11. ¿Y TÚ QUÉ GUARDAS?

3.1K 137 116
                                    

Menudo listo.
-Sanem: No te confundas Can Divit.
-Can: No te confundas tú...
-Sanem: Voy a dejarte, tengo mucho sueño.
-Can: Que duermas bien y sueñes conmigo.

Me quedo paralizada y miro de un lado a otro y aclaro mi garganta.
-Sanem: ¡Ya quisieras tú que sueñe contigo!
-Can: Tiempo al tiempo.

Antes de que me escuche reír cuelgo la llamada. Cuando me meto en la cama duermo por el lado contrario al que estoy acostumbrada, la almohada huele a Can, las sábanas huelen a él y una especie de congoja me sacude. Incluso puedo sentir ganas de llorar, quiero que esté aquí, que me abrace como anoche, que me toque, que me haga sentir viva, quiero que me ame para después descansar como nunca antes entre sus fuertes brazos. ¿Lo quiero? Lo quiero.

Frotando mi cara en la almohada me duermo, Pimienta, mi dulce regalo llora en mitad de la madrugada y me levanto para darle su toma nocturna. Me pongo la bata y caliento su leche y se la doy mientras acaricio su pequeña cabeza.
-Sanem: Pimienta, ¿Quieres que Can sea tu dueño? ¿Lo dejamos?

CAN:
Trato de organizarme la semana lo mejor que puedo pero con las grabaciones y el entrenamiento se me ha hecho imposible ver a Sanem. Mis horarios han sido toda una locura, tengo tantas ganas de verla que ni yo mismo me aguanto. Hoy nos han pasado el planning de la siguiente semana y justo el fin de semana lo tengo libre. En cuanto lo he sabido le he mandado un mensaje a Sanem para que pueda organizarse.

Necesito saber ya que es lo que ha preparado para mí. El sábado quedamos en que me recogería con su coche a eso de las 11:30. Hoy he tenido que grabar la voz en off de uno de los capítulos y sólo me ha llevado un par de horas, a las 11 he salido como un cohete del estudio y he ido a casa para ducharme y coger algo de abrigo. Sanem, es muy puntual y a las 11:30 me ha mandado un mensaje para avisarme de que ya estaba en la calle.

Cojo todas mis cosas y me voy. Ahí está, concentrada, mirando al horizonte, cuando se gira y me ve sonríe.
-Can: ¡Menudo cochazo!

Digo apoyándome en la ventanilla.
-Sanem: ¿Subes?
-Can: ¡Allá voy!

Abro la puerta y me subo, antes de ponerme el cinturón beso su mejilla, Sanem se ha puesto sonrojada. Ya nos hemos besado en los labios en más de una ocasión, hemos dormido juntos y ella se pone roja por un beso en la mejilla. ¿Cuanto tiempo podré aguantar sin estar con ella como yo quiero? Mi paciencia se agota.
-Can: Señorita, creo que ya va siendo hora de que me diga a dónde me va a llevar, ¿No cree?
-Sanem: Te voy a enseñar uno de mis lugares favoritos en el mundo, pero primero vamos a comernos el mejor cordero que hayas probado antes.
-Can: Suena muy bien pero ¿Puedes decirme dónde es?
-Sanem: En Bursa.

De una ciudad a la otra hay aproximadamente dos horas de trayecto, pero con Sanem esas dos horas se me pasan volando, cuando me he dado cuenta hemos pasado por un cartel de tráfico que da la bienvenida a la ciudad. Bursa es una ciudad entrañable, está constituida por un montón de verde; parques, jardines y bosques que se extienden por toda la región, al fondo se alza la montaña Uludag. Imponente a la par que bonita.

Recuerdo haber estado de pasada hace un montón de años, realmente no conozco mucho sobre esta ciudad y hacerlo de la mano de Sanem me parece un plan increíble.
-Sanem: ¡Bienvenido a Bursa!
-Can: Gracias.
-Sanem: Espero que hayamos traído suficiente abrigo.

El día está algo nuboso pero no deja de ser bonito, algunos rayos de sol se cuelan entre las nubes. Cuando Sanem aparca su coche, cogemos los abrigos, ella se cuelga su bolso y andamos por una avenida.
-Sanem: Supongo que ya has estado aquí.
-Can: Supones bien pero sólo he estado de pasada.
-Sanem: ¿Enserio?
-Can: Sí.
-Sanem: Estuve pensando qué regalarte por tu cumpleaños, quería algo especial, como nuestra amistad.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora