El Amor Todo Locura.

175. HASTA LA LUNA Y VOLVER.

Una vez en la calle mi cuñado y yo nos despedimos y nos montamos cada uno en nuestro coche y tomamos un rumbo diferente. Yo me dirijo hacia casa, pongo la radio para escuchar las noticias pero lo menos que necesito ahora es escuchar cosas negativas y acabo quitándola. Al llegar a casa y pasar la llave por la cerradura escucho el llanto de Eda y veo a Sanem caminar por el salón con ella en brazos. Esta mañana he salido temprano y ambas dormían así que me acerco para saludarlas, doy un beso en la mejilla a mi mujer y uno pequeño en la frente a mi hija.
-Can: ¿Qué le pasa?

Pregunto al verla tan alterada, Sanem se encoge de hombros.
-Sanem: Creo que se ha despertado de mal humor, ya ha tomado la teta durante un buen rato, también le he sacado los gases y cambiado el pañal... Lleva más de media hora así y no sé qué más hacer, comienzo a desesperarme, Can.
-Can: ¿Quieres que la coja?
-Sanem: Sí, por favor.

Voy rápido a lavarme las manos y cojo a la niña que sigue llorando, el llanto de un recién nacido es lo más parecido al maullido de un gato. Ahora mismo Eda es como una gatita malhumorada, muy malhumorada.

Su cara comienza a enrojecerse y su mini cuerpo a tensarse, la coloco boca abajo, pongo la palma de mi mano bajo su pecho mientras que su vientre reposa sobre mi antebrazo, voy caminando despacio por el salón a la vez que le hablo y le pido que esté tranquila, Eda se va relajando hasta que por fin deja de llorar, Sanem que se había sentado en el sofá totalmente frustrada ahora suspira aliviada.
-Sanem: No sé cómo lo haces pero eres como un calmante para tus hijos cuando están estresados.
-Can: Yo creo que es pura casualidad...
-Sanem: Ya que está tan agusto y casi se duerme voy a darme una ducha. Tengo que lavarme el pelo.

Mi mujer se pone de pie y camina hacia la escalera.
-Can: ¿Te apetece que salgamos un rato? Necesito tomar un poco de aire y creo que la niña y tú también lo necesitan.

Sanem se gira y viene hasta mí.
-Sanem: Lo siento, olvidé preguntarte por la reunión, ¿Cómo te fue?
-Can: Los directivos no han dado la cara, nos hemos reunido con uno de los asistentes y básicamente me ha dicho que esperaban más de mí, ese ha sido el motivo por el que no estoy en la segunda temporada. Me ha aconsejado, sin que nadie se lo pidiera, por cierto, que reflexionara sobre este momento de mi carrera... Pero bueno, ¡Me desean todo lo mejor para mi futuro laboral!
-Sanem: Vaya equipo de cretinos.

Hago un gesto con la cara en señal de poca importancia.
-Sanem: ¿Cómo te sientes?
-Can: Estoy bien.
-Sanem: ¿Sabes lo que les pasa a los niños que dicen mentiras?
-Can: No digo mentiras.
-Sanem: ¡Les crece la nariz!

Dice dándome un toque en la punta de la mía haciéndome reír.
-Can: Estoy bien, Sanem. Ya tengo asumido lo ocurrido, si he ido a la reunión era para cerrar todo esto de una vez y pasar la página por completo.
-Sanem: Muy bien hecho. Recuerda que cuando una puerta se cierra otra mejor se abrirá. Nunca dudes de tí, Can. Tu talento es infinito.
-Can: Creo que me quieres demasiado, Sanem.
-Sanem: ¿Eso crees?
-Can: Sí... Eso creo.
-Sanem: Pues tienes razón, mi amor por tí también es infinito.

Acerco mi boca a la de Sanem y acaricio sus labios con los míos. La beso despacio, cuando me separo veo sus ojos cerrados y su media sonrisa y le robo un beso más haciendo un pequeño ruido.
-Can: ¿Y Nazli?

Pregunto al darme cuenta de que estamos solos en casa.
-Sanem: Acaba de salir, ha ido a comprar al supermercado.
-Can: Llámala y dile que no prepare el almuerzo.

Sanem asiente sin separar su cuerpo del mío.
-Can: Ve a ducharte, anda.

Pongo mi mano sobre su nalga y dando un leve apretón la impulso a que camine, ella coge el teléfono y sube las escaleras. Eda se ha dormido por completo. La acurruco y camino por el jardín, su corazón late muy deprisa pero se ve tan relajada que parece una muñeca. Cuando Sanem está lista baja las escaleras con el bolso de la niña colgado en el hombro y con algo de ropa en la mano; toma a la niña, le quita el pijama y la viste, y también la peina con un cepillo de cerdas naturales para dejarla preciosa.
-Sanem: ¿A dónde vamos?
-Can: A comprar algo de comida.