CAPÍTULO 86: APARTAMENTO

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Durante el camino a la panadería solté su mano, era algo incómodo después de muchos años.

– espera... – me dijo.

– ¿qué?

– no pueden verte así, se van a asustar si te ven con sangre. – mencionó y me toqué la cara, me ardió, luego la recorrí con los dedos, sentí los rasguños y vi la sangre.

– están acostumbrados, no es nada nuevo para ellos. – solté sacando una bandana de mi pantalón.

– vamos al hospital.

– estoy bien.

– no te estoy preguntando.

– yo tampoco. – respondí. – Daryl, ya no soy tu esposa, ¿lo recuerdas?

– el hecho de que te fueras no significa que hayas dejado de serlo.

– para ti no, para mí sí... fueron casi 10 años, no es fácil volver a una relación.

– Ally y Dim pudieron.

– pero nosotros no somos Ally y Dim. – insistí. – estoy bien. – volteé y vi una fuente, me acerqué a ella, me mojé la cara y los brazos y me sequé con la bandana, aguantando el dolor. – ¿ves? No hay por qué hacer tanto escándalo.

– comoquiera tenemos que ir al hospital, por tus medicinas.

– yo ya no tomo nada.

– pero no es como si no las necesitaras.

– ¿vas a empezar de nuevo con eso? – le pregunté.

– no te pongas a la defensiva. – entramos a la panadería, al verme entrar mis hijos corrieron a abrazarme.

– ¡mami! ¿ya estás bien? – preguntaron al unísono.

– sí, gracias por esperar y quedarse con su tía Ally, ¿cómo se portaron?

– muy bien. – sonreí.

– ¿les gustó el pan? – asintieron emocionados.

– ¿eso comías antes de la caída? – asentí. – está muy rico.

– ¿podemos comer más? – no sabía qué responderles.

– ¿pueden? – preguntó Daryl.

– claro. – se acercó al mostrador sacando la cartera y nosotros nos acercamos a la vitrina donde mostraban los panes. – ¿de cuál quieren?

– yo de ese. – Gen señaló una galleta con chispas de chocolate y Carl señaló una dona glaseada.

– ¿tú quieres algo? – me preguntó Daryl.

– no, estoy bien.  – pagó y les dieron la galleta y la dona a los niños y nos fuimos a sentar junto a Ally. – niños, ¿cómo se dice?

– muchas gracias. – contestaron con una sonrisa tímida.

– no es nada. – el silencio reinó por unos segundos, hasta que Ally decidió hablar.

– ¿cómo...? – nos señaló a ambos.

– nos encontramos en el lago. – respondí. – Carl, Gen, pues... ya saben quién es él, ¿no? – asintieron. – bueno... Daryl, él es Carl y ella es Gen, son nuestros hijos... – noté como los ojos de Daryl se fueron empañando poco a poco junto a una sonrisa ladina.

– ¿le puedes devolver el corazón a mamá? – le preguntó Carl, Ally y yo reímos por su ocurrencia.

– es una expresión, angelito. – le expliqué, acariciando su mejilla.

Perfect [Daryl Dixon & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora