Capítulo 98

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Los días pasaron y luego de la muerte de Alberto, todos decidieron volver a Buenos Aires. Si, Facundo y Joaquín también iban a vivir en la mansión Martelli, aunque ninguno de los integrantes-ni siquiera Damián-sabian de esta decisión que había tomado Natalia. Alelí intentó advertirle a sus hermanas lo que estaba pasando, pero su madre la frenó, para no generar más problemas de los que ya se veían venir. 

Al llegar a la mansión, los dos hijos de Natalia quedaron impactados ante tal estructura, que para ellos, era digno de admirar. O mejor dicho, de envidiar. Porque si algo habia dejado la muerte de su padre, era más rencor y envidia hacia su hermano, que una reconciliación.

_Ahora entiendo porque nunca quisiste volver a Mendoza, si es una villa al lado de todo esto.-Comentó Facundo tirándose en el sofá del living. 

_Lo único que les voy a pedir es que no generen conflictos, nadie sabe que los traje a vivir acá. 

_Ah, ¿Te avergüenzas de nosotros que somos tus hijos?

_No Facundo, no dije eso.

_Lo estas diciendo.-Se metió Joaquín.-Mira Natalia, yo no voy a dejar de ser quien soy para convertirme en personas huecas y superficiales como ustedes y te lo dije desde un principio, pero vos insististe en que nos vengamos para acá, así que no nos rompas las pelotas. 

 _Hey, tampoco es para que le hables así.-Interfirió Gabriel.

_Bueno ya, ¿Dónde vamos a dormir?-Preguntó Joaquin.-Estoy muy cansado

_¡Amelia!-Gritó Natalia.

_Señora, que bueno verla de nuevo. 

_Gracias. Ellos son mis hijos, Joaquin y Facundo.-Los presentó.-Van a vivir en la casa a partir de hoy, te pido que tengan el mismo trato que los demás, porque son tan dueños de esta casa como los hijos de Damian.

_Si señora. Un gusto chicos y siento mucho su pérdida.

_Gracias.-Joaquín.

_Acomoda todo en las habitaciones que estan al lado de la habitación de Gabriel por favor, esas van a ser las habitaciones de mis hijos ahora y a partir de mañana las vamos a remodelar. 

_Señora, una de las habitaciones esta siendo ocupada por Nicolás.

_¿Sigue acá?-Amelia asintió.-Bueno, saca sus cosas y metelas en la habitación de Tiziana.-Amelia quedó parada.-Es para hoy, dale.

_Esta bien.-Dijo y se fue.

_Mamá, ¿Que estas haciendo? ¿Cómo vas a sacar las cosas de Nico?

_Ay, no hagas drama por todo, Gabriel. Él y Tiziana ya se van a ir a México y si le molesta, se puede ir a su casa, porque esta es mía y puedo hacer lo que yo quiera. ¿Quieren algo, chicos? 

_Yo quiero bañarme y dormir.

_Veni, seguime.-Gabriel se llevó a su hermano Joaquín y Facundo quedó tirado en el sillón.

En la cocina, Amelia con Mercedes se admiraban del cambio extremo que estaba aconteciendo en la casa, mientras el dueño brillaba por su ausencia. Pero si de algo estaban seguros, es que la guerra iba a estallar en cualquier momento. 

Tiziana llegó a la casa, entrando por la cocina y se sorprendió al no ver a nadie. Tomó un vaso de jugo y se dispuso a ir a su habitación, pero se asustó al ver a un desconocido tirado en el sofá de su living, con los pies sobre la mesa de vidrio y comiendo facturas, desparramando las migas por todo el lugar.

_Disculpa.-Dijo después de emitir una tos falsa.

_Ah bueno, pero que linda que sos.

_¿Perdón?

Lejos del sol 2: RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora