Mezclando el futbol con las canciones de Taylor para hacer una historia completamente ficticia, pero llena de emoción.
A veces la vida da giros extraños, te golpea y te hace creer que lo mereces, para luego devolverte a ese lugar seguro que creías...
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12 de noviembre, 2023
El estadio monumental aplaudía de pie. Las pulseras de colores en las muñecas de los fans se reflejaban en los ojos vidriosos de Olivia que miraba a su alrededor sin poder creerlo.
Bebió un poco de agua mientras dejaba que su corazón se llene del amor que estaba recibiendo, hacía casi diez minutos que el público aplaudía y gritaba sin parar, y no estaba en sus planes interrumpirlos.
Había una banqueta alta junto a un micrófono en el borde del escenario, ella se acercó y se sentó allí mientras sonreía y veía las miles y miles de luces que brillaban de manera tan coordinada como los aplausos del público. Se acercó el micrófono a la boca pero la voz no le salió, la emoción era demasiada.
Bebió un poco más de agua para eliminar el nudo en su garganta y limpió una pequeña lagrima de emoción que caía de sus ojos. El tiempo pasaba y ella debía seguir un cronograma, así que debió recomponerse y tomar el mando del concierto.
- Muchas gracias. - Dijo con una sonrisa emocionada, haciendo que los gritos disminuyan para escucharla hablar. - Cuando me fui de Argentina a los 15 años nunca imaginé que algún día volverían a recibirme de esta manera. No puedo creer que me haya llevado más de ocho años venir a tocar para ustedes, para mi gente.
Los fans gritaban desaforados, era la tercera noche que Olivia se presentaba en Argentina por primera vez en toda su carrera. Después de abandonar Calchín, una parte de ella creyó que nunca iban a recibirla, pero después de todo lo que había sucedido con el mundial y su presentación en el obelisco, Olivia empezó a organizar una gira por Latinoamérica, terminando su gira en su país natal.
Se había presentado en el Estadio Monumental tres noches consecutivas, con el estadio repleto. Había fanaticos haciendo fila desde hacía meses, y la morocha nunca se había sentido tan bien y tan en casa como aquellas tres noches.
Poder hablar español, hacer bromas que sólo un argentino entendería y burlarse de los franceses había hecho cada una de esas noches más y más especiales.
- Quiero agradecerles a todos y cada uno de ustedes por acompañarme esta noche. En especial a mis amigos y familia, que viajaron desde otros continentes para venir a escucharme tocar hoy.
La mirada de ella se dirigió a la carpa VIP, donde algunos jugadores de la Scaloneta, sus amigas y la familia de Julian la miraban con orgullo. Ninguno había querido perderse una noche tan importante como esta.
- En especial quiero agradecerte a vos, Juli. - Dijo ella, mirando a su novio, que estaba de brazos cruzados y los ojos llenos de lágrimas. - Gracias por acompañarme todos los días, por permitir que tus amigos sean mis amigos y que tu familia sea mi familia. Gracias por amarme incluso en mis peores momentos y gracias por irte a la guerra conmigo.
Mariana, la mamá de Julian, acarició con dulzura la espalda de su hijo mientras limpiaba sus lágrimas. Verla a Olivia tan radiante y tan feliz junto a Julian la enorgullecía más que a nada, porque le era inevitable pensar en el niño de siete años que miraba a escondidas a la morocha, o en el niño de 14 que estaba perdidamente enamorado de ella, o en el niño de 16 que se hundió en depresión luego de que Olivia se fuera.
