191. UN POQUITO MÁS.

1.4K 88 51
                                        

De primeras Elcin deniega nuestra invitación pero tras recibir una charla de mi madre termina aceptando, aunque ya tenía planes Asli también vendrá a Izmit a pasar el fin de semana con nosotros, sólo falta que Ayşe confirme su asistencia, mi madre quería llamarla y hablar ella misma así que supongo que cuando salga de trabajar sabré su respuesta.

Emir, Eda y yo nos quedamos solos en casa, mientras la niña juega en su alfombra de ejercicios Emir lo hace con dos de sus coches sobre la mesa del centro. Hoy no está muy hablador y cuando mi padre ha salido para ir a recoger unas cosas a su casa se ha quedado más serio de lo normal.
-Sanem: Cariño, ¿Te apetece tomar algo de fruta?

Emir se gira y niega con la cabeza.
-Sanem: ¿Y un yogur?

Mi hijo repite su gesto negando otra vez.
-Sanem: ¿Unas tortitas de arroz?
-Emir: ¡No, no y no!

Dice con gesto de enfado, admito que tal vez soy un poco pesada pero Emir nunca suele contestar de ese modo por lo que me levanto del suelo y me pongo de cuclillas a su lado.
-Sanem: Emir, ¿Qué te pasa?
-Emir: No puedo hablar.

Une sus labios con cierta fuerza y se cruza de brazos.
-Sanem: ¿Por qué no puedes hablar?
-Emir: Porque estoy enfadado y no puedo hablar.

El niño aparta la mirada y luego deja caer su cuerpo para sentarse con desgana sobre el suelo.
-Sanem: ¿Qué te hace estar enfadado? ¿He hecho algo que te hiciera daño?
-Emir: Sí.

Sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas, me pongo de rodillas y acaricio su brazo.
-Sanem: ¿Es por Eda?

Tal vez a veces no controle el tiempo que paso con ella porque es muy pequeña y demandante y eso lo ha puesto celoso, alomejor le he dicho algo a la niña y le ha sentado mal...
-Emir: ¡No!

Las lágrimas no tardan en salir de sus ojos y mi angustia aprieta con fuerza mi pecho.
-Emir: Siempre me dices que ya falta menos, ¡Pero no es verdad! Yo quiero ver a papá pero nunca viene.
-Sanem: Mi amor...

Aunque dice estar enfadado conmigo abro mis brazos y se lanza literalmente a ellos apretándome con todas sus ganas, acaricio su espalda con una mano y beso su cabeza mientras el hombro de mi camiseta se va mojando por sus lágrimas. Su respiración está muy agitada y su pequeño cuerpo vibra sobre mí con desconsuelo.
-Sanem: Mamá nunca te ha dicho mentiras.
-Emir: Yo quiero...

Su llanto le impide hablar con fluidez, sus sollozos me duelen más que al él mismo.
-Emir: Yo quiero ir con papá.
-Sanem: Cálmate, Emir, respira.
-Emir: Yo quiero ir con papá.
-Sanem: Ya lo sé, él también quiere estar contigo, te prometo que cuando digo que falta menos no te estoy diciendo ninguna mentira.

Es tal la forma en que llora que me hace llorar a mí también.
-Emir: Pero lo echo de menos.
-Sanem: Papá nos ama con todas sus fuerzas, somos su familia, lo más importante que tiene. Pero su trabajo también es muy importante, si él y yo no trabajáramos no podríamos tener esta casa, no podríamos comprar comida, ni tener coches, ni ir en barco, tampoco tendrías estos juguetes tan bonitos, ni pañales para Eda entre otras muchas cosas...
-Emir: ¡Pero el abuelo no trabaja y tiene una casa muy grande!

Dice separándose de mí.
-Sanem: Ahora no trabaja pero trabajó durante muchos años y Alper, Ilker y yo también lo extrañábamos mucho, abuelo también tenía que estar lejos algunas veces y otras llegaba tan tarde a casa que nosotros nos habíamos quedado dormidos sin verlo.

Me seco las lágrimas, y también se las seco a él con la ayuda de mis dedos pulgares.
-Sanem: Los papás y las mamás tenemos muchas responsabilidades pero lo más importante para nosotros son nuestros hijos. Tú eres nuestro niño soñado, cuando papi y yo nos casamos nos fuimos de viaje a España, y una noche nos dimos tanto amor que te hicimos a tí.
-Emir: ¿Cómo?

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora