Mezclando el futbol con las canciones de Taylor para hacer una historia completamente ficticia, pero llena de emoción.
A veces la vida da giros extraños, te golpea y te hace creer que lo mereces, para luego devolverte a ese lugar seguro que creías...
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30 de agosto, 2021
Olivia despertó desorientada, con una puntada en la cabeza. Le dolía absolutamente todo el cuerpo, y sus ojos pesaban como si estuvieran hechos de plomo. No recordaba absolutamente nada de la noche anterior.
Intentó girarse sobre sí misma para quedar boca arriba en la cama, pero se sobresaltó al darse cuenta de que había un par de brazos rodeándo su cintura.
Olivia estaba de costado, mirando hacia su lado de la cama, con alguien abrazandola desde la espalda. Ella no tenía ni idea de quién era. Se quedó dura, sintiendo como su respiracion y su corazón se pausaban por unos segundos.
¿Que mierda pasó anoche? ¿Donde mierda estoy? Pensaba la morocha sin parar intentando recordar lo que habia sucedido, pero todo era un bache negro.
Recordaba estar en la fiesta, recordaba bailar con Ed y beber como si no hubiera mañana, pero no recordaba nada más.
Ed la iba a matar.
Se maldijo a ella misma, lo último que le faltaba era acostarse con un hombre random. Ya suficientes problemas tenía con hombres como para sumar a uno mas a la lista.
Pensó en Julian y su corazon se estrujó. ¿Cómo iba a sentirse el cordobés al enterarse que ella habia estado con otro? Olivia se desesperó un poco, lo ultimo que quería era lastimarlo. Ni siquiera estaba segura de que se había acostado con esa persona, pero teniendo en cuenta que estaba en tanga, con una camiseta de futbol y con un par de brazos fuertes abrazandola muy de cerca, todo indicaba que era muy posible.
Olivia no queria voltearse, no quería ni siquiera imaginarse a ella misma con otra persona. Le daba miedo pensar en quién podria ser ese hombre. Pero tenía que juntar valor y hacerlo tarde o temprano.
Intentó buscar indicios en la habitacion, sin moverse demasiado, pero el chico no tenía ni una foto a la vista. Olivia maldijo a todos los hombres que no personalizan sus habitaciones.
Tomó aire y se giró, enfrentandose a ese cuerpo que la abrazaba con fuerza y sin intención de separarse de ella.
Le volvió el alma al cuerpo al encontrarse con la bella cara del cordobés que le movía el suelo desde hacía más de 10 años. Sus rasgos estaba relajados, con una dulce sonrisa que reflejaba que estaba soñanado algo lindo. Su cabello estaba despeinado y estaba en cuero, por lo que Olivia tenia una vista clara de su hermosa espalda.
El castaño estaba acostado boca abajo, con su cara apuntando en dirección a ella, y su brazo derecho abrazando a la morocha. Inconscientemente se había dormido con el miedo de que ella no esté cuando despierte, asi que se había asegurado de abrazarla toda la noche para que Olivia no pudiera escaparse.
