17. EL PRIMERO DE MUCHOS.

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La cojo en mis manos, está amarillenta, pues fácilmente podrá tener 24 o 25 años desde que se reveló. Me levanto sigilosa para no despertar a Can y voy al salón para buscar mi móvil, justo cuando meto la mano en el bolso la alarma suena y me llevo un pequeño susto.

La desactivo y recojo nuestra ropa de anoche para ducharme y prepararme para ir a trabajar. En cuanto vuelvo al dormitorio pongo mis cosas encima de la cama, Can está despertándose y me sonríe.
-Can: Buenos días.
-Sanem: Buenos días.

Me siento, lo beso y estiro mi mano para coger la foto de la mesilla.
-Sanem: ¿Era bonita?

Digo poniéndole la foto ante los ojos. En cuanto la ve se echa a reír.
-Can: Eras preciosa y lo sigues siendo.
-Sanem: Me la has robado pero ¿De dónde la has sacado?
-Can: De tu casa y no ha sido un robo, la he cogido a cambio de mi chaqueta.
-Sanem: Sé que la has cogido de mi casa pero no recuerdo que la tuviera a la vista.
-Can: Mal hecho, esa foto tendría que estarlo pero ahora la tendré yo a la vista y podré verla al despertar todas las mañanas.

Can tira de mí brazo para besarme.
-Sanem: Can...no quiero llegar tarde a trabajar.
-Can: No veo la hora de estar en Capadocia, la semana se me hará interminable.
-Sanem: A mí también.

Me levanto, vuelvo a dejar la foto en su lugar, cojo mi ropa e invado su baño. Me meto en su grandísima ducha y uso su champú, oler a él me hace sentir un revoltijo en mi vientre, después de enjabonar mi pelo cojo su gel ¡Es tan personal, es tan Can! abro la tapa e inhalo el aroma, pongo un buen chorro en mi mano y lo extiendo sobre mi cuerpo haciendo que rápidamente se forme espuma, el simple hecho de saber que ahora mi cuerpo olerá como el de él me empieza a caldear.

Creo que este nivel de enamoramiento por Can me hace pensar en cosas que antes hubiera calificado como tontas, ni yo misma me reconozco, siempre me he creído una mujer fuerte pero él me hace sentir tan blanda con sólo pensarlo.

He desarrollado una especie de timidez en ciertos momentos que paso a su lado y a la vez me siento en confianza, como si nos conociéramos de hace mucho tiempo, sólo sé que Can es mi auténtica locura.

Cuando aclaro todo el jabón cojo las toallas para secarme y busco entre sus cajones un secador, lo uso y doy un poco de forma a mi pelo, cubro mis ojeras, me pongo polvos bronceadores, un poco de iluminador, máscara de pestañas y me pinto los labios con un labial de color nude. Guardo todas las cosas en el neceser y cuando abro la puerta veo a Can con la toalla enrollada en la cintura, de espaldas a mi mientras se seca su pelo con otra toalla más pequeña.

Respiro como si la vida se me fuera en ello, creo que he sido demasiado escandalosa porque Can se está girando hacia mí mientras se ríe.
-Can: ¿Estás bien?
-Sanem: Sí...
-Can: Te noto un poco agitada.
-Sanem: El secador...el secador de pelo me agobia un poco y es como si me faltará la respiración después de usarlo...

Y verte así me hace hervir por dentro.
-Can: Has tardado tanto que me ha dado tiempo de preparar algo para desayunar. Desde que me vista comemos, no sé tú pero yo me muero de hambre.
-Sanem: Gracias Can. También tengo hambre.

Paso de lado para ir al salón a guardar mis cosas.
-Can: Hoy te llevaré al trabajo, estoy oficialmente de vacaciones.
-Sanem: ¡Qué suerte tienes!

CAN:
Después de dejar a Sanem en su trabajo voy al gimnasio y hago una sesión doble de boxeo, al terminar me ducho ahí mismo. Al salir tengo una llamada de Umut, primero para darme las felicitaciones por la audiencia del final de la serie, segundo para disculparse otra vez por no poder haber estado anoche en casa y tercero para comunicarme que quieren hacerme una entrevista a través de un directo de Instagram.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora