El Amor Todo Locura.

71. OJALÁ.

SANEM:
Cuando la enfermera me ha visto marearme de esa forma y me ha comunicado que me iban a sacar unas muestras para realizarme una prueba de embarazo me he congelado.

Puede parece tonto, pues estábamos buscando un bebé pero me parecía que era demasiado rápido para haberlo logrado sobretodo porque he escuchado muchas veces que cuando una mujer se somete a tratamientos anticonceptivos tan duraderos luego puede pasar mucho tiempo sin lograr un embarazo. Le he pedido que llamara a Can, fuera positivo o negativo quería que él estuviera presente, cuando ha dicho que un bebé estaba haciendo de las suyas dentro de mí me he vuelto como loca.

Voy a ser mamá. Hemos salido del hospital con una sonrisa de oreja a oreja y aunque mi mareo no ha desaparecido me siento fuera de mi misma. Nada más salir hemos ido a la farmacia a comprar todos los medicamentos.

Una vez en casa nos hemos quitado la ropa y nos hemos metido en la cama. Los dos estamos sentados, Can está apoyado en el cabecero y yo estoy con mis piernas cruzadas en medio de la cama, todavía me tiembla todo.
-Can: Menudo día más loco...
-Sanem: ¡Y yo pensando que me iba a morir!
-Can: ¿Pensabas que te ibas a morir?

Pregunta con cara de sorpresa.
-Sanem: Me asusté por lo del golpe. Ya no sabía ni que pensar.
-Can: Hemos ido por un golpe y hemos salido con un bebé...
-Sanem: Creo que el bebé nos lo hemos traído de España.
-Can: ¿Cuántas semanas ha dicho que tenías de embarazo?
-Sanem: Creo que tres y media o un poco más... No llegamos a las cuatro semanas.
-Can: Y nosotros pensando en que lo mejor que nos habíamos traído de España había sido el aceite de oliva.

Dice riendo a carcajadas.
-Sanem: ¡Hemos hecho a nuestro propio bebé en nuestra luna de miel!

Estoy alucinando. Creo que no hay nada ni más romántico, ni más bonito, ni más mágico.
-Can: Madre mía... No me lo creo, Sanem.
-Sanem: Tengo un miedo profundo; me siento bipolar, saltaría sobre este mismo colchón de la felicidad y a la vez me taparía hasta el cuello y me escondería.
-Can: Yo también tengo miedo, pero miedo por lo desconocido, la doctora nos ha explicado todo a la perfección, va todo bien, hay que seguir sus pautas y disfrutar. Sobretodo disfrutar.
-Sanem: ¡Muero por fumarme un cigarrillo! Me tiemblan hasta las pestañas.

Digo enseñándole mis manos, estoy temblando, fría y nerviosísima.
-Can: Yo también me fumaría uno pero voy a ser solidario y si tú no fumas yo tampoco lo haré, por lo menos no en tu presencia.
-Sanem: ¡Vaya! Qué generoso...
-Can: ¿Y si nos tomamos un té?
-Sanem: El té negro es abortivo.
-Can: ¿Qué dices? ¿Cómo lo sabes?

Cuando pienso realmente en la importancia de lo que he dicho me empiezo a sentir fatal.
-Sanem: Y yo llevo tomando té varias veces al día desde que volvimos de la luna de miel, ¡Soy lo peor! También he fumado, he bebido, me he caído... He estado haciendo un montón de esfuerzos.
-Can: ¿Y tú qué ibas a saber? Desconocías lo del embarazo ¿Quieres una manzanilla? Eso no puede hacerte daño...

Estiro mi mano para coger el teléfono móvil que por cierto sigo tendiendo la pantalla rota desde que se me cayó en el restaurante cuando me llamaron del hospital. Cuando voy a buscar qué tipo de infusiones pueden tomar las mujeres embarazadas me sale una aplicación muy interesante sobre el embarazo y decido descargarla.

Bajamos a la cocina y preparo la tetera para Can y yo me limito a meter una bolsita de manzanilla en mi taza de agua caliente.
-Can: Quizá lo que voy a decir te parezca una burrada, pero me alegra estar aquí, aunque sea por el accidente y así poder estar contigo. Hoy hubiese estado grabando hasta la madrugada y no me gustaría nada dejarte sola. Así que me alegra que todo haya pasado en cierta forma...
-Sanem: Pues si que es una burrada, te han operado de la muñeca, tienes dos costillas luxadas, el hombro y el cuerpo lleno de golpes y dolores, tu preciosa cara tiene magulladuras y yo, mi amor, estoy embarazada pero no estoy enferma. Tengo un huevo en la cabeza que se bajará con hielo y seguro que cuando comience a tomar esa vitamina para los mareos estaré como una flor.