Estará bien

241 37 9
                                    

El tiempo paso y la madre de Estambul aún no se levantaba de esa cama, su hijo y nietos iban a verla cada día. Hürrem aún recordaba con miedo la vez que fue a verla y la encontró en el suelo, sus hijos Bayaceto e Ipek tenían dos años de vida y ambos eran pegados a su abuela Hafsa, apesar de que ella estuviera algo débil por las medicinas, poco a poco la sultana había perdido fuerzas hasta para hablar. Sus energías se gastaban en sonrisas que les obsequiaba a sus nietos. Su voz estaba siendo olvidada por el resto del palacio.

-Daye...-Llamo en un Susurro la mujer, la criada fue rápidamente y se acercó a ella lo mas que pudo.

-Si, dígame no sé esfuerce.

-Traeme papel y tinta.-La sultana saco de sus aposentos a sus criadas, inclusive a su amiga. Escribió varios documentos, con mucha dificultad. Pero esas hojas con su sello real la dejaría tranquila toda la vida...para siempre.

🥀

-La sultana Hafsa nos vio esa vez.-Comento seguro ibrahim.

-¿Ahora que haremos? Estamos en problemas.-Menciono mahidevran.

-Yo siempre supe que en algún punto alguien lo sabría.

-Si! Pero alguien que podamos matar! No esa mujer, me destruirá y me cortaran el cuello junto a mi príncipe.

-Deja de pensar en ti. ¿que hay de mi? Traicione a la hermana del sultán, al sultán y a todos.

-Hay algunas cosas extra que no debiste hacer. Eso no es mi responsabilidad, ibrahim.

-¿Ese es tú camino?

-Es mi decisión y sabes que tengo razon.

-Bien, haré las cosas como yo quiero.

-Dime una sola vez que no hayas hecho las cosas así.-Menciono la Sultana de forma sarcástica.

Ibrahim salió molesto de la habitación de mahidevran, se sentía un tonto por confiar tantas veces en ella, al fin y al cabo siempre trataría de salvar su propio cuello. El Gran visir ya tenía un plan.

🥀

Una larga fila de personas entraban y salían de los aposentos de la Valide sultán del imperio, criadas, Odaliscas y gente común entraba y salia, la última fue Eren hatun.

-Ten.-Dijo daye dándole unos papeles a la mujer.

-¿Y esto?

-Ordenes de la Sultana Madre, debes hacer lo que dice está carta, no te alejes de la Haseki, jamás. ¿Oíste?

-Si, daye hatun.-La muchacha se acercó a la cama donde la Sultana estaba postrada he hizo una reverencia larga.

-Todo se ejecutará como desee, madre.-La muchacha se fue y hafsa soltó un suspiro de alivió.

-Queda un papel en el cajón.- menciono daye.

-Es tú liberación.-Respondio hafsa con una voz rota pero calmada.

-No pienso dejarla!

-Daye, se obediente. No estoy bien y lo sabes, pero ahora debes cuidar de alguien más.

-No, no puedo.-La vieja mujer tenía lágrimas en sus ojos.

Serpiente RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora