CAPÍTULO 32: PRIMERA VEZ

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Sentía que alguien me miraba desde lejos y vi una sombra en el umbral.

– ¿qué haces ahí? – pregunté somnolienta, era una silueta de mujer. – es de madrugada, si se trata de Judith, Carl o Harley, habla por favor. – se fue acercando sin hablar, al tenerla cerca noté vi que era Allison. – Allison, ¿qué haces? – revisé arriba, la cama estaba vacía y solamente yo estaba en la cama, Daryl no estaba. – Allison... – sacó un cuchillo. – ¡Allison! ¡Allison, por favor! – comenzó a apuñalarme en el pecho, justamente donde tengo la cicatriz. – Alli...Allison... – se detuvo y me miró sonriendo.

– muere, por favor. – acercó el cuchillo a mi garganta. – aléjate de los Dixon. – cortó mi garganta.

Desperté, apenas podía respirar.

– amor, ¿estás bien? – me preguntó Daryl preocupado. – empezaste a jadear y luego dejaste de respirar, tuve que despertarte.

– gracias. – apenas pude decir recuperando el aire. – sólo... sólo fue una estúpida pesadilla, es todo.

– ¿quieres hablar de eso? – negué. – ¿segura?

– sí. – me miró inseguro. – ¿me llamaste amor? – desvió la mirada y sonreí. – qué tierno, mi amor. – sonrió y sus mejillas comenzaron a tornarse carmesí. – aww...

– basta.

– te ves tierno, Dixon. – me besó, me tomó de la cintura y yo de las mejillas, luego bajó su mano recorriendo todo hasta mi muslo y me acostó debajo de él, haciendo que mis manos pasaran de su cara a su torso. – ¿quieres hacerlo? – asintió.

– ¿tú quieres hacerlo? – asentí. – ¿muy segura? – volví a asentir y eso bastó para que sus labios se dirigieran besar a mi cuello, haciendo que me prendiera aún más.

Pero desapareció —un poco— al escuchar a Judith llorar.

– no podemos hacerlo aquí.

– ¿aún quieres hacerlo? – asentí, se levantó y me ayudó a levantarme. – vamos a la torre. – tomamos nuestras armas, una manta, una linterna y salimos de la celda.

– espera...

– ¿a dónde vas?

– ¿tienes condones? – negó. – oh Dios, Daryl, deja conseguirlos. – entré a la celda de Maggie y Glenn. – Maggie... – le hablé y despertó.

– ¿qué pasó?

– perdón, en serio perdón, pero... ¿tienes condones? – me miró divertida.

– ¿en serio? ¿En la madrugada?

– fue algo de último momento, tú entiendes. – me miró ofendida y reí lo más bajo posible.

– pareces de preparatoria.

– mira quien lo dice.

– pasame la mochila. – se la pasé y comenzó a buscar, sacó 5 condones. – sólo porque los quiero les doy la mitad.

– eres la mejor, gracias. – dije mientras me los daba y besé su mejilla en agradecimiento.

– diviértanse. – bromeó y salí de su celda. – listo. – los guardé en mi bolsillo.

– ¿a dónde van? – preguntó papá.

– a la torre norte. – respondió Daryl. – Rory tuvo una pesadilla y no puede dormir.

– y no quiere dejarme ir sola.

– tengan cuidado. – asentimos y seguimos nuestro camino.

– claro que lo tendremos. – me miró mal y carcajeé. 

Perfect [Daryl Dixon & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora