El Amor Todo Locura.

98. ESTO NO ES UN JUEGO.

Llevo mi cabeza al respaldo y respiro.
-Sanem: Me has asustado, Ali.

Digo reprochándole.
-Ali: Lo siento... Por favor, sólo serán unos minutos.

Me quito el cinturón, miro a ambos lados. Apago el coche, saco la llave, cojo mi bolso y salgo. Justo enfrente de donde he dejado el coche hay una cafetería. Como no sé con qué actitud ni con que intensiones viene prefiero que si vamos a hablar lo hagamos en un lugar donde haya más gente.
-Sanem: Vayamos a esa cafetería.

Señalo a la acera de enfrente.
-Ali: Espera, he dejado mi coche en doble fila, voy a aparcarlo.

Ali cruza la calle para ir hacia su coche, cuando entra en ese coche rojo me pongo nerviosa y a la vez me enfado, no tarda nada en cambiarlo de sitio y según lo hace viene hacia mí que estoy en la puerta del establecimiento con los brazos cruzados.
-Sanem: ¿Crees que es normal perseguir a la gente?
-Ali: No te enfades, no tenía otra opción, si tocaba en tu casa tu marido se iba a enfadar y es lo menos que quiero, te he visto salir y he visto la oportunidad para hablar contigo.
-Sanem: Por supuesto que se iba a enfadar. Tienes que entender las cosas Ali, este no es el modo correcto de actuar. ¿Me estabas esperando fuera de mi casa? ¿Qué coño te pasa?
-Ali: Estoy desesperado.
-Sanem: Necesitas ayuda.
-Ali: Lo sé y por eso quiero hablar contigo.

Entramos juntos a la cafetería. Yo me pido una botella de agua, él no quiere tomar nada. Veo como sus manos tiemblan y como juega de una manera estresante con el mando del coche.
-Ali: Necesito que me ayudes. Conozco la buena relación que Selin tiene contigo, sé lo mucho que confía en tí y lo que te quiere. Siempre te ha definido como su hermana. Sé que ella te lo cuenta todo... Necesito que me ayudes a llegar a ella. No sabes cuánto la echo de menos y el esfuerzo que estoy haciendo por no agobiarla pero no puedo más. Llevo semanas sin verla.
-Sanem: No puedo hacer eso Ali. Lo siento.
-Ali: Por favor, ponte en mi lugar, estoy enamorado, no puedo estar sin ella, quiero que tengamos una conversación y así poder decirle todo lo que siento, quiero que sepa que estoy dispuesto a cambiar todo lo malo.
-Sanem: Precisamente porque he estado en tu lugar te aconsejo que dejes a Selin vivir su vida, debes aceptar su decisión y seguir tú con la tuya.
-Ali: La quiero.
-Sanem: No lo dudo pero no la quieres bien, no la has respetado ni lo estás haciendo. Amar no es poseer, amar no es depender de tu pareja hasta el punto de que se sienta asfixiada, amar no es hacer responsable al otro de tus desgracias y pretender que por ello estén contigo. Ali, el amor a veces no es suficiente para cubrir nuestras carencias. O al menos no el amor de una pareja.
-Ali: Te juro que lo que siento es amor de verdad.
-Sanem: El amor tiene otro significado, el amor es sumar y tú le estabas restando a ella. Te estás restando a tí, ninguno de los dos merece vivir así.
-Ali: Ella es todo para mí, aunque no lo creas
-Sanem: Si es así, ¿Por qué dejaste que todo se fuera cuesta abajo?

Va a hablar pero lo corto.
-Sanem: No me respondas. No quiero la respuesta, esa respuesta debes dártela a tí mismo. No puedo ayudarte en lo que me pides. Quiero a Selin como a una hermana y por eso quiero su bienestar y su felicidad y ninguna de las dos cosas están a tu lado y no es porque yo lo piense, que también, sino porque lo piensa ella que es la protagonista en todo esto.
-Ali: ¿De verdad no me vas a ayudar? Dices que la quieres pero en realidad no la quieres ni una pizca, si la quisieras de corazón nos ayudarías.
-Sanem: Si tú quieres te ofrezco mi ayuda, conozco un centro de terapia psicológica que es de lo mejor que hay en la ciudad. Puedo darte el número teléfono.

Cuando voy a coger el móvil para buscar el contacto Ali se pone de pie bruscamente y me mira desencajado.
-Ali: ¿Me estás llamando loco?
-Sanem: Para nada, te estoy ofreciendo las herramientas que se me ocurren para ayudarte, yo he necesitado terapia y no estoy loca.
-Ali: Métete esas herramientas por donde te quepan.