122. ESTAMOS JUNTOS, ¿QUÉ MÁS DA?

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Can se escurre por la cama para apoyar su cabeza en mi vientre, se abraza a mis caderas y resopla

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Can se escurre por la cama para apoyar su cabeza en mi vientre, se abraza a mis caderas y resopla.
-Sanem: Tranquilo mi amor, estoy aquí contigo. De nada vale castigarte a tí mismo, no seas injusto, siempre has llevado tu trabajo de la mejor forma, has sido amable, cariñoso e incluso en momentos críticos no has perdido los papeles, esto que está sucediendo no es tu culpa, nadie tiene que ser acosado independientemente de cuál sea su profesión.
-Can: ¿Por qué siempre tienes las palabras adecuadas para mí?

Su tono de voz y su dulzura me hacen sonreír. Entierro mis dedos entre su pelo hasta tocar con mis uñas su cuero cabelludo y hago surcos en él con intención de calmarlo, la respiración de Can se vuelve profunda y se aferra a mis caderas como si me fuera a ir a algún lugar y no quisiera dejarme marchar.
-Can: Espero que no te moleste lo que te voy a decir.
-Sanem: Tú dirás...

Can levanta su cabeza para mirarme a la cara.
-Can: A veces siento tu protección como si fueras mi madre, me haces sentir como ese niño que tras haberlo pasado mal recibe su abrazo, un beso en la frente, una caricia tierna o su plato favorito de comida. ¿Y sabes qué? Me ha costado pero con el paso del tiempo me he dado cuenta y sobre todo cuando las cosas no van del todo bien, que yo necesito esa parte de tí, esa madre dulce, amorosa y que da todo a cambio de nada aunque sea tu marido y no tu hijo. Necesito tenerte cerca para sentirme seguro.

Mi marido besa mi vientre y pasa su mano con delicadeza sobre él haciendo que mi piel se ponga de gallina no sólo por sus palabras.
-Can: Antes creía que mi labor en la relación era protegerte y ser fuerte para tí pero ahora he comprendido que también necesito sentirme protegido por tí. Y ya no me avergüenza admitirlo, además te necesito más de lo que creía... Mucho más.

Siento mi cuerpo como si fuera gelatina, mi corazón se comprime para de repente expandirse algunos centímetros más. Can me mira y acaba sentándose en la cama para abrazarme, lo beso con dulzura, despacio, pausado y culmino el beso con otro abrazo.
-Sanem: Algo tan bonito no puede molestarme. Para mí es un alago que te sientas así, es tanto lo que te quiero Can que no me cuesta arroparte y protegerte a mi modo. Por obvias razones nunca podría asemejarme a tu madre y tampoco lo pretendo pero me llega al corazón que sientas ese alivio tan parecido al que proporciona una madre. Somos adultos pero seguimos teniendo ese lado vulnerable, ese niño aún vive en nuestro interior, unas veces más escondido que otras pero sigue ahí. Si yo fuera tu madre me sentiría muy orgullosa de tí, tus padres y en particular ella ha hecho un trabajo maravilloso contigo.
-Can: Pienso a diario en lo afortunado que soy y lo feliz que me hace que Emir te tenga como madre. Desde que nació le diste tu corazón, le entregas tu fuerza diaria da igual si estás bien o mal porque él te necesita y tú lo has comprendido desde que aquella doctora nos dijo que el test de embarazo era positivo. Estoy orgulloso de este vínculo inquebrantable que has formado con él, eres la mejor mamá del mundo, para Emir y para mí.

Can es tan adorable, vulnerable y sensible. Detrás de ese hombre fuerte y temperamental hay demasiados sentimientos y me encanta que después de estos años de relación siga descubriendo cosas tan bonitas de él.
-Sanem: Gracias porque tus palabras son preciosas y muy sinceras pero sin tí esto no sería así. Tú fuiste el único hombre que con tu amor creaste en mí la necesidad y el deseo de querer ser mamá. Sin tu apoyo no podría entregarme a los cuidados de Emir como lo hago, tú eres fundamental en mi maternidad, somos un tándem, eres un padre maravilloso, el amor que sientes por nuestro hijo hace erizar mi piel y estrujar mi corazón. Lo que estás haciendo para que yo pueda realizar mi sueño es más grande para Emir que para mí misma. Le estás entregando tu tiempo, creo que es el mayor regalo que le podrás dar jamás, cuando sea mayor sabrá que algún día su papá también lo dejó todo por él, por vivir su primer año de vida de cerca y crecer con él.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora