51. ¿QUÉ SERÁ DE NUESTRO FURURO?

1.6K 108 50
                                    

De nada me sirve ahora tenerlo en mis brazos mientras duerme si no quiere que me meta en sus cosas, esas cosas como él ha dicho, son problemas graves que ahora mismo nos conciernen a los dos; su dolor es el mío, sus problemas son los míos, así como los son sus éxitos y sus alegrías. Desde que nuestra relación se formó seria también supe que todo lo mío y lo que me concernía a mí ya fuera bueno o malo también iba a ser de él.

Queremos casarnos y crear nuestra propia familia lo que significa unir nuestras vidas para siempre pero de esta forma y con estos arranques no lo haremos de una manera sana; entiendo sus nervios, sus miedos, su rabia, su impotencia pero creo que también debería de ponerse en mi lugar. Tenía miedo de que pudiera hacer algo de lo que luego se arrepintiera, Umut es una mala persona, ha demostrado no tener ni corazón ni escrúpulos. Y lo menos que quería era que Can fuera a confrontarlo con un actitud agresiva y ese malnacido le hiciera daño o hiciera algo en su contra. De un ser tan despreciable me lo espero todo.

No puedo dejar de llorar mientras lo tengo durmiendo pegado a mí. Can es como niño y voy ha sido un poco como ese niño malcriado que se revela cuando no le gusta que le lleven la contraria. Yo no puedo dormir, estoy nerviosa así que con cuidado, cuando noto que él si duerme profundo me levanto y me voy a la terraza aunque el frío sea horrible, necesito fumar, necesito sentir aire. En una mano me llevo a Pimienta y lo pongo sobre mi regazo, en otra cojo mi teléfono móvil para encenderlo.

Mientras enciendo también el cigarrillo, a mi teléfono llegan un montón de mensajes de nuestros amigos preocupados por la reacción de Can y por cómo estoy yo. Tengo hasta cuatro llamadas de su padre y sólo por quitarle la preocupación se la devuelvo porque no tengo ganas ni ánimos de hablar con nadie y mucho menos volver a remover todo lo que pasó hoy.
-Özgür: Sanem, gracias a Dios que me contestas, estoy muy preocupado...

Dice resoplando aliviado.
-Sanem: Lo siento, decidí apagar el teléfono. Can se acaba de dormir, tranquilo.
-Özgür: ¿Qué ha ocurrido, ha hablado con Umut, verdad?
-Sanem: Ha hablado con él pero tu hijo no me ha contado nada... No sé qué ocurrió, tampoco sé lo que le dijo, ni siquiera sé si Umut admitió que había sido él el que difundió la noticia. No sé absolutamente nada Özgür.
-Özgür: Mi hijo es un cabezota Sanem. Sé la impotencia que debe sentir pero se encierra y me da rabia porque me recuerda a mí. Y se sufre muchísimo. ¡Vaya que si se sufre!

Por unos segundos me quedo en silencio sin saber bien que decir, no porque no tenga palabras sino porque el que está al otro lado es mi futuro suegro y no puedo contestarle cualquier cosa.
-Sanem: Sé que Can se siente impotente pero yo también lo estoy. Simplemente voy a dejarle su espacio...
-Özgür: Llámame ante cualquier cosa, por favor. He estado hablando con los abogados y como Özgür Divit que me llamo voy a mover cielo y tierra para que Umut pague por lo que ha hecho por mi hijo, este impresentable no va a quedarse impune. Y ese periodista se va a llevar una sorpresita de nuestra parte, vamos a meterlo en la querella también.
-Sanem: Eso espero, que paguen todo el daño que han causado.
-Özgür: Ahora no queda otra que tener mucha paciencia, Sanem...
-Sanem: Gracias.

Agradezco porque no sé realmente ni qué decirle. Paciencia, es una palabra fácil de pronunciar pero depende de en qué situación, muy muy difícil de practicar. No vuelvo a la cama, me quedo un buen rato en la terraza con una manta por encima y con mi gatito dándome calor bajo ella.

Hoy hace una noche tan bonita, pese a la contaminación lumínica que hay en la ciudad se pueden ver un montón de estrellas, seguro en la finca se hubiesen apreciado muchas más. Si esto no hubiera sucedido hubiésemos estado con nuestros amigos disfrutando tanto como lo hemos hecho estos días pero... Esto era algo que tenía que suceder y que estábamos esperando.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora