151. DAR AMOR NUNCA PUEDE SER UNA VERGÜENZA.

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Abrazo a Sanem que tiembla entre mis brazos como un pequeño pajarillo, los dos estamos totalmente mojados y aunque estamos al final de la primavera no es muy agradable andar así siendo la hora que es.
-Sanem: Me sumo a tu deseo, yo también quiero verte reír toda mi vida.

Mi mujer me roba un beso, al separarse tirita aún más que antes aunque su sonrisa no se borra en ningún momento.
-Can: Entremos en casa, no quiero que te enfermes.

Escurrimos la ropa antes de entrar y luego nos duchamos y nos ponemos el pijama, bueno Sanem porque yo nunca he sido de utilizarlos aunque tenga unos cuantos. Ambos tenemos cosas que hacer por la mañana pero ninguno de los dos parece tener intención de dormir, Sanem está en su lado de la cama, con el codo apoyado sobre la almohada y su mano haciendo de soporte de su cabeza. La han invitado a hacer una presentación en una librería emblemática de Estambul, además en unos días empezará a trabajar en la empresa combinándolo con los compromisos que tiene con el libro. Me encanta verla sonreír mientras me habla de sus planes pero en un momento dado hago que pare poniendo un dedo en mi boca porque he escuchado algo, me pongo de pie y camino hacia la habitación de Emir, se ha despertado y está sentado en la cama llamando a Sanem al borde de las lagrimas.
-Can: Cariño, ¿Qué te pasa?

Me agacho y lo cojo en brazos y beso su cabeza, mi hijo enrosca sus bracitos en mi cuello.
-Can: ¿Quieres que te lleve con anne?

Me devuelvo al dormitorio donde Sanem nos espera sentada en la cama.
-Sanem: ¿Qué te pasa, mi amor?

Mi mujer estira sus brazos para coger al niño, en cuanto lo hace, éste llora con desconsuelo, Sanem lo abraza, lo besa y me mira con cara de circunstancia.
-Sanem: Emir, ya estás con mamá.

Acaricia su cabeza, lo vuelve a besar y palpa su pañal por la zona exterior para confirmar que está prácticamente seco. Cuando el niño se calma un poco lo sienta sobre sus piernas.
-Sanem: Amor, ¿Estás bien? ¿Quieres dormir conmigo y con papá?

Se acomoda hacia atrás poniendo al niño a su lado.
-Sanem: Can, ¿Crees que me he precipitado con el hecho de ponerlo a dormir solo en su cuarto? Me siento muy mal ahora mismo.
-Can: Cariño, ha sido una buena decisión...
-Sanem: Ahora duerme sin nosotros, va a la guardería... Pero sólo es un bebé.

La expresión de la cara de Sanem me crea muchísima ternura, estiro mi cuerpo y beso su cabeza. Mi mujer resopla, puedo leer su agobio, su culpabilidad y su pena. Por algún motivo cuando a Emir le pasa algo Sanem siempre se carga las culpas, creo que incluso puede sentirse una mala madre. No logro entender del todo que piense así y tampoco sé si eso es un pensamiento generalizado de todas las madres o sólo lo experimenta ella pero no estoy nada de acuerdo.
-Can: Nuestro bebé en breve tendrá un año y medio. Está totalmente preparado para iniciar esta etapa... La profesora de la guardería ha dicho que lo ve independiente, que juega con los demás niños con entusiasmo y que no ha llorado ni una vez por echarnos de menos.
-Sanem: Ya lo sé, pero aún así una parte de mí se siente mal.
-Can: Hemos tenído muchísima suerte, hemos estado casi un año juntos los tres, día a día, disfrutando de cada avance, si el niño tuviera algún problema por dormir sólo lloraría cada noche, tendría problemas para descansar, incluso comería mal... No te martirices, quizá tenga una mala noche o simplemente necesite tu calor.
-Sanem: Mi bebé.

Apago la luz de la mesilla de Sanem y luego la mía, me meto en la cama de nuevo con cuidado de no aplastar a Emir. Sanem pone una mano sobre su barriguita y besa su cabeza.
-Emir: Papá...
-Can: ¿Qué quieres, mi amor?

El niño se deshace del agarre de su madre y se sienta en el colchón girado hacia mí. Me sonríe y se cuelga de mi cuello hasta ponerse encima de mí clavando sus pies en mi vientre, Sanem se ríe.
-Can: Hay que dormir, Emir.
-Emir: Ayyy papá.
-Sanem: Alguien quiere los mimitos de papá...

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora