El Amor Todo Locura.

2. SI TE ENAMORAS PIERDES.

Ahora han pasado dos meses y aunque no lo he superado estoy aprendiendo a asimilarlo. Hace una semana Chocolate me dejó repentinamente y me siento más sola que nunca, mi madre insiste e insiste para que vuelva a casa un tiempo pero no quiero, no quiero que me traten con pena, quiero intentar seguir hacia adelante por mi propio pie.

Los episodios de ansiedad no han desaparecido y me sorprenden en cualquier actividad diaria. Da igual que esté distraida y en ese momento no esté pensando en nada malo, la crisis viene para recordarme que en mí todavía está la herida abierta y sangrante. He empezado en terapia, la madre de Elcin es psicóloga y me animó a que probara, las primeras sesiones fueron horribles, para mí cada martes era un horror, saber que tenía que volver a abrirme en canal me ponía muy muy mal, pero ahora no me martirizo tanto.

Mi terapeuta me ha animado a que haga deporte, así sea andar...siento que si no hago este esfuerzo nunca voy a salir adelante. Me he puesto la ropa de deporte, me he calzado las zapatillas y me he recogido el pelo en un moño, bajo por las escaleras en vez de por el ascensor para ir calentando mi cuerpo y una vez en la calle me pongo los auriculares y comienzo a andar.

Cuando estoy cerca de la zona marítima siento algo en mi hombro y cuando me giro para ver me doy cuenta de que una gaviota ha hecho sus necesidades sobre mí. Busco en mi riñonera deportiva algo para poder limpiarme y encuentro un pañuelo de papel para quitar de mi camiseta la asquerosa deposición de la gaviota. Miro a mi alrededor y en la acera de enfrente veo una papelera y cruzo rápido para no perder más tiempo.

Lo siguiente que recuerdo es verme en el suelo, concretamente en la carretera. ¿Qué más me puede pasar? No quiero sonar victimista pero me ha dejado mi novio, se ha muerto mi gato... después de que una gaviota hiciera sus necesidades sobre mí un coche me acaba de atropellar. ¿Todo esto tiene algún significado?

Tras el golpe varias personas se acercan a mí, he frenado con la mano derecha el golpe del cuerpo, como puedo me siento en el asfalto caliente, el chico que conducía se ha bajado completamente pálido y hago un intento por levantarme pero él me frena, una señora muy nerviosa no se separa de mi lado y me pregunta por mi mano.

Cuando me giro siento otra vez ese mareo que tanto me intimida y todo se apaga ante mis ojos, cuando me despierto estoy en el hospital. Me revuelvo en la camilla porque estoy incómoda, nada más sentirme un doctor viene hacia mí.
-Doctor: Hola, ¿Estás bien?
-Sanem: Sí. Me he desmayado, ¿Verdad?

Digo poniendo la mano en mi frente. Estoy sudando.
-Doctor: Sí, te has desmayado, las personas que pasaban por allí dicen que te has desmayado cuando estabas sentada en la carretera, de no haber sido así a saber cuánto daño te hubieras hecho...

Al intentar moverme siento un dolor en la mano derecha, concretamente en los dedos meñique y anular y ese dolor se irradia hasta la muñeca.
-Sanem: ¡Oh, Dios!
-Doctor: Estábamos esperando a que te despertaras nos gustaría hacerte un escáner general, sobre todo por ese desmayo. También te haremos una radiografía. Creemos que te has fracturado dos dedos.
-Sanem: ¿Fracturado?

Digo intentando moverlos y siento un pinchazo tan agudo que me revuelvo del dolor.
-Doctor: ¿Cómo te encuentras a nivel general? ¿Tienes alguna otra molestia?
-Sanem: Me duelen muchísimo los dedos.

Muerdo mis labios para aguantar el dolor y no puedo evitar llorar.
-Doctor: La enferma te llevará a la sala de rayos, ¿Quieres que llamemos a alguien? Tenemos tus pertenencias, hemos querido esperar para ver si reaccionabas.
-Sanem: No, no hace falta, no llamen a nadie estoy bien.

Como un flash me viene a la cabeza quitar a Baris de la agenda como primer contacto al que avisar ante una emergencia. Si aviso a mi madre tendrá que dejar la oficina y además no tengo ganas ni de que se preocupe ni de qué me diga cientos de veces que me quede una temporada en su casa.