117. ES RECIBIR PERO TAMBIÉN ES DAR.

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SANEM:
Creo que Can y yo estamos apunto de cometer la mayor locura de nuestra vida en pareja pero sé que apoyándonos el uno al otro todo será más fácil. No dejo de sentirme un poco mal porque lo tiene que dejar todo aquí, pero en cierto modo que tenga tiempo para desconectar por una buena temporada, que pueda estar con nosotros y que disfrute a tiempo completo de Emir también me pone muy feliz.

He decidido hablar con mi madre, mientras Can se ha reunido con Alper para dejar todo lo que aquí se queda solucionado. Emir me ha acompañado a la empresa pero antes de ver a mi madre he ido a sorprender a Elcin a su oficina y cuando nos ha visto se ha levantado casi de un salto de su silla.
-Elcin: ¡Sanem, qué sorpresa!

Dice acercándose para abrazarme. Tengo a Emir en brazos y mi amiga no tarda en acariciar su cabeza.
-Elcin: Hola pequeñito, aunque cada vez estás más grande y regordete.
-Sanem: Hola tía Elcin.

Digo agitando la mano de mi bebé. Elcin me saluda con dos besos y toma a Emir que se va un poco regañado a sus brazos.
-Elcin: ¿Y ésta sorpresa? ¿No me digas que vas a volver pronto a trabajar?

Me muerdo el labio inferior y la miro a los ojos. Elcin y yo hemos trabajado muy a gusto desde el principio, ha sido una compañera ejemplar que siempre ha hecho mis días laborables más amenos, fáciles y felices y eso mismo hizo que entráramos en confianza y lográramos ser las amigas que ahora somos, no dejo de sentir una especie de congoja por lo que supone no volver a la empresa.
-Sanem: No precisamente. He venído a hablar con mi madre, ¿Te parece que cuando termine de hacerlo te recojamos y comamos juntas?
-Elcin: Claro, pero está todo bien, ¿Verdad?
-Sanem: Está todo bien. Avisa a Mesut, me apetece mucho verlo a él también.

Digo cogiendo una de sus manos. Tras hablar unos minutos cojo al bebé y voy al despacho de mi madre. Cuando entro empiezo a sentirme nerviosa, siento que mis pulsaciones están aceleradas y las manos me tiemblan. Emir se lleva las primeras atenciones de mi madre que se lo come literalmente a besos y luego me saluda con todo su amor. Al separarnos noto que me mira de una forma diferente y no tarda en preguntar si pasa algo. Sé que las madres todo lo saben o todo lo intuyen pero que la mía lo siga haciendo a pesar de mi edad me sorprende.

Dejo el cochecito del bebé a un lado y me siento en el sofá de su oficina.
-Sanem: Mami, ha ocurrido algo impensable para mí. Giulia me ha propuesto seguir con el proyecto del libro y he aceptado. Los tres nos iremos una temporada a Italia.

Mi madre abre sus ojos y su boca sorprendida y luego traga saliva lentamente para quedarse en silencio y ponerme aún más nerviosa.
-Sanem: ¿Mamá, no dices nada?
-Derin: Sanem, ¿Estás segura de lo que vas a hacer?
-Sanem: Sí...

Emir está sobre su regazo, mi madre lo mira con mucho sentimiento.
-Derin: Ay hija, ¿Por qué tan lejos?
-Sanem: Porque Giulia se va definitivamente, allí tiene otra editorial junto a su hermano y su cuñada aunque es más pequeña pero es la oportunidad para poder publicar mi libro, era eso o quedarme aquí y cancelar el contrato ¿Lo ves una locura?

Pregunto preocupada. Siento mi corazón apretándose y me anticipo a su respuesta. Aún así nuestra decisión de irnos está tomada pero no deja de afectarme la opinión de una persona tan importante en mi vida como lo es mi madre.
-Derin: Sanem, irte a Italia supondrá un cambio muy grande, Can y tú estarán sólos con el bebé y el hecho de no estar cerca para poder echarles una mano cuando lo necesiten me deja preocupada...
-Sanem: Mamá, no te preocupes, Can y yo nos organizaremos. Todo va a salir bien, ahora empezará una nueva etapa y aunque estemos los tres sólos estoy segura de que eso también nos hará mucho bien. Creceremos juntos y aprenderemos de esta experiencia.
-Derin: Ay cariño. Vamos a echarlos de menos, muchísimo de menos.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora