Mezclando el futbol con las canciones de Taylor para hacer una historia completamente ficticia, pero llena de emoción.
A veces la vida da giros extraños, te golpea y te hace creer que lo mereces, para luego devolverte a ese lugar seguro que creías...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
6 de Octubre, 2021.
Julian despertó con Olivia dormida en su pecho, desnuda. Sonrió al recordar la noche anterior, era tragicómico.
Parecia casi imposible que los dos puedan tener un día de amor y tranquilidad sin que haya drama de por medio. Pero Julian estaba dispuesto a vivir por siempre en un capitulo de la rosa de guadalupe con tal de poder despertar de la misma manera en que lo estaba haciendo ahora.
Admiraba la dulce espalda descubierta de la morocha, bajando la vista hasta su espalda baja, donde la sabana comenzaba a cubrir su cuerpo.
Olivia descansaba pacífica, con las respiraciones sincronizadas de ambos. Julian acariciaba suavemente el brazo de ella, haciendo que de a poco se vaya despertando.
La morocha abrió sus ojos azules y miró a Julian a los ojos, sonriendo automaticamente.
- Buen día. - Dijo él al ver como la morocha se estiraba bajo su agarre.
- Buen día. - Repitió ella, sentandose en la cama para levantarse. - Date vuelta, que me da vergüenza. - Pidió Olivia, haciendo que Julian ría.
El cordobés fingió cubrirse los ojos con la mano, pero seguia deleitandose de las vistas. Olivia no quería que la viera, como si Julian no le hubiese visto hasta el alma la noche anterior.
- Sos hermosa. - Dijo él sonriendo cuando Olivia salió del vestidor con una bata puesta. Ella rodó los ojos.
Se sentó en la cama a su lado y besó sus labios con suavidad.
- No creas que no sigo enojada. - Le advirtió viendolo con los ojos entrecerrados. - Una más así y te serrucho las pelotas.
Se miraron fijamente por unos segundos. Olivia seria, Julian con miedo. Hasta que ella le sonrió y se levantó de la cama.
- Vamos a desayunar.
Julian se levantó de la cama y entró al vestidor. Olivia tenía ropa de él que se habia llevado luego de pasar la noche en su casa, asi que se la puso.
Caminó hasta la cocina, donde la vio de espaldas a él, untando queso crema en sus tostadas. Julian se acercó por detras y posó sus manos en la cadera de ella, dejando un dulce beso en el hombro descubierto de la morocha.
- Perdon por lo de ayer, Oli. De verdad. - Pidió él, ella ni siquiera se giró a verlo. - Si es por mi, le gritamos a los cuatro vientos que estamos juntos. Solo decime cuando vos estés lista.
Olivia dejó la comida sobre la mesada y se giró a verlo a los ojos con desconfianza, pero los ojos de Julian solo mostraban certeza. Él estaba orgulloso de estar con ella, se sentía privilegiado. Sus miedos de que Olivia se arrepientan se habian disipado completamente la noche anterior.
Olivia lo miró a los ojos y sonrió con una mirada malévola.
Ella lo habia perdonado, pero no iba a dejarsela pasar tan rápido. Estaba planeando la forma exacta en que iba a vengarse de Julian, sin lastimarlo, obviamente.
