El Amor Todo Locura.

190. ¿QUIÉN QUIERE MATAR A QUIÉN?

-Can: Pues yo estoy que ardo...

Sanem vuelve a reírse.
-Sanem: Tocará darse una buena ducha de agua fría...
-Can: Por lo pronto yo me tendré que quedar unos minutos aquí pues estoy tan excitado que cualquiera se daría cuenta. Llevo unos pantalones que me dejarían en evidencia.

Escucho como mi mujer resopla al otro lado del teléfono.
-Sanem: Si estuviera ahí sabría cómo bajar esa calentura.
-Can: Baya, baya, baya iyi...

Mi respiración pesa, toda la sangre de mi cuerpo se concentra en mi pene, necesito calmar ese placentero dolor que no deja de crecer.
-Can: Sabes que me encanta que seas juguetona y que preferiblemente uses tus dos manos antes que una, dicen que menos es más pero el sexo contigo más es insuficiente...
-Sanem: Offf. No entiendo por qué nos estamos torturando de esta forma, Can.
-Can: Estoy tan cachondo.
-Sanem: Joder...

Escucho como un gemido quejicoso se escapa de los labios de mi mujer, sé que está tan cachonda como yo.
-Sanem: Me odio a mí misma por tener que cortar esta conversación pero he quedado con tu madre, vamos a llevar a los niños al parque de Karaköy Sahil, le prometió a Emir que íbamos a hacer un desayuno tipo picnic y debe estar al llegar... ¡Ah, Can, ah!

Noto el agobio de Sanem y no me puede parecer más dulce aunque yo esté en esta tesitura.
-Can: Tranquila, estoy en la calle y sé que no íbamos a poder llegar mucho más allá con esta conversación, ahora me iré con mi entrepierna dolorida y me daré una buena ducha de agua fría.
-Sanem: Lo siento, aşkım...
-Can: Te quiero, gracias por hacer que me olvide de todo lo malo aunque sea por un rato, gracias por acompañarme desde la distancia. De verdad que te deseo tanto... Además de hacerte el amor hasta quedar exhaustos también me apetece muchísimo abrazarte y sentir como tu mano sostiene la mía, echo de menos los detalles más pequeños contigo, Sanem.
-Sanem: Te amo, Can. Me alegra haberte sacado una sonrisa y algo más... Yo también extraño esos pequeños detalles contigo. Siento dejarte así, mi amor, perdóname. Görüşürüz.
-Can: Görüşürüz.

Escucho como Sanem lanza un beso y tras imitarla cuelgo. Me quedo sentado un rato intentando calmarme hasta que pensando en el trabajo lo logro.

Mi padre me llama para sugerirme que desayunemos fuera, desde que llegamos a Budapest lo hemos hecho en el hotel y aunque hay bastante variedad no nos vendrá mal cambiar un poco de aires y probar otras cosas. Cuando llego al hotel me doy una ducha y me arreglo para salir con él y con Alper. Hoy siento a mi cuñado especialmente callado, como si su cabeza no estuviera aquí... A pesar de que nos dice a mi padre y a mí que simplemente tiene falta de sueño lo conozco y sé que hay algo más. Mi padre se las ha ingeniado para encontrar un lugar donde sirven desayuno tradicional, lo que probamos no dista mucho de lo que solemos comer en Turquía pero sin lugar a dudas me ha sorprendido gratamente el Hagymás Túrókrém, una deliciosa crema de untar de requesón y cebolla, la cocinera nos ha explicado cómo se elabora y ya la he apuntado mentalmente para reproducirla cuando llegue a casa.

Hoy sólo trabajaremos cinco horas y digo sólo porque para lo que estamos acostumbrados desde que llegamos a este país cinco horas no suponen casi nada, hemos grabado en el interior del Parlamento. Tras subir por la alfombra roja la impresión del Parlamento es sobrecogedora, pues hay una obra en relieve del arquitecto del edificio realmente fascinante. En la sala de la cúpula están expuestas las diversas estatuas de los Reyes de Hungría y es ahí dónde se da uno de los momentos más cómicos de la película, por lo menos hasta el momento.

Al terminar las furgonetas nos dejan en el mismo lugar donde nos recogieron esta mañana, mi padre, como buen asistente habla con unas fans que al vernos bajar han comenzado a gritar mi nombre, a modo tranquilizador para ellas que se han puesto nerviosísimas, Özgür Divit organiza una pequeño encuentro donde además de saludarlas me tomo unas cuantas fotos y vídeos. En cuanto tengo oportunidad me adelanto para hablar con Alper, lo hacemos en el jardín trasero del restaurante del hotel.
-Can: ¿Me vas a decir que es lo que te tiene así?
-Alper: Simplemente no estoy de humor.