Mezclando el futbol con las canciones de Taylor para hacer una historia completamente ficticia, pero llena de emoción.
A veces la vida da giros extraños, te golpea y te hace creer que lo mereces, para luego devolverte a ese lugar seguro que creías...
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1 de Junio, 2021
Es telefono vibró a su costado haciendo que ella desentierre la cabeza de la almohada para ver. Suspiró suavemente y se giró para quedar boca arriba en la cama, sentía sus ojos hinchados por el llanto, el cual no habia cesado desde que se metió en la bañera.
El baño caliente le había dado la oportunidad de que se descargue, pero ya habían pasado 45 minutos y el llanto seguía. La botella de vino vacía estaba sobre su mesa de luz y la habitación estaba apenas iluminada por una pequeña lampara de luz cálida que provenía del pasillo, y eso que apenas eran las 2 de la tarde.
Sonrió un poco al ver un mensaje de su amigo, aunque una parte de ella esperaba que el mensaje fuera de Kylian, pero él ni siquiera se había preocupado por si había llegado sana y salva a su casa.
Abrió el chat para contestar el mensaje, pero se detuvo a llorar un poco al ver su fondo de pantalla. Era una foto de Kylian abrazándola, había sido tomada por el mismo amigo que hoy le mandaba un mensaje. Dejó de lado sus pensamientos y respondió.
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Dejó en visto el último mensaje y se giro para quedarse sobre su costado otra vez, estaba en posición fetal, abrazando sus rodillas mientras lloraba.
Al cabo de unos 20 minutos sintió como golpeaban su puerta. El portero del edificio ya conocía a su amigo, asi que no era raro que lo haya dejado subir. Como pudo se levantó de la cama, sintiendo automáticamente una puntada en su sien, aseguró el nudo de su bata, se puso la pantuflas y se dirigió a la puerta.
- Uy, estas peor de lo que me imaginé. - Dijo el pelirrojo al verla, tenía una mueca triste en su cara. Se acercó a abrazarla, sosteniendo su cabeza entre su pecho y sus manos, y dejando que Olivia se agarre de su remera mientras lloraba. - Traje comida, preparame un té. - Pidió luego de darle un beso en la frente y soltarla.
La morocha asintió mientras comenzaba a caminar a la cocina, puso la pava a calentar mientras tomaba dos tazas de la alacena. Su amigo fue tras ella y tomó un plato grande para dejar las masas finas que había comprado, sabía que eran las favoritas de Olivia.
