75. LOCO DE FELICIDAD.

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SANEM:
Hoy también ha sido mi primer día de trabajo después del parón. He tenído pequeñas arcadas por la mañana pero finalmente no he vomitado, la Doctora Dilara ha dado en el clavo con la nueva medicación y parece que ahora que llevo unos cuantos días tomándola mi cuerpo se está adaptando muy bien. Estoy encantada con ella, con su trato y cercanía, me hace sentir segura y me gusta que nos explique las cosas sin demasiados tecnicismos. Me gusta que sea clara y me encanta la forma tan dulce que tiene de tratar a unos padres primerizos llenos de dudas y desconocimiento.

Cuando he llegado a la oficina Elcin me ha esperado en la recepción para entrar juntas y la he acompañado a tomar su amado y necesario café. Mi amiga está súper emocionada con mi embarazo. Sé que en la ecografía no se aprecia nada en detalle pero he hecho una foto con el móvil, a mí me hace mucha ilusión tenerla y saber que es "su primera foto". Cuando se la enseño sus ojos se ponen pequeñitos y algo vidriosos.
-Elcin: ¡Ay amiga! Esto es algo increíble...
-Sanem: Lo es, mi bebé todavía es como una pequeña judía pero si escucharas como late su corazón te sorprenderías.
-Elcin: Qué emoción. Sanem escucharte decir mi bebé me pone la piel de gallina.
-Sanem: Tengo que darte las gracias, tú contribuiste en cierta forma a que todo esto ahora esté sucediendo, si no me hubieras convencido para ir a la boda de tu hermano tal vez Can y yo no nos hubiésemos vuelto a ver después del accidente...
-Elcin: Permítete que discrepe.

Dice poniendo una cara un tanto peculiar, Elcin es muy graciosa.
-Elcin: Pero si no lo hubieras visto en la boda de Onur se hubieran vuelto a encontrar en otro lugar, tú y Can son dos almas gemelas que estaban destinadas a encontrarse.
-Sanem: ¡Pero qué cosas tan bonitas me dices!

Me levanto de mi silla y pongo mis manos en su cara para estrujar sus mejillas como si fuera una niña pequeña cosa que le hace soltar una gran carcajada.
-Sanem: Te adoro.
-Elcin: Y yo a tí.

Sin darnos cuenta nos pasamos un rato hablando hasta que escuchamos el distinguido caminar de mi madre y sus tacones entrar en la cafetería.
-Derin: ¿Qué pasa, hoy no se trabaja?

Dice acercándose a nosotras y poniendo sus brazos en forma de jarra haciendo que casi saltemos del susto.
-Sanem: Mamá, buenos días, ya íbamos a subir.

Digo levantándome y cogiendo mi bolso.
-Derin: ¿Cómo está mi pequeña?
-Sanem: ¿Tu pequeña? Aún no sabemos su sexo. ¿Das por hecho que es una niña?
-Derin: Hablo de tí.

Mi madre me da un beso y mi amiga sonríe poniendo los dedos de sus manos en forma de corazón.
-Sanem: Estoy muy bien, he descansado y estoy sin vómitos y con muchas ganas de empezar después de todo lo que nos ha sucedido.
-Derin: ¿Y cómo está mi chica favorita?

Dice esta vez girándose para dirigirse a Elcin.
-Elcin: ¿Yo soy tu chica favorita?
-Derin: Sí. Pero que no te escuche mi hija, ¿Sabes algo? Es un poco celosa.

Mi madre le guiña el ojo y las dos se ríen, de mí claramente. Soy celosa de lo mío pero con Elcin no puedo serlo, además desde que llegó a la empresa hace unos años no sólo se ganó mi cariño, también el de mi madre y ambas la vemos como parte de la familia.
-Elcin: Bueno ante semejante declaración ¡Estoy estupendamente bien!
-Derin: ¿Son conscientes de que tenemos una reunión y que ya todos están en la sala mientras ustedes dos charlan como si esto fuera el salón de su casa?

Pregunta cambiando su dulce cara por una algo más seria.
-Derin: Elcin tomar tanto café es malo. Sanem, ¡Ponte las pilas! En cinco minutos empezamos, vayan al baño, hagan lo que tengan que hacer nos espera un día movidito y no quiero más relajo, ¿De acuerdo?
-Sanem: A sus órdenes, jefa.
-Derin: No te rías de tu madre. No te aproveches de lo que te quiero.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora