7. SE ACABÓ.

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Desde que me desperté hoy no he parado de pensar en Baris, mañana es su cumpleaños. El tiempo que estuvimos juntos me encargaba de que este día sintiera aún más si cabía lo especial que era para mí. Baris no tenía por costumbre celebrar su cumpleaños con algo más lejos de un almuerzo o una cena, pero yo trataba de reunir a sus amigos, a sus padres y a su hermana para hacer algo diferente cada año, llevo en las venas la celebración, mi madre me inculcó su amor por esta profesión, y además he vivido desde pequeña celebrando cada cumpleaños, cada aniversario de mis padres, hasta el logro más pequeño se ha celebrado en mi familia.

Por mi trabajo tenía en mis manos las herramientas y la logística para hacer de cada año sumado de mi novio una fiesta. El último cumpleaños de Baris nos fuimos de viaje, no quiso fiesta con amigos ni reunión familiar, pasamos unos días en Karabük y fueron maravillosos. Si cierro los ojos aún siento su mano unida a la mía mientras paseabamos por las calles de esa bonita ciudad llena de casitas blancas con tejados cobrizos. A los dos nos gustaba muchísimo viajar. Él tenía la costumbre de comprar figuritas de cada lugar que conocíamos, prometió llenar la librería del salón no sólo de ciudades de Turquía sino de todo el mundo.

Esa promesa no se va a cumplir, mañana será su cumpleaños y me pregunto qué hubiésemos hecho o qué lugar estaríamos conociendo si hubiésemos seguido juntos. Siento muchas ganas de llorar y presión en mi estómago, siento angustia, dolor y rabia. No me merezco estar así, no quiero seguir así, yo no soy así.

Me levanto de la cama enfadada y voy por el pasillo para abrir la habitación que se cerró hace unos meses y que todavía no he tenído los ovarios suficientes para enfrentar. Mientras camino me seco las lágrimas con la tela del pijama y me recojo el pelo para anudar mi coletero con fuerza. Voy hacia la entrada y busco en el cajón de la consola las llaves y me paro en la puerta de la habitación.
-Sanem: ¡Se acabó!

Meto la llave y la giro. Al abrir la puerta mi corazón late rápido, enciendo la luz, la habitación está tal cual la dejamos Elcin y yo aquella tarde. Algunas cajas y dos maletas grandes con la ropa y algún calzado de Baris que jamás se llevó de aquí. ¿Si no hizo nada malo porque tenía miedo de volver a recoger sus cosas? ¿Tenía vergüenza? ¿O sentía lástima por lo que me hizo?

Baris vino en una ocasión a llevarse sus pertenencias pero dejó regadas por la casa muchas cosas de las que jamás se preocupó. Ropa, algún par de zapatos, libros, perfumes... cada vez que iba a nuestro vestidor y veía que todavía estaban sus cosas sufría así que mi amiga, a la que tanto le debo, me obligó casi a retirarlo todo, lo guardamos en cajas y en alguna maleta también de él, metimos todo, incluso cosas que él me regaló. No quería nada de él y cuando terminamos de guardar todo y cerramos la puerta con llave me sentí más aliviada.

Ahora esto para mí es basura, dolor, asco, rabia, impotencia. Voy sacando todo hasta el salón, llenándome el pijama de polvo. Dejo al lado de la puerta las dos maletas y vuelvo a coger lo que más dolor me produce, una caja con fotos, tarjetas de cumpleaños, algunas joyas que me regaló junto con el anillo de compromiso. Ni siquiera abro la caja, la dejo también en la entrada y llamo a Elcin para que me ayude.

En lo que viene a casa, abro las ventanas de la habitación de par en par para ventilarla y me meto en la ducha para quitar todo el polvo y dolor de mi cuerpo. Esta vez no sé porque lo hago con agua fría, nunca lo he soportado. Mi piel está erizada y yo empieza a temblar.
-Sanem: Este es el último día que vas a sufrir y llorar por él.

Me quito el champú del pelo, el gel de mi cuerpo y salgo de la ducha tiritando para envolverme en la toalla, me visto y mientras desenredo mi pelo llaman al timbre, Elcin ya ha llegado.
-Elcin: ¿Qué tal? ¿Ha pasado algo?

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora