Mezclando el futbol con las canciones de Taylor para hacer una historia completamente ficticia, pero llena de emoción.
A veces la vida da giros extraños, te golpea y te hace creer que lo mereces, para luego devolverte a ese lugar seguro que creías...
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1 de Agosto, 2021
Cuando llegaron al lugar se deleitaron con las vistas. Las calles iluminadas por faroles de luz cálida le daba un sentimiento de hogar a un país que no les podría resultar más ajeno a los argentinos. Los pequeños subgrupos en los que se dividía la manada se iban haciendo cada vez más claros a medida que empezaban a caminar por la gran calle peatonal.
Las parejas más jóvenes como Enzo y Valentina, al igual que Paulo y Oriana, tenían los brazos entrelazados y miraban en todas las direcciones, señalando con entusiasmo cada vez que veían algo lindo, anhelando que la persona que amaban pueda admirar esa belleza también.
Lionel y Antonela caminaban a la par, ella admiraba el lugar mientras él la admiraba a ella. Olivia los miraba enamorada de su relación, ellos eran una de las pocas razones por las que aún creía en el amor. Rogaba algún día encontrar lo que esos dos tenian.
- Creo que ni a la copa del mundo la miraría como la mira a ella. - Reflexionó en voz alta Emiliano, haciendo que Olivia lo mire con esa alegría que contagian aquellos que aman y demuestran su amor así. Lo miró ilusionada, porque ella era una pobre romántica que no había tenido suerte en el amor jamás.
- Es increíble. - Dijo ella volviendo la vista a la pareja, que miraban vidrieras de ropa de niños pensando en qué regalo llevarles a sus hijos. - Ojalá algún día alguien me mire así.
Emiliano la miró con una sonrisa, se notaba a kilómetros que lo único que Olivia anhelaba, era amor. Un amor incondicional, transparente, orgulloso. Un amor como el de Lionel y Antonela.
- Ya va a llegar. - Respondió él mirando en dirección a Julian, que conversaba animadamente con Ed sobre las clases de inglés que el cordobés había tenido que tomar para poder ir a jugar al Manchester City. Olivia ni se percató del doble sentido de la frase de Emiliano, estaba muy concentrada en disfrutar el aire y la brisa llena de calma luego de haber tirado una bomba en la vida de su ex novio.
El resto del grupo caminaba tranquilo, conversaban relajados mientras se dejaban llevar por las vistas y la linda sensación que deja en el cuerpo la brisa veraniega de Londres. Habían reservado un restaurant que Ed había recomendado. Era un lugar antiguo, de esos que son dirigidos por generaciones de la misma familia, de esos que la comida sabe tan rica como la de una abuela que cocina todo el día con amor para sus nietos.
Se sentaron a la mesa con pequeñas sonrisas, conversando dulcemente. Había un clima de tranquilidad y paz que hacía que todos estuvieran relajados, felices.
Olivia sentía que se había sacado un peso de encima. Siempre se sentía así cuando lograba poner en palabras las cosas que le quitaban horas de sueño, las que le cargaban de angustia el pecho. Sentía que se había quitado de encima el peso de su relación, que había apagado completamente la pequeña llama que había en su corazón, esa que le hacía pensar que quizás las cosas podían volver a como habían sido; pero como decía heraclito: "Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos". Ni Olivia ni Kylian eran los mismos que fueron cuando se conocieron. La vida continuó y ellos se transformaron hasta que ya no eran compatibles, ya no encajaban, ya no eran piezas del mismo rompecabezas.
