Mezclando el futbol con las canciones de Taylor para hacer una historia completamente ficticia, pero llena de emoción.
A veces la vida da giros extraños, te golpea y te hace creer que lo mereces, para luego devolverte a ese lugar seguro que creías...
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Luego trágica noche, Ed y Olivia se metieron en el primer vuelo que encontraron de vuelta a Inglaterra, la morocha habia jurado nunca más pisar Paris. Todo le recortaba a él.
Y lo que no le recordaba a él, le recordaba a Julian.
Ya había pasado una semana, Olivia cambio su número de teléfono y dejó de usar las redes sociales. Estaba internada en el estudio de grabación, y solo salía a bares por las noches. Ahogaba sus penas en alcohol porque todo le recordaba a esa noche, la noche en la que su corazón se había roto en un millón de partes, la noche en la que se había perdido a ella misma completamente.
La morocha estaba en un proceso de intentar comprender qué había hecho para merecer esa situación, consideraba que incluso en su peor día, no merecía pasar por el infierno que Kylian le había dado, siendo que ella lo amó con todo su corazón hasta ese día. Ese día, Olivia sentía que una parte de ella había muerto.
A Julian no volvió a verlo desde esa mañana en la que lo dejó en el hotel, al menos no en persona.
Días después de volver a Inglaterra le envío un mensaje pidiéndole perdón. Le explicó que no debió haberlo besado y que se sentía mal por haber confundido las cosas, pero que estaba muy agradecida por su compañía y su apoyo.
Ella sabía que estaba tan rota que no había sido capaz de irse con gracia. Kylian se había encargado de enterrarla y sentía que estaba viviendo como un fantasma desde entonces, intentando sobrevivir para salir adelante, aunque cada vez dudaba más de poder hacerlo.
Julian recibió ese mensaje mientras estaba en el descanso de un entrenamiento, había tenido la cabeza en otro lado desde que Olivia se había escapado, pero no se animaba a contactarla. Leyó ese mensaje con toda la transpiración cayendo por su cuello y su frente, y fue como si una parte de su alma hubiese vuelto a su cuerpo.
Sonrió feliz de saber que ella no estaba enojada con él, quizá no la había perdido de nuevo. Sintió alivio, como si se hubiese quitado de encima un chaleco de 30 kilos.
- ¿Quién te saca esa sonrisa? - Preguntó Emiliano moviendo sus hombros y cejas de arriba hacia abajo mientras se acercaba a Julian, haciendo que la sonrisa de él se ensanche y la atención de sus otros amigos se centre en él.
Enzo estiró el cuello para ver la pantalla de su celular cuando Julian estaba distraido y se paró sobre el banco del vestuario a bailar y gritar.
- ¡¡Le habló la mujer!! - Gritaba el morocho mientras aullaba como un lobo, haciendo que el resto de los jugadores se sume a ellos. La selección estaba entrenando para un amistoso que estaba por jugarse en Inglaterra, tenían que enfrentarse a Brasil en pocos días. Nunca un partido contra Brasil era considerado amistoso.
Paredes y De Paul aullaban y gritaban como locos haciendo que Julián se ponga bordó, esas cosas siempre le habían dado vergüenza.
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