Mezclando el futbol con las canciones de Taylor para hacer una historia completamente ficticia, pero llena de emoción.
A veces la vida da giros extraños, te golpea y te hace creer que lo mereces, para luego devolverte a ese lugar seguro que creías...
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27 de mayo, 2022
- Dale Licha, no jodas. - Dijo Olivia mirandolo con seriedad, amenazandolo con la mirada, no le gustaban este tipo de bromas. - Vamos a perder el vuelo.
El chico la miraba en silencio.
Después de ver tan mal a Julian, de entender que su amigo no había superado a la chica, de ver que se estaba condenando a una vida de infelicidad solo para dejar que ella viva tranquila, Lisandro empezó a sentirse muy mal por él.
A diferencia de lo que todos piensan, a él si le importaba el cordobés, si lo consideraba un amigo, sí quería que él sea feliz. ¿Se enojó con él cuando la cagó con Olivia? Si, pero porque la morocha le importaba mucho y sabía que ella iba a estar destrozada. Casi tan destrozada como estaba Julian ahora.
Él vio la falta de brillo en los ojos del chico al contar que iba a pedirle matrimonio a Emilia. Si alguien viera esa escena en mute podrían jurar que Julian estaba anunciando la muerte de un familiar.
Sabía que el chico no quería hacerlo, también sabía que la única persona capaz de deternerlo era Olivia. Julian no iba a oír a nadie más, ni a Enzo, ni a Paulo, ni a Emiliano, ni a Lionel, ni al papa Fracisco. Nadie iba a poder hacerlo entrar en razón.
Excepto ella.
Se sentía un poco culpable. Él mismo le había dicho a Julian que siga adelante con su vida, con Emilia, y que se aleje de Olivia; pero eso había sido antes de ver que él no estaba siendo una basura, una rata a la que no le importaban los sentimientos de las demás personas, sino que estaba intentando sobrevivir a la mayor cagada que se había mandado en su vida.
Ahora, con el diario del lunes, Lisandro se había dado cuenta de que no había hecho las cosas bien al hablarle así a Julian, mucho menos al golpearlo; pero ya no podía cambiar el pasado, lo que sí podía hacer era ayudarlo a evitar que se cague la vida a sí mismo.
- Licha, dale. Arrancá. - Decía Olivia cada vez más seria y más angustiada ante el silencio del chico. La ansiedad la carcomia a medida que la idea de ir a frenar una propuesta empezaba a aparecer en su cabeza.
- Oli. Si no lo frenas Julian va a cometer el peor error de su vida. - Decía Lisandro, viendo como Olivia tensaba la mandíbula y ampliaba los orificios de la nariz en un intento de no perder la cordura en ese mismo instante.
- ¿Por qué tendría que frenarlo yo? Él se metió solo en eso. - Dijo ella, sacando a la luz el resentimiento que le daba que Julian estuviera a punto de pedirle matrimonio a Emilia. - Si él es feliz, ¿por qué debería meterme yo?.
- Pero Julian no es feliz, Oli. - Dijo él, haciendo que ella lo mire con desconfianza. - Julian no es feliz.
Los ojos de Olivia eran un torbellino azul en el que bailaban la angustia, la tristeza, la bronca, el resentimiento, la esperanza.
