33. EN MEDIO DE LOS DOS.

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Doy vueltas por el salón, Sanem lleva más de 20 minutos en la terraza... Veo que la puerta se abre de nuevo y va hacia el dormitorio sin siquiera mirarme, luego sale al salón para coger su móvil, las llaves de casa y su bolso del perchero.
-Can: ¿Nos vamos?
-Sanem: No sé a dónde irás tú pero yo voy a recoger a mi hermano Ilker al instituto, voy a pasar la última tarde libre de mi novio con él para disfrutar de mi regalo de cumpleaños.

Sanem tiene una cara de enfado que nunca había visto.
-Sanem: Va a cumplir doce años y tiene más sensatez que tú y que mi hermano Alper juntos. Que te vaya bien la tarde Can.
-Can: Sanem...

Digo tomándola del brazo, ella con sutileza me rechaza.
-Sanem: Ahora no Can. Por favor.

SANEM:
Me encantaría saber qué es lo que pasa por la cabeza de alguien cuando decide pelearse, usar la violencia... No sé quién me asombra más si mi hermano o Can. Ha dicho algo así como que lo había hecho porque mi hermano tenía rabia y debía soltarla... No entiendo el juego que se traen los dos, hasta ahora Can había tenído la razón pero con lo que ha sucedido la ha perdido por completo, han llegado los dos a un nivel que no puedo justificar.

Que se peleen por mí me hace sentir horriblemente mal, como hermana, como novia, como mujer en general. No puedo ni quiero entenderlos, estoy que exploto, necesito desahogarme con alguien pero me parece tan bochornosa la situación que siento que no puedo contarselo a cualquiera, si mi madre se entera de esto se va a sentir muy decepcionada y me moriría de la vergüenza.

Una vez en el coche la llamo para decirle que voy a recoger a Ilker en el instituto y le doy la sorpresa a mi hermano para llevármelo a almorzar y luego al cine. No le he podido prestar atención a la película, mi cabeza sólo pensaba en lo ocurrido con Can y mi hermano.

Estamos saliendo para ir a jugar a los bolos, aunque a decir verdad lo hago más por el niño que por mí, pues con todo gusto estaría en casa tomando una siesta que me alivie este dolor de cabeza y este mal cuerpo que se me ha quedado.
-Ilker: Sanem, ¿Por qué no me contestas?

Me reclama mi hermano.
-Sanem: Perdona Ilker, estaba pensando en otra cosa. ¿Qué me has dicho?
-Ilker: Te estaba preguntando que qué te pareció el final de la película.
-Sanem: Ah, si, me ha parecido muy bien...
-Ilker: ¿Te pareció bien que muriera uno de los buenos?

Me mira asombrado.
-Sanem: Lo siento, lo siento de verdad Ilker, no he estado muy atenta porque me duele un poco la cabeza, ¿Me perdonas?
-Ilker: Claro. ¿Vamos a la bolera?

Le doy un beso en la cabeza y nos vamos a jugar a los bolos. Intento disfrutar el momento, mi hermano me ha hecho este regalo con todo amor y no se merece que esté así. Su carita de ilusión cuando me ha visto pasar a recogerlo ha sido preciosa.

Al salir y dejar a Ilker en casa de mi madre se me ha ocurrido una idea, no sé si acertada o no, mi cabeza va a explotar y necesito hablar con alguien antes de llegar a casa y volver a ver a Can.

No sé por qué pero pienso en Gamze, quizá como hermana pueda darme algo de ayuda, aunque sea para desahogarme... Cojo mi teléfono y la llamo para preguntarle si le apetece tomar un café. Me contesta algo extrañada pero accede a mi invitación.

En vez de ir a una cafetería me ha dado la dirección de su casa. Cuando llego corro con la suerte de que sólo están ella y la niña y puedo estar más cómoda a la hora de hablar.
-Gamze: Bienvenida.
-Sanem: Gracias.
-Gamze: ¿Qué tal estás?

Dice dándome un abrazo.
-Sanem: Bien...
-Gamze: ¿Seguro? ¿Ha pasado algo con Can?

Dejo mi bolso a un lado y paso con ella a una terraza que hay junto a la cocina.
-Sanem: No sabía con quién hablar y me estaba ahogando, tu hermano está bien, bueno... Él y mi hermano se han peleado esta mañana.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora