CAPÍTULO 92: EXPEDICIÓN

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Mi primer día de trabajo... otra vez. Yay.

– no te ves tan animada... – escuché su voz. – así que te cambiaste de trabajo, adivino... ¿sólo por mí? – se acercó a mí, trataba de no temblar. – vamos cariño, no soy tan malo.

– sí lo eres. – se mantuvo calmado, lo que me pareció extraño.

– al menos no soy un mentiroso, Rory Dixon. – cerré los ojos, mierda, ¿cómo lo supo? ¿Quién le dijo? – sí, ya sé que no te llamas Diana, ni que tu esposo falleció, ni que ya no te quedaba familia aparte de tus hijos. – me tomó de la muñeca y comenzó a apretarla.

– ¿en serio creíste que diría la verdad? Con sólo verte sabía que no debía confiar en ti. – respondí aún con el nudo en la garganta. – suéltame.

– ¿por qué lo haría?

– no quieres saber lo que Daryl podría hacerte. – traté de soltarme, pero sólo me apretó más fuerte.

– Daryl no es nadie para impedir estar con mi chica.

– no soy tu chica. – miró hacia alrededor, y al asegurarse que no había nadie me cacheteó.

– ¡hey, hey, hey! – escuché a lo lejos. – ¿qué ocurre aquí? – preguntó Eli acercándose.

– nada, compadre, esta mujer quiso... propasarse conmigo. – miré a Eli, él se veía furioso.

– ella no haría eso. – respondió defendiéndome.

– vamos, ¿a quién le creerás, a una desconocida o a mí? – preguntó tratando de verse inocente.

– a ella. – la cara de Matthew cambió. – ahora suéltala o hablaré con Daryl para que te suspenda. – me soltó, se notaba que estaba encabronado. – vamos... – corrí a él para abrazarlo y nos alejamos de ahí. – hijo de perra, te dejó marcado... te saldrá un moretón.

– no importa. – dije secándome las lágrimas. – muchas gracias.

– puedes hallarme en el hospital, trabajo ahí, siempre haré un hueco para verte si me necesitas. – sonreí agradecida. – y bienvenida, no pude ir a verte antes.

– gracias... – me volvió a abrazar. – te extrañé demasiado.

– yo igual, nos dejaste muy preocupados.

– lo sé, no debí hacerlo.

– ya no importa... – sonrió tratando de animar las cosas. – Nat me contó que tienes dos hijos.

– sí, Gen y Carl. – su sonrisa cambió a una melancólica. – sí, se lo puse por él.

– son hermosos nombres. – sonreí. – ¿qué hacías ahí?

– esperando a Glenn y a otros para salir de expedición, primer día de trabajo... yay... – respondí sarcástica y rió.

– no has cambiado nada.

– ni tú, me alegro de eso. – vi que más personas empezaron a llegar, Matthew seguía ahí, así que aún no podía acercarme, y no lo hice hasta que llegó Glenn.

– tengan cuidado.

– lo tendremos. – me acerqué rápido a Glenn y no me alejé de él hasta que Matthew se fue.

– ¿volvió a molestarte? – asentí y me miró insistente, sólo negué, haciendo que bufara. – bien... – carraspeó para aclarar su garganta. – él es Kike, John, Paul, Wendy, Joanne y ella es Louisa. – presentó señalando a cada uno. – chicos, ella es Rory, se unirá a nuestro grupo.

– ¿hay más grupos? – le pregunté y asintió. – mucho gusto.

– ojalá sepas correr rápido y usar armas, he llegado a conocer gente a este punto de la caída que no saben hacer ni uno ni lo otro. – dijo Paul.

– no te preocupes por ello. – aseguré.

– bueno es hora de irse, andando. – subimos a una camioneta y salimos.

[...]

Anocheció, tuvimos que quedarnos en una casa, tal vez a dos o tres horas de Commonwealth.

– ¿cómo te sientes? – me preguntó Glenn sentándose a mi lado.

– me siento mal de sentirme más segura afuera que dentro de esa comunidad. – hizo una mueca. – y la ansiedad me carcome.

– lo noté. – dijo tomando mi mano, tenía sangre seca de haber estado arrancando los pellejos que se encuentran a los lados de las uñas. – están bien, están con Daryl y con Ally, ese idiota no les hará nada... o estará muerto.

– ese no es el Glenn que conozco.

– pasaron demasiadas cosas, Rory, cambié, todos lo hicimos... – contó recargándose en mi hombro.

– sí, eso es cierto. – lo tomé de la mano y sonrió. – me alegro de aún tenerte, eres como un hermano para mí.

– y tú mi hermanita. – sonreí.

[...]

Volvimos a la comunidad después de dos días de expedición, en la entrada vi a mis niños, a mi hermanita y a mi esposo esperándome, al igual que Hershel y Maggie esperando a Glenn, y demás personas esperando al resto del grupo.

– ¡mamá! – se acercaron a abrazarme. – te extrañamos.

– y yo a ustedes, no sé cómo sobreviví dos días sin mis tesoros. – sonrieron tímidos, besé sus frentes, en cuanto me separé de ellos, Judith me abrazó. – hola solecito.

– hola Rory... – miró mi mejilla, tenía un moretón por la cachetada de Matthew. – ¿pasó algo afuera?

– lo de siempre, caminantes, una que otra caída. – mentí, besé su frente y sonrió. Me levanté y me acerqué a Daryl.

– ¿qué tal tu nuevo trabajo? – me preguntó.

– me siento mejor. – sonrió aliviado y me besó. – vamos, cuéntenme qué pasó estos días. – tomé a Jude de la mano y con la otra a Carl, mientras que Daryl cargó a nuestra niña.

[...]

Me acosté en su pecho, escuchando sus latidos, son como una melodía para mí, una que me calma, que me encanta.

– Eli me contó lo que pasó con Matthew. – dijo acariciando mi cabello.

– dime qué no le hiciste algo. – dije asustándome.

– no, sólo una suspensión. – lo miré. – es broma, pero lo puse a hacer algunas tareas... digamos que al final del día parecía una mierda. – sonreí.

– gracias. – sonrió tiernamente. – fue muy lindo de tu parte.

– por mí ya lo habría despedido y mandado a otro lugar, pero... entiendo que no quieres problemas. – explicó. – pero tampoco quiero que el que te molesta salga impune.

– lo aprecio. – besó mi frente y lo abracé más fuerte.

De alguna manera siento que nada ha cambiado entre nosotros, pero a la vez sí. No sé cómo explicarlo.

– mamá... papá... – escuchamos a Gen, ambos volteamos hacia la puerta, allí se encontraba nuestra pequeña tallándose un ojo.

– ¿qué sucede, arquerita? – le preguntó Daryl.

– tuve una quesadilla. – traté de no reír, sólo sonreí para disimularlo, igual que Daryl.

– se dice pesadilla, ven, cariño, ¿quieres dormir con nosotros? – asintió y se subió a la cama, acostándose en medio. Comencé a cantarle mientras que su papá le acariciaba el cabello, no tardó mucho en quedarse dormida, a la par de Daryl. Una escena tan hermosa, tan tierna. Si tuviera una cámara, capturaría este momento para siempre.

Perfect [Daryl Dixon & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora