sólo eso... eso es demasiado, Rory, lo siento.

– ¿por qué?

– de haberlo pensado bien...

– yo fui quien te lo propuso.

– y yo lo acepté, no me arrepiento pero acabas de pasar por algo traumatico.

– eso no cambia lo que siento por ti, pasó y ya.

– Rory... – acarició mi mejilla.

– Daryl, sólo dejalo pasar y ya, puedo lidiar con eso y mucho más, no logrará que me afecte y mucho menos que afecte lo nuestro que apenas comienza, no comencemos con el pie izquierdo, por favor. – asintió.

– sólo dejaré en claro que no me aprovecho de ti.

– lo sé. – besó mi frente y me abrazó.

– ¿y por qué estás enojada con Glenn?

– porque le contó a papá sobre lo que quiso hacerme ese sujeto, el que menos necesito que sepa sobre eso es él.

– es tu papá.

– no es mi papá, dice que soy su hija pero no me trata como tal, ojalá Judith no sufra lo mismo que yo, él sólo... tiene ojos perfectos para sus hijos perfectos, sólo... para Harley y Carl.

– ¿qué? – escuchamos detrás nuestro y volteamos, era Carl. – ¿qué dijiste?

– Carl... – me miró herido y volvió a irse. – mierda, mierda, mierda... – me levanté lo más rápido que pude y lo seguí hasta detenerlo antes de que saliera de la torre. – Carl, no quise decir eso.

– ¿papá no es tu papá ni el de Judith?

– Carl...

– ¡dime!

– vamos al patio, ¿sí? Te lo contaré. – miré escaleras arriba. – te veo en el bloque. – asintió y salí de la torre con mi hermanito hacia el patio.

– ¿por qué dijiste que papá no es el papá de Judith ni el tuyo?

– ¿recuerdas cuando huimos de la granja? ¿Que papá mató a Shane? – asintió. – antes de que papá lo matara porque él intentó matarlo, confesó que yo no soy hija de Rick, me adoptó como su hija pero no comparto la misma sangre que él, mamá me tuvo antes de salir con él.

– pero si te adoptó, sí es tu papá, ¿no?

– sí, pero jamás me trató como si fuera suya, había algo en sus ojos que sólo veía cuando los miraba a ti o a Harley, no les tengo envidia y nunca he estado molesta con ustedes por eso porque no es su culpa y no quiero que te pongas en contra de papá, es algo entre él y yo, él es un muy buen padre con ustedes.

– pero no contigo.

– lo ha tratado pero siempre termina mal.

– ¿y Judith? – se me hizo un nudo en la garganta.

– yo jamás dije que papá no fuera el padre de Judith. – mentí.

– dijiste que ojalá Judith no sufra lo que tú sufriste.

– lo dije por el momento y cómo nació, no habría sido lo mismo si mamá hubiera sobrevivido... y tú ya viste que papá entró en un estado de locura al perderla, nosotros tres podemos cuidarnos, Judith no y él es su única figura paterna, por eso lo digo, porque mamá ya no está.

– entonces... ¿papá sí es...?

– sí, es de la misma sangre de Judith. – le volví a mentir. – pero eso no me hace menos hermana de ustedes, los amo igual, los protegería con mi vida si fuera necesario. – dije abrazándolo.

– yo también te amo, Rory, y haría lo que fuera por ti, Harley y Judith. – besé su frente. – extraño a mamá.

– yo igual, no te imaginas cuánto... lamento que tú hayas sido quien...

– alguien debía hacerlo, tú tenías a Judith, tú ya la habías sacado... no podía dejarte todo el peso a ti. – las ganas de llorar aparecieron. – debía ser yo, no te preocupes.

– bien, solecito.

[...]

Entramos después de un rato, él se fue a su celda con Harley y Evan y yo fui con Daryl, Dimitri y Nat.

– es extraño que ustedes dos estén a menos de dos metros. – mencioné señalando a los Dixon, ambos sonreían.

– se reconciliaron. – contó Nat.

– ¿y Judith?

– con tu papá y Hershel. – sonreí. – y felicidades, me acabo de enterar, me alegro por ustedes... sólo, Daryl, no te...

– ya lo sé, no lo haré, descuida. – me abrazó y se fue a la celda de los niños.

– ay... el amor... – soltó Dim.

– si tu esposa estuviera viva...

– ex y me mataría, me odiaba después de lo que pasó y con justa razón, me encantaría retrasar el tiempo y cambiar todo.

– sabes que ella no te odiaba. – le dijo Daryl.

– estoy muy seguro de que sí.

– entonces... encontrarás a alguien más.

– jamás dije que buscara a alguien, sólo tuve ojos para ella y así será hasta que muera.

– si quieres me voy para que digas la verdad. – dijo Daryl.

– qué chistoso, pero es la verdad, sólo tenía y tengo ojos para ella, lástima que murió en ese hospital.

– ni se te ocurra hacer una tontera sólo para verla.

– si no lo hice todo este tiempo, dudo hacerlo ahora. – soltó melancólico y se fue.

– pobre Dim.

– ¿todo está bien con Carl? – asentí.

– sí pero tuve que mentirle sobre Judith, no pude y no podría hacerlo, cuando iba a nacer, mamá no engañó a nadie, con Judith sí, lo destrozaría... no quiero lastimarlo más. – me abrazó.

– deberías descansar.

– no, ¿quieres volver a la torre para vigilar o matar caminantes en la valla?

– vamos a la torre. – sonreí y lo abracé más fuerte.

– vamos. – salimos de ahí y volvimos a la torre.

Me gusta cómo se siente el viento desde acá arriba. Se siente bien, tranquiliza, ojalá así fueran los días, tranquilos.

Perfect [Daryl Dixon & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora