184. BIENVENIDOS A FREGENE.

1K 78 42
                                    

En cuanto veo que Emir se ha serenado termino de reservar todo lo relativo al viaje, lo que me lleva algo más de una hora... Habiendo tachado de la lista algo tan importante como la reserva de los billetes del avión y el hotel me siento más aliviado así que salimos los cuatro juntos a dar un paseo. Creo que la separación va a ser más dura de lo que ya intuía y eso me hace estar nervioso, Sanem ha estado bastante tácita durante el paseo y también pensativa. A pesar del momento vivido con Emir cuando le hemos contado que iba a estar fuera una temporada ha disfrutado en el parque como el que más y hemos estado corriendo, saltando y jugando hasta que el sol ha empezado a ponerse.

Mientras preparo la cena recibo la llamada de mi padre, finalmente ha decidido acompañarnos a Alper y a mí a Hungría y esa es la mejor noticia que me podían haber dado en el día de hoy. Una vez tengo mi cena terminada caliento la crema de verduras para Sanem y Emir y enrollo unas lonchas finas de pavo alrededor de unos espárragos blancos. También corto un tomate en rodajas y lo aliño, cuando tengo todo preparado pongo la mesa, Sanem baja con el niño duchado y con su pijama de verano puesto. Los tres nos sentamos a cenar, pero nuestra pequeña no ve muy bien que la dejemos fuera de este plan familiar, ella también come aunque lo hace del pecho de su madre que debe estar delicioso porque no lo suelta ni para respirar.

Cuando llega la hora de irse a la cama Emir me abraza con todas sus ganas.
-Emir: Papi, no quiero dormir todavía.

Subo las escaleras con él en brazos ya que parece tener pocas ganas de caminar.
-Can: ¿Por qué? ¿No estás cansado? Hemos jugado un montón.
-Emir: Estoy cansado pero sólo un poquito.
-Can: Mañana es mi día libre, si queremos hacer algún plan divertido por la mañana deberíamos dormirnos temprano.
-Emir: Yo quiero dormir contigo.
-Can: ¿Y qué hacemos con mami y con Eda?
-Emir: Mami puede dormir en mi cama, yo se la presto.

Dice con una cara de convicción digna de un chico mayor y no de un niño de tres añitos y medio. En cuanto llegamos al piso de arriba lo pongo en el suelo.
-Can: ¿Y Eda? ¿Dónde dormirá tu hermanita? Su cuna está en nuestro dormitorio.
-Emir: Mi cama es de niños mayores y Eda es un bebé pero si mamá la abraza muy fuerte no se caerá al suelo.
-Can: Buen planteamiento.

Aunque hago lo posible no puedo esconder mi risa. Llevo a Emir a que haga el último pipí y que también se lave los dientes, cuando salimos de su baño nos encontramos con Sanem subiendo las escaleras.
-Emir: ¡Mami, voy a dormir con papá!

Su grito de felicidad hace sonreír a mi mujer.
-Sanem: ¿Papá va a dormir en tu habitación?
-Emir: Ah, ah, vamos a dormir en su cama, la cama de papá es gigantesca.
-Sanem: Si que lo es, pero la cama de papá también es mi cama.

Emir entorna su cabecita, me mira y vuelve a mirar a su madre.
-Emir: Tu puedes dormir con nosotros pero yo al lado de papá, ¿Vale?
-Sanem: Gracias por darme permiso, aşkım.

Una vez estamos los tres en la cama Emir se posiciona mirando para mí, me da un beso de buenas noches y toca mi cara. Yo hago lo mismo con la suya, su piel es tan suave y delicada que me pasaría horas acariciándolo, de sus mejillas paso a su frente y seguidamente llego al nacimiento de su pelo, peino cuidadosamente con las yemas de mis dedos creando surcos en su cabellera castaña, los ojos de mi hijo comienzan a cerrarse y aunque hace el intento por mantenerse despierto termina quedándose dormido. Así, cara a cara yo también me duermo experimentando una sensación que a pesar del tiempo pasado desde que nació me parece indescriptible.

Cuando amanece Emir sigue a mi lado, aferrado a mi brazo derecho y con los ojos abiertos, Sanem está sentada en la cama amamantando a nuestra bebé. He sido el último en despertarme, que lo haya hecho por mis propios medios y que no haya sido por el sonido del despertador es muy placentero.
-Can: Buenos días.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora