94. NO SÉ QUE HARÍA SIN TÍ.

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Intento que Selin se calme aunque para ello debería de estar yo calmado y no lo estoy. Sanem baja unos minutos después con Emir en brazos, está bañado, con su pijama enterizo y oliendo riquísimo.
-Sanem: Papá, ya estoy limpito. No te vas a librar de hacer la cena.

Dice poniéndolo en mis brazos. Percibo de lleno su olor a gel de baño, a crema corporal y a esa colonia tan rica que sin llevar nada de alcohol hace que se meta en las fosas nasales, la mezcla entre cítricos y flor de naranjo me encanta.
-Can: Ahora sí que hueles bien mi amor. Me encanta como te peina mamá, estás muy guapo Emir.

Mi mujer se dirige a mi hermana para abrazarla, tras ese abrazo lleno de compresión se sucede un mar de lágrimas, Selin se rompe y yo no soporto verla llorar, es superior a todas mis fuerzas. Sanem le seca las lágrimas con sus pulgares, besa su mejilla y rodea la encimera para llenar un vaso de agua, se lo da y pone una de sus manos sobre el hombro de mi hermana.
-Sanem: Queremos ayudarte, cariño cuéntanos qué te pasa.
-Selin: Ali no deja de llamarme, de mandarme mensajes, incluso me escribe correos electrónicos y yo no quiero hablar con él, necesito estar tranquila, necesito pensar. Estoy agobiada.
-Can: Selin, eso se llama acoso, ¿Lo sabes, verdad?
-Selin: Si Can, si lo sé.
-Can: ¿Te ha amenazado?

Mi hermana se queda callada y eso sólo hace que me encienda y me cabree más de lo que ya estoy. Intento coger aire y darle tiempo a que conteste o que se exprese pero no ocurre y mi ansiedad presiona mi pecho hasta el punto de hacerme explotar.
-Can: Selin, ¿Quieres hablar de una maldita vez?
-Sanem: Can, por favor...

Me advierte Sanem mientras pone a Emir en el Moisés junto a uno de los sofás del salón.
-Can: Si no contestas es porque si te ha amenazado, queremos ayudarte, estás haciendo todo más difícil. Confía en nosotros por favor. Pero habla de una vez. Habla ya.
-Sanem: Amor, no la presiones, ¡Te lo pido por favor!

SANEM:
Miro a Can fijamente, creo que la peor opción para que Selin se abra es agobiándola más de lo que ya está. Cuando se toma el vaso de agua le doy la mano y la invito a subir conmigo a la planta de arriba. Nunca la he visto así, está nerviosa, fría y temblorosa. A decir verdad estoy muy preocupada.
-Sanem: Selin, ¿Te apetece darte una ducha de agua caliente? Estás helada y casi tiritando. Creo que además de calentar un poco tu cuerpo te ayudar a relajarte.

Selin asiente.
-Sanem: Voy a prepararte un pijama y ropa interior. Verás cómo te sientes mejor.
-Selin: Sanem, no quiero molestar pero juro que no sabía dónde ir. Mi hermana Gamze es muy susceptible. Ella se pone muy nerviosa y pensé que ir a su casa solo haría que me sintiera peor...
-Sanem: No nos molestas en absoluto, somos tus hermanos. Voy a preparar las cosas en la habitación de invitados. Aquí hay toallas.

Digo abriendo la puerta corredera de uno de los armarios empotrados del pasillo.
-Sanem: Tanto en la ducha como en el armario del baño hay de todo, coge lo que necesites, esta es tu casa.

Selin me mira bastante afectada, la dejo sola, voy hacia uno de los dormitorios para prepararlo y cuando termino bajo a la cocina. Can está preparando la cena muy cabreado. La forma en que corta los alimentos para la ensalada lo delatan. El sonido que hace el cuchillo al atravesar la verdura sobre la tabla de cortar es seco y molesto.
-Sanem: Amor, creo que deberías calmarte un poco, vas a cortarte un dedo.
-Can: Es imposible calmarme Sanem...
-Sanem: Hazlo por tu hermana. Ha venido hasta aquí y eso ya es un gran paso. Hagamos que se sienta cómoda, seguro que así nos dirá lo que le pasa.

Can asiente y sigue preparando la comida con la misma efusividad de antes. Me acerco a él, me pongo de puntillas y le doy un beso en el cachete a la vez que acarcio su barba.
-Sanem: Por favor. No es el momento de ponerse así. Es tu hermanita pequeña y entiendo tu frustración pero ella está nerviosa y si te ve a tí así no querrá hablar por miedo a tu reacción. Prométeme que intentarás calmarte.
-Can: Lo intentaré pero no sé si lo voy a conseguir.
-Sanem: Claro que lo harás.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora