Serpiente Rusa

Despedida Final

Hürrem y Firuze gozaban de siete meses de embarazo todo encuentro entre ambas terminaba en discordia y personalmente la sultana pelirroja ya no soportaba nada sobre esa mujer.

-Dijo que tendrá un apuesto hijo.-Hurrem tenía cara de molesta.

-Que tenga veinte si gusta, el heredero a la corona es mi hijo, yo lo pari con dolor.-Aseguro Hürrem.

-Pero bueno, en fin que haga todo los planes que guste, es totalmente tonto Mehmed tomara el trono cuando allah diga.

-Amen.

🥀

Francisco se encontraba solo en ese balcón mirando al horizonte, Hürrem venía con sumbul Agha muy tranquilos ambos, el Rey miro con cariño a la Haseki. Consideraba que se veía hermosa con su gran vientre, quizás si el hubiera encontrado a esa flor antes que Suleiman sus hijos serían simplemente perfectos niños y haría de un Rey al niño que se parezca a ella, sin duda quería con la pelirroja un niño como selim.

-Haseki.-Saludo el rey.

-Majestad, que gusto...-Menciono Hürrem con una sonrisa.

-Sultana, no sé si lo sabe pero mi esposa y yo debemos volver lo antes posible.-Hurrem se sintio triste por eso, Claudia había Sido una buena amiga pero la evito a Hürrem un poco luego del beso.

-Entiendo, nos acompañaron mucho tiempo y fueron foco de nuestra alegría, pero Francia necesita a sus reyes.

-Quiero que sepa, Haseki Hürrem que es la mujer más encantadora que haya visto.

-Le agradezco...-Menciono Hürrem desviando la mirada.

-Creame que es usted hermosa y carismática y si la hubiera encontrado yo antes que ese hombre no estaría como una gran corona en una vitrina para exhibirla, estaría a mi lado todas las noches.-Hurrem miro con ternura al rey quien se acercó.

-Si quiere besarme hágalo.-Susurro la pelirroja y el hombre la beso de forma tierna y modesta, pero disfrutando de sus labios y su calidez.

-Si le propongo un futuro juntos no confiaría en mi y se reiria en mi cara...

-No, no me gusta humillar a la gente cuando de amor se trata.

-Pero después del sultán no confía en ningún hombre, solo confía en sus príncipes que la aman con devoción. Pero Sultana, si algún momento usted quiere poner en el trono a Mehmed o selim yo estaré dispuesto a ayudarla, con todo mi dinero y mi ejército y hasta mi reino.

-Esta siendo precipitado majestad.

-Si alguna vez busca amor, venga a Francia prometo darle todo...-El hombre le sonrió y se marchó, sumbul con cautela se acercó a la mujer...

-Sultana, usted se volvió una mujer peculiar mente popular entre los hombres de alta cuna.

-Al parecer...-Menciono con sorpresa.

-Pero no se deje engañar majestad, Usted es una Emperatriz el un Rey y no tienen el mismo nivel.-Sumbul la llevo de regreso a su habitación lentamente dónde se encontraba Claudia otra vez sola y sin criadas a su al rededor.

-Ya supe que se marcha.-Menciono Hürrem quien rápidamente se sento con la reina.

-Si, mi pueblo ya me necesita...-Menciono cabizbaja.-No crea que no la extrañaré.

-Yo a usted igual, me acostumbré a toda su compañía.-Ambas se miraron seriamente y Claudia desvío su mirada a los labios de la pelirroja.

-Sobre el beso...Me equivoqué, nuestras culturas son distintas fui precipitada.

-Me gusto.-Confeso Hürrem y Claudia la miro sorprendida.-No crea que es la primera en intentar besarme, Las Criadas aveces generan más que una lealtad con su ama.

-Si, se bien eso...

-Pero no se confunda, Claudia...Soy celosa y si así serán las cosas no me interesa su cultura quiero ser la única a la que usted besé.

-Puedo prometer eso, ninguna francesa es tan bonita como tú.

-Gracias, puedo decir lo mismo...Aquí las Otomanas no son muy bonitas.

-Tú eres otomana.

-Soy de Rohatym, sigo siendo rusa.

-Rusia...hermoso lugar.

-Ciertamente.-Claudia miro con cariño y tranquilidad el vientre de Hürrem y le puso una mano encima de el.

-Que dios te cuide y cuide a ese bebé que llevas Hürrem.

-Gracias, allah mediante...-La pelirroja fue interrumpida por la reina.

-Dilo, dilo para mí se que no haz olvidado esa fé...-Susurro acercándose apesar de que era una traición a la fé Otomana.

-Mediante Dios, será posible un parto seguro para mí.-Mascullo bajo la pelirroja y la mujer que estaba con ella sonrió y se levantó.

-Debo ir a dormir, pero...si gustas deshacerte de esa mujer traidora, yo estoy dispuesta a sacarla de aquí.-Hurrem abrazo a Claudia y está correspondío.

-Gracias por haberme mostrado otro lado de la vida, Claudia.

-Eres bienvenida en Francia para probar del placer francés, pero sin los niños claro.-Ambas rieron y la mujer miro los labios de la pelirroja con deseó.

-Hazlo.-Ordeno Hürrem y Claudia la tomo para besarla, sus labios se tocaron con suavidad apesar de que la francesa albergaba un profundo deseo dentro de ella.

-Nos vemos.-Se despidió feliz luego de haberla besado una vez más, Hürrem cerró la puerta y se apoyo en esta con asombro.

-Francia y sus Costumbres...bueno, mejor dicho placeres.-Susurro la pelirroja entre risas.

🥀

Al otro día.

La pareja estaba con Hürrem en el jardín, el Sultán se había despedido y ya estaba por entrar, veía a lo lejos a su esposa extrañaba verla, se la veía calmada y su vientre le daba un aspecto cálido, es como si viviera de otro modo.

-Nunca dejes que el se interponga.-Menciono el francés.

-Que ella no te gané.-Hurrem asentía ante la pareja que se turnaba para aconsejarla.

-Siempre serás bienvenida en mi Reino.

-Jamas des la corona a torcer ante nadie.-Menciono Claudia.

-Que Firuze no gane.

-Cuida a tus hijos.

-Cuida el imperio.-Pidio el Rey.

-Controla lo que hace tú esposó

-Y por último, si tienes que tomar las riendas del carruaje, hazlo.-Hurrem asintió y abrazo a ambos sin importarle el protocolo real.

-Gracias.-Susurro dejando a la pareja marchar Claudia dejo dos besos en cada mejilla y continúo con mirada nostálgica al carruaje, el rey beso la mano de la sultana y la miro.

-Espero que tú hijo nazca bien y tener buenas noticias de Estambul, Francia está para ti.

-En mi corazón, Francia y Estambul son uno solo.-Menciono Hürrem y con una sonrisa el rey subió al carruaje que rápidamente marchó hacia Francia...

Hürrem miro a su esposo quien besaba los labios de Firuze, Ella desde que probó los besos franceses había olvidado por completo como era un beso del Sultán otomano, pero ya no quería algo como eso...