132. OJALÁ TE HUBIERA CONOCIDO ANTES.

1.2K 90 50
                                    

Can viene a mí, extiende su mano y pone morritos. Hace que me levante y que nos saquemos una foto los dos con el señor. Luego ellos se han quedado hablando hasta que he terminado de darle la fruta a Emir, al montarnos en el coche de camino a casa a Can le da la risa floja.
-Sanem: ¿De qué te ríes?
-Can: Dios mío, no se me quita de la mente la cara que has puesto, ¡Deberías haberte visto! Hubiese pagado para que alguien grabara el momento...
-Sanem: ¿Te crees muy simpático verdad? Te ha salido bien la jugada, si ese actor hubiese tenído unos cuantos años menos la que se iba a reír iba a ser yo.

Parece ser que no hay nada que frene la risa de Can.
-Sanem: Da gracias a que soy una chica educada porque con todo el gusto del mundo te hubiera matado allí mismo.
-Can: El karma siempre pone todo en su lugar. ¿Qué pasa? ¿Te dejas llevar por la imagen? ¿Ya no te parece una voz sensual, seductora y atractiva?
-Sanem: La verdad es que el físico es un aliciente y casi siempre es lo primero en lo que nos fijamos pero cuando una persona te gusta da igual su físico y su edad... Reconozco que ese señor podría ser mi padre pero sigo teniendo ojos para ver la cantidad de chicos guapos que hay en este país. ¿Has visto al camarero?

Can gira su cabeza a cámara lenta, puedo ver cómo su ceño está fruncido.
-Can: ¿Qué camarero?
-Sanem: El rubio, era guapísimo y su voz... me ha llamado bella y me ha traído un galleta de jengibre, ¿No es un detalle?

En realidad estoy exagerando todo un poco más sólo para verlo celoso, Can a veces es tan predecible, no tarda en volver a ponerse serio y a mirar fijamente a la carretera.
-Can: Pocas veces me equivoco, los italianos son unos picaflores.

Dice apuntando con su dedo índice.
-Can: Ya te lo dije. ¡Vaya listo! Ha aprovechado que yo no estaba para piropearte, seguro que delante de mí no se hubiera atrevido pero no se ha cortado ni un pelo para hacerlo aún viendo que tenías un hijo, menudo sinvergüenza.

En todo el camino Can va refunfuñando y yo disfrutando de mi turno para reírme. Al llegar a casa coloco las bolsas de las compras, almorzamos y descansamos.

Emir se despierta llorando tiene la zona del pecho llena de babas por lo que enseguida lo cambio para que no esté mojado e incómodo, le he ofrecido un yogur para merendar, hemos descubierto que me encanta pero si se ha tomado tres cucharadas han sido muchas, vuelve a llorar, lanza todo lo que tiene cerca y yo me pongo muy nerviosa, en cuanto Can termina de entrenar y de ducharse lo toma en brazos y se lo lleva al jardín.

Mientras estoy recogiendo la cocina puedo escuchar su llanto. Y veo como mi marido lo pasea de un lado al otro, Emir se pasa el resto del día muy susceptible y molesto, y yo no sé qué hacer, después de darle su baño entro a nuestro dormitorio con él y nos tumbamos en la cama. Se lleva sus manos a la boca, está dolorido.
-Sanem: Cariño, mamá está muy nerviosa porque no sabe qué hacer, por favor, intenta calmarte para que pueda pensar en algo...

Tras escuchar que el niño no deja de llorar Can entra al dormitorio y se queda apoyado en el marco de la puerta.
-Can: Sanem, ¿Quieres que lo llevemos a la clínica?
-Sanem: Estoy segura de que sus dientes le están haciendo pasar este mal día pero no sé qué hacer...
-Can: ¿Y si metemos un chupete en el congelador y mientras vamos a dar un paseo por la costa? Igual así se relaja...

No sé de dónde habrá sacado esa idea pero tiene mucho sentido. Visto a Emir y yo me pongo el primer jersey que encuentro de Can y con los shorts vaqueros que tengo puestos y unas zapatillas de deporte nos vamos.

El bebé va en la mochila con su padre que no deja de acariciar su cabeza, de besarlo así como tampoco suelta mi mano derecha en todo el camino, al llegar a la avenida de la playa el niño comienza a calmarse y cuando vamos por la mitad del paseo nos damos cuenta de que se ha dormido. Ambos decidimos sentarnos en un banco y mirar al mar.
-Sanem: No sé que haría sin tí... Estaba tan nerviosa.
-Can: Es normal, ha sido un día bastante duro. Emir ha estado muy quejicoso.
-Sanem: A veces me siento mala madre, no sé qué hacer o cómo actuar. Antes he estado apunto de enfadarme y él no se lo merece, es tan pequeñito y perfecto.

El Amor Todo Locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora