63. HA LLEGADO LA CALMA.

1.9K 115 50
                                    

SANEM:
Antes de terminar la fiesta he lanzado el ramo ante la atenta mirada de todas las chicas solteras invitadas, ¿Cuál ha sido mi sorpresa y la de casi todas? Ha caído en manos de mi madre y aunque ella no tenga pareja ni creo que vuelva a casarse me ha hecho mucha ilusión que se lo quedase.

Nos hemos despedido de nuestra familia y de nuestros amigos, no han parado de decirnos cuánto han disfrutado, lo bonito que estaba todo, lo emocionante que ha sido y yo siento como si todo lo que he vivido hubiese sido un sueño. Todo ha salido incluso mejor de lo que esperábamos.
Sin duda este ha sido el evento de mi vida, no creo que nada en el mundo supere a nuestra boda ni toda la magia que se ha creado alrededor. Ha sido muy romántica y divertida.

Cuando nos hemos despedido de mi madre Can me da la mano para dirigirnos hacia la zona de los ascensores y un cúmulo de nervios e ilusión se centran en mi estómago.
-Sanem: ¿Dónde pasaremos nuestra primera noche querido esposo? ¿En tu habitación o en la mía?

Con delicadeza pasa su mano por mi cintura y me une a él para besar mi mandíbula.
-Can: Ni en una, ni en la otra querida esposa, tengo una sorpresa. No vamos a pasar la noche aquí.
-Sanem: ¿Cómo que una sorpresa?
-Can: Un coche está esperándonos para llevarnos.
-Sanem: ¿Llevarnos a dónde?

Can se ríe, besa mi frente mientras atravesamos el pasillo para ir a la recepción.
-Can: Después de pensarlo en más de una ocasión me parecía que un hotel repleto de familia y amigos no era el lugar idóneo para pasar nuestra noche de bodas, espero que te guste lo que he planeado, he pensado en nuestra intimidad y comodidad. Quiero que estemos solos tú y yo.

Lo miro totalmente intrigada y la vez sorprendida.
-Sanem: Confío en tí pero ¿Puedes decirme dónde pasaremos la noche?
-Can: La pasaremos en nuestra casa, tranquilos, sin gente, sin horarios.
-Sanem: ¿Y nuestras cosas?
-Can: Tranquila, todo está controlado. Nuestros bolsos con las cosas de hoy están en la recepción.
-Sanem: Pero todos creerán que estamos aquí y mañana cuando no nos vean se preocuparán...

Miro a Can nerviosa, tengo miles de preguntas pero un beso basta para empezar a tranquilizarme.
-Can: Tú no debes preocuparte, todo el que lo tiene que saber ya lo sabe.

En la recepción, como bien aseguró Can tienen nuestros bolsos y el conductor del coche que nos llevará a casa se encarga de guardarlos en el maletero. Por el camino nos mantenemos en silencio mientras mi mano y la de Can no se sueltan en ningún momento, mi cabeza reposa en su hombro y de vez en cuando besa mi coronilla.

Cuando llegamos a la puerta de entrada Can baja las cosas y mete la llave en la cerradura, pone los bolsos a un lado del recibidor y me da la mano para entrar, nada más dar unos pasos me toma en brazos y enciende la luz. El suelo está lleno de pétalos de rosas haciendo un camino hasta el salón.
-Can: Bienvenida a nuestra noche de bodas, amor de mi vida.

Con mis manos me sostengo de su cuello y lo beso, entre risas llegamos al salón y me baja despacio hasta que mis tacones pisan el suelo, Can me deja uno minutos sola para encender la chimenea, en la mesa del centro hay copas y más pétalos de flores. Lo observo en cada movimiento que hace, ahora ha ido a la nevera para sacar una botella de champagne, sobre la encimera de la cocina hay algunas bandejas pero desconozco lo que contienen. Ahora mismo no hay nada más importante que seguirlo con la mirada.

Can abre la botella haciendo que al descorchar el tapón la espuma se rebose y se moje su camisa, busco una servilleta en la cocina, para cuando llego a su lado ya se está desabrochando los primeros botones.
-Sanem: Creo que eso me tocaba hacerlo a mí, señor Can.

Me acerco y seco su pecho que está levemente pegajoso. Con una sonrisa de medio lado Can se agacha para coger las dos copas y llenarlas de champagne, cuando lo hace me da una para mí.
-Sanem: Te quiero con mi alma mi amorcito.
-Can: Y yo a tí, preciosa.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora