CAPÍTULO 68: EGOÍSTA

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Terminó de suturar ambos antebrazos y los vendó, el cazador igualmente dejó de darle sangre. Rory Dixon se encontraba sedada, postrada en una cama de la enfermería, estable, con la mala fortuna –para ella– de seguir viva.

– ¿estás bien? – le preguntó Grimes a Dixon, éste negó.

– se supone que debo protegerla, me prometí protegerla... y no lo hice.

– no puedes estar las 24 horas con ella.

– ya sé que no, pero vivo con ella, la mayor tiempo en la casa estoy con ella y con Norman... desde que sucedió lo de la granja...

– ¿qué sucedió?

– se hizo una prueba de embarazo y salió negativa. – lo miró con pesar. – pero no fue eso, se tapó los oídos y parecía que le dolía la cabeza.

– las voces volvieron. – asintió. – mierda... Lori me contó que a veces no tan solo son las voces, también son pensamientos intrusivos que a veces no puede controlar, Eli me contó también que llegó a atacar a su doctora y debía tener un guardia dentro del consultorio por si acaso, incluso atacaba a los enfermeros que la trataban mal. – contó, a Daryl le lastimaba escuchar eso.

– yo también haría eso. – el padre de la mujer sonrió.

– creo que odio más a Negan, él le heredó esto.

– eso explica muchas cosas de él. – soltó una pequeña carcajada.

– no, Rory me contó que él le dijo que su madre tenía esquizofrenia y que se saltaba una generación, Negan no lo tiene, los hijos que Rory y tú tengan es muy poco probable que lo tengan también.

– si es que los tenemos... ya estoy dudando también.

– ¿por eso? – negó.

– por ella, sufrirá en el embarazo con el desbalance hormonal y no quiero que sufra.

– me alegro que te tenga. – esbozó una sonrisa a medias y la miró, se veía tan pacífica, sólo acarició con su pulgar los dedos de ella, pues la tenía tomada de la mano. – iré a revisar cómo están los niños, no tardo. – asintió, Grimes se retiró del lugar y su otra hermana se asomó.

– ¿cómo estás?

– no importa cómo estoy, importa cómo esté ella.

– importa cómo estén ambos. – bufó y desvió la mirada. – Daryl, sabes que no tiene nada de malo llorar.

– ya sé que no.

– no puedes tragarte todo, lo que acaba de pasar es y será algo muy pesado para ambos. – se acercó a él y se puso en cuclillas tomandolo de la mano libre. – hermanito, libera todo lo que sientas, tienes mi hombro para llorar, me tienes para hablar, también a Rick y a Carol.

– no la quiero perder. – expresó soltandose a llorar. – no puedo... no puedo perderla.

– no vas a perderla.

– no la escuchaste, no la viste... esto fue mucho peor que lo que sucedió en la granja... se está rindiendo y yo no estoy listo para dejarla ir.

– nadie lo está, uno nunca está listo para dejar ir a la persona que más ama, mucho menos a su alma gemela. – respondió recordando cuando perdió a su esposo antes de la caída de la civilización. – no puedo hablar por ella, no sé qué pasa por su mente, pero estoy segura que ella te ama tanto como tú a ella, sólo dale tiempo para recuperarse, ella mejorará.

– ¿y si no lo hace? ¿Y si se termina de matar cuando yo me vaya a la guerra?

– no estará sola en ningún momento, no le gustará, pero no tendrá cosas puntiagudas ni nada peligroso cerca ni estará sola... tú sabes que ella no está sola. – le aseguró mientras le secaba las lágrimas. – bien, estaré al lado, háblame si despierta.

Perfect [Daryl Dixon & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora