46. MI PEQUEÑA SANEM.

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Can me pone unos ojos mimosos y no puedo resistirme a hacerle caso y me meto en la cama con él. No duda en abrazarme incluso ha pasado su pierna por encima de la mía, no vaya a ser que por algún casual me de por escaparme.

Realmente necesito dormir un poco más antes de ponerme con las tareas de la oficina. Cuando siento que él se ha dormido cierro los ojos y descanso, alrededor de las diez de la mañana me despierto, Can sigue en la misma posición, aunque está caliente le he puesto otra vez el termómetro y apenas tiene unas décimas por encima de la temperatura normal.

Me doy una ducha rápida y me voy al supermercado, por el camino llamo a mi abuela para que me diga cómo hacer una sopa condiciones, aunque no desprecio la que le hice anoche debo admitir que esas sopas de sobres no son lo mejor aunque nos sacan de un apuro como fue mi caso.

Cuando llego a casa siguiendo la receta de mi abuela preparo una sopa de verdad, con pollo de verdad y algunas verduras; Cebollas, puerro, apio, ajo... Los olores que desprende este caldo no tiene comparación. Cuando estoy terminando de recoger todo lo que he usado Can entra en la cocina con mucha mejor cara.
-Sanem: Buenos días.
-Can: Buenos días.
-Sanem: ¿Cómo te encuentras?
-Can: Mucho mejor, me sigue doliendo un poco la garganta pero ni comparación a cómo estaba ayer.
-Sanem: ¡Qué bien!

Digo dándole un beso en la frente.
-Sanem: Deberías de comer algo antes del almuerzo. He comprado manzanas verdes y rojas.
-Can: Sólo me apetece tomar un té.

Me giro para coger la tetera y servir una taza.
-Sanem: Si me necesitas estoy en el salón, tengo que trabajar.
-Can: De acuerdo.

Acaricio su barba y lo dejo. Una vez en el salón enciendo el ordenador y llamo a mi madre para que me explique unas cosas que no he entendido sobre un correo que acabo de recibir. Aunque no hago tanto como en la oficina me da tiempo de hacer unas cuantas cosas importantes. Durante la tarde la mejoría de Can es muy notable aunque no está al cien por cien. La noche no tiene comparación a la de ayer, ha tenído un poco de fiebre pero no ha sido tan alta y una vez se ha tomado la medicina y se le ha regulado la temperatura ha podido descansar casi del tirón y con ello yo también.

CAN:
Hacía mucho tiempo que no me ponía malo. He evitado decirle a Sanem que el tema de la grabación con la temperatura y mojado a esas horas ha sido un motivo de discordia entre el productor del anuncio y yo y mucho menos he querido contarle que Umut ayer por la mañana me había fundido el teléfono móvil a llamadas y mensajes para llamarme la atención como si yo fuera un niño pequeño y él mi padre.

El ambiente se caldea por momentos y si pongo en una balanza todos los reproches por parte de Umut en los últimos meses lo mandaría a la mismísima mierda. Creo que jamás he tenído tanta paciencia cuando algo me ha molestado tanto pero no quiero ser impulsivo y arrepentirme de actuar en caliente.

Cuando me he sentido un poco mejor he contestado los mensajes de Umut y le he pedido que venga a casa para poder hablar cara a cara y no por medio de un teléfono, quiero aprovechar que Sanem irá hoy a la oficina, no quiero hacerla sentir incómoda y además quiero hablar con libertad.

Él momento en el que mi mánager y amigo llega es un poco tenso, a decir verdad no sé ni cómo saludarlo, en otro momento le hubiera dado un abrazo por el cariño que le tengo pero me limito a darle la mano y lo invito a pasar a la terraza. Sin preguntarle si quiera he preparado té y café y he puesto la tetera y la cafetera para que, si quiere algo, se lo sirva por sí mismo.
-Umut: ¿Qué es lo que ha pasado, Can?
-Can: Ya estoy mejor Umut, muchas gracias.

Umut se ríe y mueve su cabeza hacia un lado y el otro.
-Umut: ¿Sabes la vergüenza que sentí cuando me llamaron los productores a primera hora de la mañana para decirme que se lo habías puesto difícil?
-Can: ¿Difícil? No me jodas Umut, es mi trabajo pero sé qué cosas son normales en esta profesión y qué no. Y sé sobradamente que hay límites que no se deberían de pasar.
-Umut: Leímos todos los términos juntos y no te opusiste a nada.
-Can: Sí, los leímos y los firmamos pero digo yo que ser un poco humano no cuesta nada. No les pedí que me trajeran una botella de Moët Chandon al camerino y que me hicieran un masaje en los pies, simplemente les pedí que me dejaran secarme y tomarme un puñetero café caliente, sólo necesitaba entrar un poco en calor para seguir grabando, estábamos en la puta intemperie y no paraba de caerme el agua. Estaba tiritando y ya no podía más.
-Umut: El tema del Spot publicitario era claro. Bajo la lluvia y de noche.
-Can: Umut, dime la verdad. ¿Te has propuesto reírte de mí este último año, verdad?

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora