161. UN BOMBÓN DE CHOCOLATE.

1.7K 85 51
                                    

Me cuesta tanto dormir... No puedo dejar de pensar en Can. ¡Ay mi amor!
O me relajo o mi corazón va a salirse por mi boca, logro dormir un rato, tal vez hayan sido dos horas seguidas, utilizo el baño para orinar y vuelvo a abrir el cajón para ver el test. No es un sueño, Sanem.

Vuelvo a la cama hasta que la alarma del teléfono móvil me despierta. Mi cabeza se siente abombada, me duele el cuerpo y siento de nuevo escalofríos igual que estos días atrás sólo que ahora sé que no estoy incubando ninguna gripe. Le preparo el desayuno a Emir y me tomo una tostada de pan con un poco de aceite. Cuando estoy trabajando frente al ordenador recibo un mensaje de Can en el que me avisa que no podrá recoger a Emir de la guardería porque su vuelo se ha retrasado. Trabajo hasta medio día y cuando tengo todo terminado le envío al departamento oportuno el contenido, por suerte el malestar ha bajado de intensidad y aunque siento el cuerpo cansado ya no tengo escalofríos. Una vez fuera de la empresa voy a recoger a Emir, cuando me ve me mira con cara de desilusión, esperaba a su padre y he aparecido yo...

Tras explicarle lo que ha sucedido se monta en el coche y va todo el camino en silencio. En casa lo mantengo entretenído para poder darme una ducha y mientras almuerzo picotea de mi plato y me cuenta qué ha hecho hoy. Can tiene su llave como es más que obvio pero ha llamado al telefonillo automático seguramente para alegrar a Emir, cuando escucha el sonido abre sus ojos.
-Emir: Mamiiii, es papá.

Deja todo lo que tiene en las manos y sale corriendo hacia la puerta, yo voy detrás de él.
-Sanem: Bienvenido.

Can sonríe. Puede que incluso esté más guapo que nunca o tal vez el amor que siento por él y las ganas que tenía de tenerlo de nuevo a nuestro lado estén trastornándome. No, definitivamente está más guapo que nunca.
-Emir: Holaaaa papi.

Emir grita y se abraza a las rodillas de su papá. Can se pone a su altura y lo coge en brazos para darle un millón de besos.
-Can: Qué ganas tenía de verlos.

Estira su mano derecha y me atrae hacia el para abrazarme. Emir toma su cara. Lo quiere sólo para él.
-Emir: Papá.
-Can: ¿Te has portado bien con mamá?
-Emir: Sí.
-Can: ¿Seguro?
-Emir: Sí. ¿Jugamos?
-Can: Claro pero voy a dejar la maleta y a ducharme. ¿Me esperas en el salón?

Emir asiente y corre a por sus juguetes, yo ayudo a Can con la maleta, me adelanto para dejarla directamente en el cuarto de lavandería y cuando cierro la puerta siento su mano sobre mi antebrazo y me volteo.
-Can: ¿Y mi beso?

Pregunta con una sonrisa pícara. Me acerco y lo beso, Can pone sus manos en mi cintura.
-Can: Pensé que no me habías extrañado...
-Sanem: Pues estás muy equivocado, me has hecho mucha falta.

Mi marido besa mi frente y sube las escaleras para ducharse. Emir es pura emoción y desde que lo ve bajar le da la mano y lo lleva al jardín. Estoy desesperada por contarle a Can que estoy embarazada pero está jugando con el niño y quiero hablar cuando estemos sólos. Nuestro hijo es inagotable, desde que llegó no ha parado de correr, saltar y jugar y eso que con todo lo que sucedió anoche no durmió como debería, veo los cielos abiertos cuando Can lo convence para bañarse pronto y también cenar. Cuando Emir toca la cama se queda dormido enseguida. Yo termino de publicar el contenido del trabajo en las redes después de añadir lo indicado en la última reunión, desconecto el ordenador y voy a por el test para meterlo en una caja pequeña de metal que en su momento contenía chocolates, sé que la idea no es gran cosa pero es lo que se me ha ocurrido.

Can está concentrado preparando la cena, ignorando por completo lo que tengo que decirle. Cada vez siento los latidos de mi corazón más rápidos y el nudo de mi garganta no me deja respirar con normalidad, casi no puedo comer y tengo que excusarme diciendo que he almorzado mucho cuando no ha sido así. Cómo él ha cocinado me toca a mí recoger, una vez termino voy hasta el salón. Can está sentado en uno de los sofás con el teléfono móvil entre sus manos.
-Sanem: Amor, ¿Estás ocupado?

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora