143. BIENVENIDO AL MUNDO.

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CAN:
El centro de Roma está a rebosar, hemos tardado media hora más de lo habitual en volver y otra media más para regresar a Fregene por lo que en total entre ida y vuelta hemos estado tres horas en la carretera, demasiado para un bebé... Emir estaba que se subía por las paredes pero ha terminado durmiéndose del agotamiento. Cuando llegamos a la finca lo bajo del coche con cuidado y entro en casa, Sanem tiene el delantal puesto y está metiendo una fuente con comida en el horno.
-Sanem: Hoş geldin.
-Can: Hoş bulduk.
-Sanem: ¿Se ha quedado dormido?

Pregunta en voz baja al darse cuenta de cómo lo tengo cogido, yo afirmo con la cabeza.
-Sanem: Güneşim... Había dejado todo preparado para darle su baño.
-Can: Le cambiaré el pañal, ya lo bañaremos por la mañana.
-Sanem: De acuerdo.

Llevo a Emir a su habitación, cuidando que no se despierte quito sus zapatos, su abrigo y toda la ropa que lleva debajo para cambiar su pañal, ponerle un pijama y meterlo en la cuna. Cuando salgo veo a Sanem meter el biberón lleno de leche en la nevera.
-Sanem: Tal vez de madrugada quiera tomar un poco...

Bien pensado.
-Can: Hemos pasado mucho tiempo en la carretera, Nicolás dice que la época de Navidad siempre es así. Ha sido mucho para Emir.
-Sanem: Pobrecito. Hablando de la Navidad, Giulia nos ha invitado a la cena de Nochebuena, ¿Te apetece ir?

Sanem está demasiado sonriente, muerde su labio inferior y espera expectante mi respuesta.
-Can: ¿A tí te apetece? Es una celebración Cristiana...
-Sanem: ¿Sabes qué celebran? Todas las familias se reúnen para cenar y conmemorar el nacimiento del hijo de su Dios, ¿No es precioso?

Pregunta dejando el paño de cocina a un lado.
-Can: Supongo que sí. Si tú quieres ir iremos, si a ellos no les importa que dos turcos asistan a una cena así...
-Sanem: Perdona, somos tres turcos y por supuesto que les importa, nos han invitado porque es un día muy importante para ellos y quieren que estemos presentes, ¿Qué más da a que Dios le recen, o en qué Dios creamos nosotros? Al final Dios sólo hay uno y es el que nos guía con amor a ser buenas personas y a hacer el bien.

Sanem usa un tono un poco seco y a la vez pone una cara de enfado que me encanta. Sólo puedo acercarme más a ella para besar su cara y que se calme.
-Can: Tranquila, sólo quería saber si estabas segura, iremos, claro que iremos, si es un día tan importante para ellos estaremos en esa cena.
-Sanem: Hay que comprar regalos, esa noche viene Babbo Natale.
-Can: ¿Y ese quién es? ¿Un pariente de Giulia?
-Sanem: ¡Nooo!

Mi mujer empieza a reírse a carcajadas, yo la miro con intención de que me cuente pero para ello tiene que respirar profundamente.
-Can: Vale, sé que Babbo es padre... ¿Pero?
-Sanem: ¿Te suena Santa Claus, Verdad? Pues es la versión italiana.
-Can: Ya.
-Sanem: Tenemos que comprar regalos para Giulia, Nicolás, Vittoria y Burak.

Sólo con pensar en cómo está el centro de la ciudad y que tenemos que volver para ir de compras me entra mareo. Durante la cena Sanem me cuenta con mucho entusiasmo la historia y las tradiciones que tienen los italianos para celebrar la nochebuena. Después del sofocón que se ha cogido con la despedida de sus padres y de su hermano la veo muy ilusionada y eso me deja mucho más tranquilo, pensé que al volver la encontraría triste y es todo lo contrario.

Aunque tenía pensado quedarme por la mañana en la finca cuando nos despertamos salimos juntos para empezar las compras, aunque en cierto momento del día nos separamos para ser más productivos y aligerar el paso. Cuando estamos solos cada uno por su lado aprovecho para comprar un regalo para mi mujer y compro lo que me ha encargado; unos pendientes para Giulia y un juguete para Emir.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora