Perfect [Daryl Dixon & Tú]

CAPÍTULO 74: CARL

Negan estaba afuera, escapó de la horda que llevaron al Santuario, ¿dónde están los demás?

– carajo... – nos levantamos y tomé a Jude.

– miren... somos educados, o sea, no sé cuándo van a despertarse con los disparos que les dimos, pero deberían despertarse. Así que vayamos al grano, perdieron, se acabó, así que se pararán frente a sus casitas y empezarán a pensar en unas disculpas, la persona con la más aburrida de todas será asesinada. Luego, mataré a Rick frente a todos y continuaremos. – amenazó.

– llévate a Judith con Siddiq.

– ¡¿qué?!

– tienen tres minutos, tres minutos para abrir este portón o comenzaremos a bombardearlos a todos. – siguió Negan hablando.

– confía en mí, les avisaré a los demás que vayan allá a resguardarse pero pónganse a salvo, tengo un plan.

– está bien. – corrí con mi hermanita en brazos hasta la alcantarilla.

– ¿qué pasa afuera?

– ¿Carl te contó que estamos en guerra con otra comunidad? – asintió. – bueno... son ellos. – intentó tomar a Jude pero la alejé.

– para que bajes, no le haré nada. – se la di aún con desconfianza y bajé, en cuanto toqué el suelo se la quité.

– gracias.

Los demás no tardaron en empezar a llegar, pero no estaban todos, faltaba Michonne, Tara, Rosita, Daryl y Carl.

– ¿Dónde está Carl? – pregunté pero nadie respondía. – maldito niño. – me acerqué a Nat y le di a Jude.

– ¿a dónde vas?

– por mi hermano.

– no puedes ir.

– obligame. – la reté mientras empezaba a subir las escaleras.

– ¡Rory! – salí corriendo y lo vi en la plataforma junto a la entrada.

– mierda...

– ¡Maldición! No disparen, es Carl. – escuché a Negan decir mientras me acercaba a la plataforma. – mírate nada más, viendo quién llama a la puerta como un niño grande, estoy muy orgulloso, ¿papi no está en casa? Bueno... Al regresar encontrará una grata sorpresa carbonizada.

– hay familias aquí, niños, mis hermanas.

– eso me rompe el corazón. – respondió irónico. – hay niños en el Santuario, debes haberlos visto, hasta una bebé en uno de los puestos de vigilancia, me pregunto qué le habrá sucedido. – se calló. – nada de esto es justo, niño. Tú sí que lo sabes, tuviste que matar a tu madre, eso sí que es retorcido. – cerré mis ojos y apreté la tabla, tratando de tranquilizarme ¿por qué le tiene que recordar eso? – por eso, necesitamos a alguien a cargo que esté dispuesto a hacer lo que sea para que esas cosas no sucedan... Oh, espera, ¡ese soy yo!

– pasan cosas feas, pero podemos resolver esto, podemos detenerlo.

– Carl... – le hablé y me hizo un ademán de que parara sin dejar de mirar a Negan.

– ¿Así que ahora quieres hablar? – le preguntó Negan. – tu padre estaba empecinado en matarme, a mi gente le dio a elegir, pero a mí no. Así que ahora necesitamos un nuevo acuerdo, disculpas, castigos...

– ¡Mátame a mí! – le gritó y lo miré preocupada.

Jamás en mi vida creí que llegaría a escuchar esas palabras saliendo de la boca de mi hermano.