CAPÍTULO 10: SECRETOS REVELADOS

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Pasaron unos días más, Carl al fin pudo levantarse de aquella cama y caminar con mucha cautela para no lastimarse.

Lo único que no había cambiado fue la búsqueda de la niña de Carol, seguían las búsquedas pero no habíamos hallado alguna pista de ella.

– Rory... – me habló Glenn, sólo lo miré de reojo y seguí con mi camino. – Rory...

– ¿qué quieres?

– no sabía que Maggie y tú estaban juntas, lo siento. – suspiré, es cierto, nadie del grupo lo sabía, sólo la familia de ella.

– no te preocupes, no tuviste la culpa, ella no te contó ni se detuvo... así que... no hay problema. – medio sonrió. – ¿todo bien?

– sí... pero... sé que no debería contarle esto a nadie más pero no puedo ser yo quien le dé la noticia a tu papá.

– ¿noticia de qué?

– Lori está embarazada y no quiere contarle a nadie, ni a Rick, de hecho... me encargó pastillas abortivas. – me sorprendí, ¿mamá está embarazada?

– no es una mala decisión, no hay que traer más personas a la vida para ponerla en peligro de convertirse en caminantes o vivir con el miedo constante de que alguien vivo o no vivo te matará.

– lo sé, pero... también no creo que sea buena idea no contarle a Rick sobre su bebé.

– papá va a tratar de convencer a mamá de tenerlo y pues mi mamá no lo quiere, te encargó pastillas abortivas. – respondí obvia.

No es que no quiero otro hermano o hermana, me encantaría, pero... ¿traer a la vida un bebé en medio de un apocalipsis? Sería inconsciente e insensible tenerlo sólo para que sufra toda su vida con miedo.

– comoquiera hablaré con mamá, para que tu consciencia esté tranquila, gracias chinito.

– soy coreano.

– todos son iguales, ¿no?

– no...

– bueno... gracias coreanito. – se fue con Maggie, ambos se subieron a unos caballos y se fueron. – ¿cuánto tienes? – le pregunté a mamá discretamente.

– ¿de qué? – miré su vientre. – maldito Glenn...

– oí que no es bueno guardando secretos.

– ya lo noté. – la seguí mirando, esperando una respuesta. – 1 mes.

– ¿un mes? – asintió e hice cálculos. – papá los halló hace dos semanas. – asintió cabizbaja y avergonzada. – ¿es por eso que ya no dejas a Shane acercarse a Carl, a Harley y a mí? ¿Porque te acostaste con él?

– no sólo hice eso... también... teníamos una relación, éramos pareja... pero lo dejé cuando vi a Rick vivo... no podía seguir con eso... – sus ojos se llenaron de lágrimas. – pensaba "oh bueno... Rick está muerto, no pasará nada, no es malo seguir adelante", Shane quiere a Carl, a Harley y te quiere a ti como si fueran suyos, siempre los ha visto así y creí que eso era un plus, pero... en cuanto vi a tu padre sabía que estaba mal y que en verdad aún lo amo y que lo que sentía por Shane no era real... era sólo...

– para aliviar el dolor de la muerte de papá... – asintió. – oh mamá... – la abracé. – desahógate todo lo que quieras, no sabías que papá estaba vivo, no te preocupes... ¿y papá lo sabe? – negó. – okay... tranquila...

– perdón... – soltó rato después.

– ¿por qué?

– por meterte en ese lugar.

– hiciste lo correcto, aunque era un asco... ese lugar me ayudó mucho... todo pasa por algo.

– sí, tienes razón. – miró detrás de mí, volteé y vi a Shane y a papá regresando.

– ¿tampoco le dirás a Shane sobre el bebé?

– querrá tenerlo, igual Rick.

– ¿crees que papá querrá tenerlo después de saber que no es suyo? – asintió. – la verdad... no importa lo que ellos quieran, lo que importa es... ¿qué quieres hacer tú? ¿Qué es lo que tú quieres?

– no quiero traer a un bebé a este mundo.

– entonces... haz lo que tengas que hacer, es tu decisión contarles a ambos o a alguno de los dos, ¿okay? – asintió y besé su frente, sólo sonrió y acarició mi mejilla.

– eres la misma de antes.

– digamos que el medicamento me ayuda demasiado a estar cuerda.

– le encargué más a Glenn, están en una bolsita de plástico en nuestra tienda.

– gracias, mamá, eres la mejor. – me miró insegura. – eres la mejor mamá del mundo. – se lo volví a afirmar y sonrió. – ¿sabes dónde está Daryl? Supe que saldría a buscar a Sophia y quiero acompañarlo.

– salió en la mañana.

– y no me esperó... saldré a ayudarlo.

– no creo que sea buena idea.

– no pueden sólo Shane, papá y él estar buscándola... hay que cubrir más territorio... – sólo me miró. – ¿y si fuera Carl o Harley?

– te pareces tanto a Rick.

– ¿eso fue un halago o un insulto?

– un halago. – besó mi frente. – ten mucho cuidado, no quiero que te ocurra lo mismo que a Carl.

– tendré mucho cuidado, te amo ma.

– y yo a ti, Rory Bory. – tomé mis armas, mis cuchillos y me dirigí al bosque.

Seguí todas las banderas que clavaron en los árboles estos días y me encontré con un desnivel de varios metros que daba a un lago.

Lo extraño fue ver una de las flechas de Daryl por ahí, me asomé un poco y vi varias regadas. Bajé con cuidado y me encontré a Daryl con una flecha atravesandole el torso y un caminante muy cerca de él.

No necesitamos tener otro funeral.

Maté a los caminantes, empezando por ese, y me acerqué a Daryl.

– hey...

– ¿Merle?

– no, soy Rory. – me miró aún desorientado, agarré un poco del agua del lago y se la aventé a la cara.

– ¿qué te pasa?

– era para que te espabilaras, ¿cómo llegaste aquí?

– un caballo de Hershel me tumbó y caí directo acá.

– oh... te trajiste a Nelly Nerviosa. – dije tratando de no reír. – vámonos antes de que vengan más caminantes. – le extendí la mano pero no la tomó. – dudo demasiado que te puedas levantar solo. – me miró mal, la tomó y lo ayudé lentamente a levantarse.

Aunque lo incómodo de todo fue que al final quedamos demasiado cerca del otro, sólo di un paso para atrás.

– debe haber un lado menos inclinado para subir. – empecé a decir revisando cuando lo escuché quejarse, al mirarlo vi que se había sacado la flecha del torso. – qué idiota. – musité, me quité mi camisa y se la até a la altura de la herida.

– ¿qué diablos haces?

– salvando tu vida... por ahora, eso detendrá un poco el sangrado en lo que llegamos a la granja. – respondí obvia. – si eres demasiado fuerte para no desmayarte, podemos subir por donde bajamos... digo, si eres tan fuerte como para quitarte la flecha.

– cállate.

– obligame. – solté mientras empezaba a escalar. – ¿qué? ¿Ahí te quedarás mirando y ser presa fácil de los caminantes? – sólo rodó los ojos y me siguió. 

Subimos con mucha dificultad pero subimos.

Perfect [Daryl Dixon & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora