15. POR NOSOTROS.

2.4K 124 57
                                    

Can acerca sus labios a los míos y me besa de una forma tan intensa que tengo que sostenerme de sus brazos para no caerme. Haciendo esos ruidos tan característicos va abandonando mi boca para morder mi cuello y hacerme gemir.
-Sanem: Can...
-Can: Cariño.

Algo me dice que lo pare, que frene o no vamos a salir de su casa en lo que resta de día y aunque me encantaría creo que es el momento de prepararnos para salir, hoy es sábado y la semana ha sido suficientemente intensa como para quedarnos en casa.
-Sanem: Si quieres tomar una copa será mejor que nos preparemos ya.

Can se despega de mí sonriente, ahora toma mis manos.
-Can: Tienes razón, voy a darme una ducha y cambiarme. No tardo.
-Sanem: No tardes.

En lo que Can se ducha me quedo en su terraza y cojo su cajetilla de cigarros para empezar a fumarme uno, tranquila, calmada y pensando en todo lo que me dijo mi abuela, quizá tenga razón y esto de mantener nuestra relación de una forma discreta sea un sinsentido, ¿De qué nos tenemos que guardar?

Estoy enamorada, he recuperado la ilusión por vivir, ¿No debería de estar gritándole a los cuatro vientos que he conocido a un gran hombre, que me quiere y que está dispuesto a hacerme feliz? Mi cabeza es un lío, como esa cadena que se te enreda y cuando crees que ya has conseguido deshacer el nudo vuelves a ver qué sigue ahí.

Mientras lanzo pensamientos al aire escucho como Can se acerca, está abrochándose el cinturón, su camisa está sobrepuesta, sin abotonar. No recuerdo haber visto un cuerpo tan perfecto en mi vida, lo miro embobada y a juzgar por su sonrisa se ha dado cuenta.
-Can: Sanem ¿Me ayudas con los botones? Son tan pequeños y mis dedos tan grandes...
-Sanem: Claro.

Al acercarme veo que los botones son pequeños pero que quiera que yo se los ponga es una excusa para que estemos cerca. Respiro despacio mientras meto cada botón por su ojal, no puedo dejar de mirar sus abdominales, sus pectorales, el color de su piel y esos pequeños pelitos que lo hacen ver aún más varonil, rudo y sensual.

El olor de su perfume entra suavemente por mi nariz, es muy agradable y tan personal... Tengo que resoplar para mantenerme en pie, cuando llego casi al cuello de la camisa paro.
-Sanem: Listo.
-Can: Gracias. Me pongo los zapatos, cojo las llaves y nos vamos.
-Sanem: Perfecto.

Al llegar a mi casa no pierdo el tiempo, me doy una ducha y busco una ropa que ponerme, cuando estoy lista me maquillo y salgo al salón, Can está sentando en el sofá jugando con Pimienta.
-Can: Estás preciosa Sanem.
-Sanem: Gracias.
-Can: Juro que no hay otra mujer como tú, dulce, sexy, con tanto estilo pero sin ser exagerada. Me encanta eso de tí, no tienes que ponerte todo a la vez para destacar porque tú ya destacas con ser tu misma.
-Sanem: Gracias Can. Me gusta arreglarme, verme guapa, maquillarme...pero me gusta mirarme al espejo y reconocerme.
-Can: Estoy acostumbrado a ver a personas tan artificiales que siempre quieren más y más...pero tú eres diferente, incluso sin maquillar, sin peinar y acabada de despertar eres única y bonita.

Con la cara roja como un tomate me acerco a él para dejar un beso en la mejilla y darle la mano para que podamos irnos de casa. Can y yo hemos tomado un taxi y hemos ido a un Pub situado en la terraza de un hotel, hay Dj, una piscina enorme de borde infinito, es un lugar exclusivo y espectacular. Al llegar Can saluda a unos camareros que no tardan en acompañarnos a nuestro reservado.

En la zona que nos han llevado hay preparada una cubitera con una botella de champagne y algunas cosas para picar con bengalas alrededor. El camarero no tarda en descorchar el champagne y servirnos una copa a cada uno para luego dejarnos solos.
-Can: ¡Por tí y por mí!
-Sanem: ¡Por nosotros!

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora