22. ESTO ES TODO LO QUE NECESITO.

2.2K 120 82
                                    

En cuanto dejamos de besarnos dejo mi bolso en el perchero. Cuando me giro veo a Can con los labios pintados de mi labial rojo.
-Sanem: Eres muy guapo pero con los labios pintados no me gustas nada...

Can se lleva la mano a la boca para confirmar que lo que le digo sobre sus labios es verdad y va hacia la cocina para limpiarse con una servilleta de papel. A medida que entro en el salón veo como ya tiene la mesa preparada. La cena no tarda mucho en llegar, Can ha pedido unos kebabs que con sólo olerlos ya se me hace la boca agua.

Mientras comemos le cuento sobre el evento que hemos preparado... En el fondo me ha dado un poco de pena marcharme, detras de un evento hay tanto trabajo y esfuerzo. Pero era imposible resistirme a sus mensajes y quedarme allí como si nada.
-Can: ¿Te apetece algo más? Un té, una copa...
-Sanem: No gracias, me he quedado muy bien con lo que he cenado, hoy he comido una ensalada en la oficina y encima lo he hecho a trompicones. Tenía un hambre terrible, ¿Qué tal tu día?
-Can: Muy bien, pero te he echado de menos... No podemos pasar tanto tiempo sin vernos. Al menos yo ya no puedo Sanem.

Sin saber que responderle me quedo mirándolo embelesada, Can deja la servilleta sobre la mesa y se levanta para venir hasta mí, me toma de una de las manos para ponerme de pie y besarme lentamente, poco a poco, creando una necesidad brutal en mí porque no pare, ni hoy, ni nunca.

CAN:
No quiero y no puedo aguantar ni un segundo más sin estar con ella, sin hacerla mía, no es sólo una necesidad carnal es algo más allá. Quiero ir lento para degustarla con paciencia pero me es imposible. Mis besos suben de intensidad y mis manos tocan todo su cuerpo, en cuanto tengo oportunidad giro a Sanem para bajar la cremallera de su vestido y a medida que lo hago beso la parte que se va descubriendo de su piel haciéndola tiritar.

Cuando está en ropa interior la giro para besar de nuevo sus labios, sus manos se aferran a mi cuerpo y no tarda en intentar subir una de sus piernas sobre mí, trepa como puede y yo la ayudo para cogerla en brazos y hacer que rodee mi cintura, mientras camino hacia el sofá Sanem me quita la camiseta dejándola caer en cualquier parte de la casa.

Sus manos quitan el cordón de mi pantalón y cuando menos lo espero ya estoy desnudo ante ella, cuando Sanem muerde sus labios no puedo evitar agacharme para terminar de desnudarla, mis pies descalzos dan una patada para arrastrar todas las prendas a un lado, le quito los tacones y sin dejar de acariciar todo su cuerpo comienzo a hacerle el amor. Sentirme dentro de ella me hace cerrar los ojos y morder mis labios.

Está ardiendo, nuestras bocas vuelven a unirse otra vez y toda la pasión que ponemos en este beso no es más que la muestra de cuanto nos hemos extrañado. Me introduzco profundamente en ella, dejándome el alma en disfrutarla y que ella también disfrute, mi ritmo se acelera y noto como cada vez se tensa más.
-Sanem: Amor...

Es tan intenso lo que está sintiendo que ni siquiera puede formar una palabra con coherencia, me vuelve loco verla en este estado, como si estuviera perdida, como si su mente por minutos abandonara su cabeza.

Sanem hinca sus dientes en su labio inferior, mis manos acarician sus pechos y ahora sus gemidos se vuelven súplicas. Palabras sueltas como más, sigue, por favor... Caen al aire y cuando menos lo espero Sanem coge mi pelo entre sus manos para darme un buen tirón.

Grita tanto y me ha cogido tan desprevenido que me ha excitado muchísimo más de lo que estoy aunque no puedo negar que también ha dolido un poco. Ella está al borde del abismo y yo no estoy mucho más lejos, sostengo su nuca y mirándola a la cara sin dejar de moverme noto como se viene y seguidamente yo también lo hago, quedando totalmente exhaustos.

Entre besos trato de calmarla, todo su cuerpo tiembla tanto como el mío y nos dejo caer de lado para tumbarnos sobre el sofá. Sanem se lleva sus dos manos a la cara, está totalmente roja y acelerada, veo como su pecho sube y baja intentando conseguir algo de calma, no puedo dejar de mirarla, de repente sonríe mirando al techo para luego mirarme a mí.
-Sanem: Te quiero tanto.
-Can: No más que yo a tí.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora