Mezclando el futbol con las canciones de Taylor para hacer una historia completamente ficticia, pero llena de emoción.
A veces la vida da giros extraños, te golpea y te hace creer que lo mereces, para luego devolverte a ese lugar seguro que creías...
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5 de Octubre, 2021.
Esa noche y ese día lo cambiaron todo para Olivia y Julian.
Volvieron a conectar en todo, en pensamientos, en amor, en lo físico. Habían empezando el proceso de recuperar todo el tiempo que habían perdido, a pasar tiempo juntos hasta que olvidaron que alguna vez habían estado separados.
Julian se encargó de ayudarla a sanar. Acarició y beso cada cicatriz que él mismo y Kylian habian dejado, para poder hacer borrón y cuenta nueva. Con él, Olivia había descubierto lo sano y placentero que podía ser estar al lado de una persona que te respeta, que te quiere.
Con ella, Julian habia descubierto que lo que se desea desde el fondo del corazon, tarde o temprano se alcanza.
Habian pasado varias noches y días juntos, pero no tantos como les gustaría. El trabajo de Olivia hacía que ella tenga que viajar muy seguido, pero cada vez que volvía a Inglaterra la primer parada era la casa de Julian. Ed fingió estar celoso un tiempo, aunque en realidad no había nada que lo alegre más que ver a su amiga con cara de tonta cada vez que pensaba en el cordobés.
Julian había vuelto a brillar en todo sentido. Su humor era el mejor, compartía todo con sus amigos y compañeros, lo estaba dando todo en la cancha, y de paso seguía iluminando la vida de la morocha. Pep Guardiola empezó a ver más concentración en el cordobés, que ahora vivía la vida como si fuera una película utópica en el que todo el mundo es feliz. Julian corria detras de la pelota como si no hubiera mañana, se enfrentaba a todos sus contrincantes como si el ex de Olivia estuviera en frente, sin piedad.
Corría, saltaba, goleaba. Volvía a ser él, solo que en una versión mucho mejor. Él mismo decía que Olivia sacaba una mejor versión de él, lo hacía estar más contento, con más ganas de vivir.
Y Olivia ya no cantaba las canciones tristes con el mismo ánimo, porque la tristeza que había sentido ya no existía en su cuerpo. Cantaba better men o would've, could've, should've con pequeñas sonrisas que escapaban de sus labios. Sonreía al ver el progreso que había tenido, se sentía mejor con ella misma, había vuelto a ser feliz.
Le costaba escribir canciones que no esten llenas de ritmos fuertes y emocionantes, porque así es como se sentía. El corazón se le aceleraba de felicidad en lugar de frenarse de tristeza. Ella estaba siendo una versión de ella misma que no reconocía, porque nunca se había sentido tan en paz con alguien.
Todos sus amigos estaban felices por ellos, alguno más que otros. Ed y Oriana festejaban cada vez que Olivia nombraba a Julian, parecían dos niños pequeños; Enzo y Emiliano eran iguales, pero con el cordobés; y Lisandro se alegraba de verlos bien, aunque muy en el fondo deseaba poder ocupar el lugar de Julian al menos por unas horas.
La paz volvía a rondar en torno al grupo de amigos, que ya no se veían tan seguido por cuestiones de horarios y ubicación.
Habían pautado encontrarse todos esa noche. Hacía casi un mes que los amigos no se veían, al menos no desde el asado en lo de Julian, donde Oriana y Paulo ni siquiera estaban. El plan era ir a un bar todos juntos, era la primera vez que Julian y Olivia se mostraban en público desde que comenzaron a salir.
